23.

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— Ningún equipo de búsqueda regresa con nada...— apretó sus manos bajando la mirada

Los presentes en la habitación guardaban silencio, estaban desesperados. Ya hacia siete meses desde que la Senju había sido secuestrada.

— Tsunade-sama...debemos tener la mentalidad de que ella quizás y este — antes de que terminará su frase la rubia golpeó el escritorio

— ¡No te atrevas a decir ni pensar aquello!

El Sarutobi miraba molestó al cazador especial ANBU qué estuvo a punto de decir que la albina podría estar muerta, se negaba, se negaba a pensar o creer que ella no estuviera con vida. Todos bajaron la mirada tratando de eliminar aquellos pensamientos por muy costoso que fuera, el silencio sepulcral era horrible en esos momentos.

De un momento a otro un kunai cayó directamente en el escritorio de la Hokage poniendo alertas a todos y de inmediato un pequeño grupo de ninjas salieron rápidamente tratando de encontrar a quién lanzó el kunai pero no había rastro de nadie. La rubia tomó el arma en la cuál estaba atado un trozo de papel abriendolo bajó la atenta mirada de los presentes.

— ¿Qué dice, Lady Tsunade?

Los ojos de la mujer se abrieron con sorpresa, miro a los ninjas que tenía frente a ella.

— Esta nota revela el paradero exacto de Senju Yumiko —. Golpeó su escritorio dejando bajo su mano el papel — ¡Preparen a los mejores shinobis!

— ¡Pero señora! ¡¿Y si esto se trata de una trampa?!

— Por ello hiran los mejores shinobis, si esto se trata de una trampa podrán resolverlo...pero...si esta información es verídica podríamos recuperarla

— ¡Pero no tenemos la menor idea de quien nos envió esto!

— ¡Silencio! — golpeó con fuerza su escritorio rompiendolo a la mitad — Después de siete meses al fin tenemos una leve esperanza para rescatarla, no podemos dejar escapar esta oportunidad y si se trata de una trampa retirense del lugar

•|🌻|•

Estába oscuro y el sonido de las gotas cayendo era lo único que se escuchaba en aquélla habitación. Sentía sus ojos pesados en ese momento, sentía unas inmensas ganas de dormir, ¿era una de las consecuencias de la nueva droga que le habían inyectado? En realidad no lo sabía. Su cuerpo lo sentía tan débil y su respiración era lenta.

La puerta se abrió, no le tomó importancia así que solo se quedó con la mirada en el suelo mirando los pies de la persona que acababa de entrar. Levantó la mirada al escuchar una voz que la llamaba.

— ¿Qué demonios haces aquí...Sasuke? — preguntó en un murmullo mirando al chico de cabellos azabaches 

— No imaginé que terminaras de esta forma, Yumiko — se acercó a pasó lento hacia ella mirándola seriamente

Una risa ronca salió de los labios de la chica cerrando sus ojos. El Uchiha apartó la mirada del cuerpo de la albina, por primera vez después de su partida de la aldea se sentía mal consigo mismo, no tendría que haberla llevado consigo a las manos de Orochimaru, no pensaba que ella terminaría de aquél modo. Quizás si ella hubiera cooperado con el hombre serpiente no estaría así, aunque sabía muy bien lo terca y testaruda que era.

Los ojos rubi que alguna vez le causaron sensaciones estaban apagados y opacos, su cuerpo estaba llenó de cortes, moretones, sangre y cicatrices. De por si ella siempre había tenido cicatrices en sus brazos por eso siempre tenía una camisa que se las cubriera pero ahora eran muchas más y no sólo en sus brazos. En realidad tenía cicatrices en todo su cuerpo. Brazos, piernas, abdomen, pecho y espalda, todo aquello tenía llenó de cicatrices pero la mayoría parecía que llevaban allí hace años. Sasuke miro fijamente su brazo izquierdo en el cual tenía marcas azuladas.

мєѕтιzα  »Sԋιƙαɱαɾυ Nαɾα«  [Primera Parte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora