Buscando A Un Virgen (EDITANDO)

Capítulo 7

—Noche de citas—
Parte 2 

De momento se me hizo atractivo.

Un auto pasaba y alumbró el rostro de Luke.

—Que extraño. —Pensé en voz alta.

—¿El qué? —Preguntó aún mirando el cielo.

—Tus ojos, hace rato los vi verdes y ahora son azules.

—Cambian de color dependiendo de la luz y del color de mi ropa.—Aún sigue mirando el cielo, perdido en las estrellas.
—Pero en realidad son verdes.

Nos quedamos en silencio.

Podría preguntarle si era virgen, pero había algo que me lo impedía, sabía que si no lo era me decepcionaría y que iba a querer ir a casa.

Seguí comiendo el algodón de azúcar hasta que no quedo nada.

Él se veía buena persona, no quería arruinar la cita.

—Y cuenta me Ava, dime algo de tu vida, algo que te guste hacer.

Rompió el silencio de manera abrupta, y me observo como sino hubiese cosa más importante, no me esperaba eso.

Quizás se dio cuenta que se sumergió demasiado en su mente y que había alguien al lado de él.

—Ahm, estudio contabilidad, me gusta el café y patinar, cosas básicas..

Asiente.

—Te toca, cuenta me algo de tu vida.

—Tambien estudio pero Música, soy guitarrista en una banda, toco los viernes en diferentes clubs, deberías ir un día a uno para que me veas.
—Me guiña un ojo.
—Tambien me gusta el café pero no en exceso.

Asentí.

Su teléfono sonó con una rara melodía y él contestó.

—Si estamos en el parqueo... Esta bien. —Y colgó.

—¿Qué sucede?

—Era Mauricio, ya vienen.
—Guardo el celular en uno de sus bolsillos. —¿Tienes hambre?

—No tanta.

Los chicos llegaron, Luke se levanto primero y luego me tendió la mano, se  la sostuve y me ayudó a levantar me.

Valeria se quedo mirando con una sonrisa.

Cuando por fin nos juntamos, empezamos a debatir a donde iríamos a cenar, ninguno tenía idea.

—Hagamos lo fácil, ¿qué tal Mc'Donalds?.

Todos estuvimos de acuerdo, y nos pusimos en marcha.

En lo que llegábamos, me dispuse a ver mi horario de clases y las horas que tenía para ir donde mi estilista, no me gusta mucho eso de andar con una cola, me encanta tener mi pelo suelto, una mujer se ve hermosa con su cabello suelto.

Mi compañero de a siento me arrebata el teléfono.

—Oye... —Me quejo.

—Tranquila. —Me sonríe y empieza a teclar algo que no veo, luego se coloca el teléfono en la oreja y su celular suena, otra vez ese sonido raro.
—Listo, ya nos podemos poner al día.

—¿Al día con qué? —Pregunto confundida. 

—Con las citas que vamos a tener, claro.

Me río incrédula y ruedo los ojos.