"9no día de cuarentena"

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Estaba yo caminando con una pollera por la pasarela... Hasta que vi el amor de mi vida.

- Mirrosquilla...-

- Todofresita-kun...- dijo subiéndose a la pasarela.

Comenzé a caminar hacia él moviendo las caderas exageradamente.

Todas las luces del salón nos apuntaban a nosotros, dejando todo lo demás a oscuras.

Lo sostuve de la cintura y me acerqué a sus labios. Pero antes de besarlo le dije:

- Te amo Mirrosquilla.-

- Yo también Todofresita-kun.-

Y así nuestros labios se unieron en un húmedo beso.

Me levanté agitado de mi cama por el anormal sueño... Y comenzó a dolerme la espalda.

Lo más razonable sería irme a bañar para sacarme toda esta... ¿Presión? No sé, pero siento mucha tensión en mi espalda.

Entonces, comenzé a desvestirme, luego a introducirme en la bañera y entonces abrí la canilla de agua caliente. El baño comenzaba a envolverse en un vapor bastante denso.

Pero, derrepente, escuché la vibración de la puerta abrirse y cerrarse. Miré por encima de la puerta de la bañera y ví... Solo pude ver vapor.

Entonces mi puerta se abrió.

-¿¡Q-Qué rayos?!- me cubrí con mis brazos, inútilmente, mi entrepierna y mi pecho. Lo que me causó tensión en los hombros, los cuales comenzaron a dolerme.

-¡¿M-Midoriya?!- pregunté ignorando mi dolor.

- Vine a decirte que Recovery Girl vino a revisar nuestra temperatura y quiere a todos en el comedor en unos minutos. La cosa es que pensaba bañarme... Somos novios, y pensé que estaría bien...- me sonrió con un leve rubor.

- ¿E-Eh?-

-¿Puedo hacerlo contigo?- No sabía qué responderle. Sinceramente, no sabía que los novios hacían esto.

Y a pesar de estar algo paralizado, Asentí con la cabeza y desvié la mirada cuando él comenzó a meterse en la bañera, comenzó a quitarse la ropa y a dejarla sobre la puerta.

Perdí mi mirada en un punto no exacto del techo y comenzé a rezar mentalmente para que no sucediera nada indebido.

En fin, ya podía sentir sus pectorales ejercitados a unos centímetros de los míos. Lo miro de entre ojo y siento envidia de su leve y prolijo bronceado.

Midoriya agarró el jabón y comenzó a pasármelo por el pecho, ante esto, mi piel se sobresaltó un poco. El jabón estaba frío, y el agua tibia no ayudaba, entonces sentí un tirón.

-P-Perdon Midoriya. Yo, n-no puedo hacer esto.- Izuku me miró estupefacto.- No sé si podríamos hacerlo otro día.- dije ya mirándolo a los ojos.

-¿Por qué?- Ante esta pregunta desvié la mirada avergonzado y algo ruborizado.

- Es que me duele la espalda y los hombros.- Respondí rendido.

- Pues te hago masajes.- Me sostuvo de los hombros y me dió media vuelta.

-¿E-En este lugar?, ¿No quieres...- un masaje que me relajó los músculos masivamente me dejó sin palabras. La verdad es que tal vez Midoriya fue a clases de spa, porque hace unos masajes que me traen una relajación y paz de bosque que nadie podría llegar a tener.

Durante "los masajes", no nos dirijimos palabra alguna. Él parecía disfrutar hacerme punzadas en mis hombros, parecía gustarle dibujar un camino de masajes desde mis hombros hasta mi cintura.

En Cuarentena Contigo (tododeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora