01:00 am.

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Jared-

Una noche estrellada artificial está frente a mis ojos. Pocos si quiera imaginarían que en la habitación de una adulta hay pegatinas de estrellas que brillan en la oscuridad, dándole un aire fantasioso e increíble. Muchos pensarían que es infantil, otros que es gracioso, pero para mí es hermoso.

Desde el primer momento en que la conocí note que su mirada se desviaba de vez en cuando hacía el cielo estrellado y se perdía ahí unos segundos. Era una acción casi imperceptible para cualquiera que no estuviera enamorado de ella.

Por eso cuando entré a su habitación, me recosté en su cama y divisé las estrellas por todo el lugar no pude esconder una sonrisa y sin pensarlo dije:

—A pesar de todos estos años, sigues siendo la misma Katherine de siempre. Eso te hace ser tan real —ella me sonríe ante mi comentario.

Me alegra darme cuenta que no ha cambiado su manera de ser, su manera de ver el mundo en los últimos años. Siempre la misma Kat, esa simple pero complicada, realista pero soñadora, ese instante e infinito, esa que no deja de ser lo único que es real en mi vida, lo único que no me decepciona pero, tristemente eso que he decidido perder.

Soy un grandísimo idiota.

—¡Jared! —su voz me saca de mi ensimismamiento, volteó a mirarla —Llevo varios minutos llamándote. Estaba hablando contigo, o eso pensé, pero me di cuenta de que tu mirada estaba perdida. ¿En qué estabas pensando? —pregunta apoyando una mano en su mejilla y el codo en la cama.

—Estaba concentrado viendo las estrellas —fijo la vista de nuevo en las estrellas pegadas en el techo.

Ella también fija su mirada en las estrellas, mi mano toca la suya y mi cuerpo se tensa. Hacía tiempo desde la última vez en qué su cuerpo había estado recostado junto al mío.

El recuerdo de nuestro beso compartido hace una horas, hace que mi mente viaje a esos días en que nos recostabamos en mi cama, envueltos por sábanas, hablando por horas sobre la vida.

Mi mirada recorre la habitación detallando todo lo que hay en ella, por primera vez desde que entre. Detengo la mirada en un objeto particular. ¿Tito?.

—Kat, ¿Ese es Tito? —reprimo una sonrisa clavando la vista en el pato de peluche que se encuentra en una de las sillas de su habitación.

Ella rompe en carcajadas mientras asiente.

—No creí que aún lo tuvieras —confieso con una sonrisa en mis labios.

—Nunca sería capaz de deshacerme de Tito —dice con una sonrisa sincera —Es lo único que tengo que me recuerda a ti —confiesa —Bueno, Tito y una sudadera —la miro confundido. ¿Desde cuándo tiene una de mis sudaderas? —Esa sudadera azul que dejaste en mi casa unas semanas antes de que te fueras.

Oh, esa sudadera. La deje en su cama a propósito, sabía que me iría unas semanas después y la parte egoísta de mi, la dejó ahí para que de alguna manera ella no me olvidará.

—Jared —susurra captando mi atención —¿Por qué te fuiste? —me tenso —¿Acaso no fui suficiente? ¿Hice o dije algo que no debía? ¿Había alguien más? ¿Dejaste de amarme...? —levantó la mano deteniéndola.

03:15 AM [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora