Capítulo 16

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—Un buen consejo y una mala sorpresa—

En la fiesta con Dylan.

—Me haces sentir cosas que nunca había sentido. —Murmura Dylan dándose el último trago del Whiski.

Creo que está muy ebrio.

Le quito el vaso.

Dicen que cuando estás muy borracho te es imposible decir mentiras, a poner aprueba eso.

—¿En cerio nunca has estado con nadie? —Le pregunto.

Asiente apenado. ¿Cómo le puede dar pena?, supongo que así son los hombres ¿no?

—¿Y cómo es eso posible?
—Me mira confundido por la pregunta.

¿Y cómo carajo hago yo esta pregunta?, busco un virgen, se supone que cuando lo tenga no debo sorprenderme.

—No he tenido sexo con nadie.

—No me refiero a eso Dylan, sino mírate, eres guapo, seguro tienes un montón de chicas detrás de ti, ¿cómo no has caído por una y has tenido sexo?

Se tira en la cama y me observa con una sonrisa desde allí.

—He caído por ti, Ava.

Me río del nerviosismo.

Una cosa era coquetear con él, pero nunca pensé que de verdad le gustaría, no soy fea pero tampoco me creo lo último.

No soy de esas que hacen ojitos bonitos a chicos creyéndose que ya lo tienen a sus pies.

Me hala y termino acostada frente a él, me sostiene el rostro para que lo miré y encuentro en sus ojos sinceridad y seriedad.

—No es un chiste.

Todo está claro para mí y entiendo más el asunto.

—Estas ebrio Dylan —Le recuerdo.
—Me voy y hablamos cuando se te pase la resaca. —Me levanto para irme.

Niega y también se levanta tambaleándose un poco.

—Prometo que digo la verdad. —Lleva su mano derecha al pecho, jurando sinceridad.

Suspiro, voy y le doy un abrazo, sintiendo el calor que proporciona.

Su olor es varonil y atrapante.

Coloca sus manos en mis mejillas y me besa.

El beso es suave, pero exquisito, su boca sabe a Whiski y a menta, de pronto me levanta y me enrollo en su cintura profundizando el beso, mis dedos acarician su pelo suave y sedoso, mientras él me sostiene de la cintura llevando me a la cama.

Se sienta conmigo encima sin apartar nuestras bocas, entra sus manos dentro de mi blusa y me acaricia la espalda, lentamente y me enloquece.

Vuelve y me acaricia la cintura pero esta vez subiendo casi llegando a mi pecho.

Rompo el beso y me bajo de encima de él.

Esto no puede llegar a más.

—Perdón si te incomode... —Lo interrumpo.

—Tranquilo. —Le digo parada frente a él, no sé como decirle que me iré.
—Me gustó, pero estas ebrio.

—Tienes razón, perdona. —Dice y mira al suelo arrepentido.

—Es tarde. —Murmuro.

—¿Quieres que te acompañe a la puerta?, podrías perderte. —Dice en broma y nos reímos.

...

Busqué a Valeria, quien se besaba muy a gusto con un chico, que no conozco.

Toso levemente llamando su atención.

Buscando A Un Virgen  (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora