Jack se quedó un rato más descansando de la comida que había digerido.Conejo: Vaya que comiste bastante, amigo.
Jack: Estuvo excelente la comida —soltó una risa suave—. Conejo, de verdad te luciste.
Conejo: Oh, basta, por favor, pero sí, me lucí.
Jack: Oye, crees que podría llevarme un poco. Esque está muy bueno.
Conejo: Claro, adelante.
Jack se sirvió en un traste que le prestó Conejo, pero sus verdaderas intenciones eran llevarle un poco a Pitch. Probablemente Pitch lo correría como la última vez, pero quería hacerlo.
Jack llegó a la guarida de Pitch. Lo busco por todas partes, pero no aparecía. Cuando estaba a punto de rendirse, lo vió en un cuarto oscuro. Parecía estar acostado.
Jack: Hola, Pitch. —dijo con cierto nerviosismo.
Pitch: ¿Qué haces aquí? Te encanta mi miseria, ¿verdad? ¿Es por eso que vienes?
Jack: No, es sólo que... te traje algo. —Mostró el traste de comida y, al hacerlo, su cara se mostró sonrojada.
Pitch: ¿Qué? — Pausó por un momento— Estás bromeando, ¿verdad?
Jack: No, es para ti.
Pitch: Vaya. Gracias, Jack. —Hizo un gran esfuerzo para decir esto último.
Ambos se quedaron en silencio. Mientras terminaba de comer Pitch, Jack comenzó a sentirse muy nervioso, inquieto y ansioso a su lado.
Pitch: Siento que estás intranquilo, ¿qué te ocurre?
Jack: Nada... Ninguna es sólo que... No sé... Yo. —Él no lograba gesticular ni formar ninguna oración completa en su mente, mucho menos expresarlas.
Pitch: ¡Deja de balbucear y dimelo antes de que te saque a golpes!
Su corazón latía a mil por segundo. No sabía que responder, ni quería responder. Así que en su mente se dijo: 'Me siento extraño a tu lado.' Se sintió un poco aliviado de decírselo a sí mismo.
Pitch: ¿Qué?
Jack: ¿Qué de qué?
Pitch: ¿Qué dijiste?
Jack: No dije nada. —Jack, comenzó a hiperventilarse.
Pitch: Acabas de decir que te sentías extraño a mi lado.
La cabeza de Jack empezó a dar vueltas, mareado, por lo que Pitch había expresado. No podía creer que lo haya dicho en voz alta. Sintió un tremendo calor en su cuerpo y cayó desmayado.