01:00 am.

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Katherine-

La calidez de su cuerpo me envuelve. Me hace sentir como si todo este tiempo hubiera tenido que luchar contra el frío sin saberlo, cómo si estuve buscando un lugar que me proporcionara la calidez que siento ahora.

Recuerdo todos los momentos que compartimos, y claro que tuvimos más muchos momentos como este, en el que simplemente éramos nosotros encerrados en alguna habitación, pero sintiendo que somos los únicos en el mundo. Solo las sábanas eran testigos de nuestros secretos.

Tenerlo junto a mí en este momento despierta emociones que no había sentido desde hace tiempo. Me sonrojo por mis propios pensamientos.

—A pesar de todos estos años, sigues siendo la misma Katherine de siempre. Eso te hace ser tan real —rompe el silencio sin apartar la vista de las estrellas. Sonrió.

—Son simplemente estrellas artificiales de esas que brillan en lo oscuro. Cuando llegue aquí sentí está habitación tan vacía, le faltaba vida y luego pase por una tienda de esas de niños y vi que vendían esas estrellas. Fue amor a primera vista. Era justo lo que le faltaba a la habitación —volteo a verlo pero sigue con la mirada clavada en el techo —¡Jared! —voltea a verme —Llevo varios minutos llamándote —exageró —Estaba hablando contigo, o eso pensé, pero me di cuenta de que tu mirada estaba pérdida ¿En qué estabas pensando?.

—Estaba concentrado viendo las estrellas —vuelve a fijar la vista en las estrellas. Imitó su acción.

Su mano está cerca de la mía. Esto me hace sentir tan feliz, podría pasarme la vida así, pero no tengo toda una vida, tengo simplemente una noche.

—Kat, ¿Ese es Tito? —el pato de peluche en una silla de mi habitación capta su atención. Me río mientras asiento —No creí que aún lo tuvieras —suena en realidad sorprendido.

—Nunca sería capaz de deshacerme de Tito —sonrió —Es lo único que tengo que me recuerda a ti. Bueno, Tito y una sudadera —me mira confundido —Esa sudadera azul que dejaste en mi casa unas semanas antes de que te fueras.

Recuerdo la felicidad con la que dormí el primer día que la encontré, fue como si estuviera durmiendo junto a él, de solo pensarlo me hacía sonreír. Sin embargo, unas semanas después se fue, y esa misma sudadera que había sido testigo de mis sonrisas se convirtió en el pañuelo para limpiar mis lágrimas.

Dormía con esa sudadera abrazada a Tito, tratando de sentir al menos un rastro de Jared y no el vacío que me había dejado cuando se fue sin ninguna explicación aparente.

Ya no se si quiero luchar por él, porque en la mañana volveré a sentirme así.

¿Por qué se fue la primera vez? ¿Por qué me dejó sin ninguna explicación aparente? Aunque, no me serviría de mucho escuchar una explicación, la tomaría como algo irrelevante porque el daño ya está hecho, esa grieta en mi corazón no logrará cerrarse con unas simples palabras.

—Jared —susurró —¿Por qué te fuiste? ¿Acaso no fui suficiente? ¿Hice o dije algo que no debía? ¿Había alguien más? ¿Dejaste de amarme...? —levanta la mano haciéndome callar.

—Eso ni siquiera lo pienses. Fuiste más que suficiente, no hiciste nada, eras —hace una pausa —Eres perfecta. Solo que en ese momento era un idiota enamorado lleno de sueños y pensaba que arrastrarte a los míos era egoísta, que tenías tus propios sueños y metas. Es que... ¡Joder! Sinceramente no sé porque lo hice, antes tenía razones que justificaban porque me fui pero luego mes tras mes, año tras año, esas razones comenzaron a parecerme absurdos y me recrimine porque no te lleve conmigo. Era un estúpido adolescente que pensaba que podría irse y enfocarse en seguir su sueño y luego volver a Michigan, reanudar todo lo que deje atrás, es incluyendo nuestra relación. Pero nada salió como lo planeé, y eso es algo evidente.

03:15 AM [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora