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once

—No quiero alejarme así.

—Jimin, basta. Por favor.—Taehyung dijo, acomodando su cabello con clara frustración.

Estábamos de pie, frente a frente, en el mismo pasillo en el que Kim me pidió ayuda, solo que ahora quién lo arrastró hasta aquí fui yo. Quería arreglar las cosas.

—No puedo, no quiero dejarte.—Murmure disimulando mi desesperación para no llamar la atención de la gente y que el asunto se complique aún más.

—Créeme que yo tampoco quiero dejarte pero con todo esto se hizo más difícil.—Taehyung dijo, tomando mi mano como si eso fuera a ayudarme a entender su punto.

—Si no lo quieres, ¿Por qué lo haces? Hoseok se irá luego del aniversario de tus padres y tendremos una vida tranquila hasta entonces. Si evitamos-

—No es solo eso, Jimin. Por más que quiera iniciar una relación de verdad contigo a fin de año tendré que dejarte aquí. No puedo ser egoísta con algo así, se trata de ti y tus sentimientos. Yo no me lo perdonaría jamás si llego a lastimarte.

—Tu mismo lo dijiste, se trata de mi. Yo decido sobre mis sentimientos. Ahora estoy tomando la decisión de estar a tu lado.

—Entonces, yo no quiero.—Taehyung dijo, firme.

—Tae, porfavor. No hagas esto.—Murmure y él evitó mi mirada, pero aún sostenía mi mano por lo que no comprendía adónde queria llegar.

—Debes olvidarlo. Lo nuestro no fue real, Jimin. Vuelve con tu vida tranquila y cuida a tu madre. Y-yo haré lo mismo.—Dijo, levantando la mirada.

Me dolía. Dolía la forma en la que me miraba y también dolían sus palabras.

—Todo, ¿No significó nada para ti?—Pregunté casi sin voz. No podía creerlo.

—No, eso no fue lo que quise decir.—Taehyung se alarmó, tomando mi brazo cuando quise marcharme. Los ojos me comenzaban a picar.

—Esta bien, dejemos todo hasta aquí.—Dije, zafandome del agarre del castaño. Ya no quería insistir más.

Estaba por avanzar hacia el final del pasillo y Taehyung me detuvo, obligándome a voltear para mirarlo con confusión. Estaba llorando.

—Todo lo que hice, desde lo más mínimo. Todo. Fue porque me gustas. Me di cuenta cuando cocinamos juntos. Luego pasó lo de Hoseok y yo no pude evitar asustarme. Temía que me apartes de ti o me eches la culpa. No podría soportalo. Nisiquiera puedo imaginar lo que llegaría a dolerme.

Lo miré en silencio. Él me soltó y limpió su rostro. Dando un paso hacia atrás.

—Si quieres irte ahora, puedes hacerlo.—Susurró, ignorando que algunas personas ya habían notado que estábamos peleando. No tendría que haberlo hablado en el colegio.

Me acerqué a él y tomé su mano, dibujando una sonrisa leve en mi rostro. Taehyung levantó su rostro y dudó un poco. Entonces, lo besé.

—Prométeme que antes de decidir algo así, hablaremos juntos.—Él asintió, soltando una pequeña risa para luego volver a besarme.

—Lo prometo.—Susurró, soltando mi mano para acariciar mi rostro. Limpiando todo el rastro de mis lágrimas. Yo reí.

—Eres lindo llorando.—Taehyung negó avergonzado. Obligándome a limpiar sus lágrimas del mismo modo.—Aunque te ves aún más lindo cuando no lo haces.

El timbre sonó y Taehyung me besó.

—Ahora no te dejaré ir.—Murmuró y yo negué. Debía dejarme ir al salón.

—Nos veremos en el receso-

—No quiero.—Taehyung me sostuvo por la cintura y volvió a besarme. Poniéndome nervioso ante la idea de la señorita Minatosaki encontrándonos de esta forma en el pasillo.

—Tae.—Susurre.—Déjame ir a clases.—El castaño volvió a negar, escondiendo su rostro en mi cuello. Husmeando con su nariz mi colonia, hacia cosquillas.

—¿Puedo besarte aqui? Si me dejas me iré.

—Estás loco.—Dije y él rió, negando.—Vamos, déjame.—Intenté alejarlo y Taehyung se aferró aún más.

Un pequeño grito fue cubierto con mi mano cuando Taehyung sostuvo entre sus dientes la delgada piel de mi cuello. Me mordió.
Se alejó sonriendo y me besó.

—Nos vemos luego, Park.—Se alejó por el pasillo, dejándome allí aturdido por lo que acababa de pasar.

La señorita Minatosaki me miró en la distancia, me señaló y comprendí que debía entrar a mi curso de inmediato.