doce

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—Me pagaras lo del pasillo.—Dijo intentando empujarme. Obviamente falló.

Estabamos caminando en dirección a mi casa, mamá al enterarse de que Jimin se encontraba bien (claramente no le dije que habíamos peleado) lo invitó a almorzar para disculparse.

—¿Y como lo harás?—Pregunté, poniéndome de pie frente a él.—Tu novio no formalmente confirmado es más fuerte que tú.—Murmure, notando la dulce sonrisa de Jimin.

—¿Qué es eso de tu novio no formalmente confirmado?—El pelinegro rió, acomodando uno de mis mechones de cabello con algo de esfuerzo.

—Somos novios, ¿no?—Jimin asintió.—Pero quiero pedírtelo formalmente en una cita.—Dije y el más bajito sonrió.

—¿Cita? Eres un romántico, Kim.—Se burló y sonreí, tomándolo en mis brazos. Era encantador.

—¿Cuando tienes tiempo?—Pregunté y Jimin fingió pensar con un sonido bastante divertido.

—El jueves es mi único día libre, el viernes mi novio no formalmente confirmado tiene una competencia muy importante así que no puedo. Y mañana, estaré con él también. Me temo que no tendremos tiempo.

—Así que, ¿Mañana pasarás tiempo con él?—Dije y Jimin asintió.—Y que harán mañana, ¿uhm?—Pregunté, separandonos un poco para mirarlo a la cara.

—Iremos de compras.—Dijo y asentí.

—Me parece un buen plan. Ahora dime, ¿soy más guapo que tu novio?—Jimin rió y negó, entrelazando sus brazos en mi cuello sin ocultar su sonrisa.

—No lo creo, no hay un chico más guapo que él. Solo yo.—Sonreí.

—Solo tú.—Murmure y él me besó, separándose una vez se sintió satisfecho.—Tu novio no se enterará de esto.—Dije, tomando su mano.

—Te tengo un secreto.—Jimin dijo, retomando el camino hacia mi casa. Lo miré y él hizo una seña para que guarde silencio.—En realidad, mi novio está aquí.

—¿Aquí?—Fingi sorpresa y el rió.

—Aquí.—Afirmó, pellizcando mi mejilla como si se tratara de una de esas tías que dicen conocerte desde la panza. Reí.

—No te lo creo.—Jimin me miró confundido.—Si tu eres mi novio, eres demasiado lindo.

—¡Taehyung!—Jimin se alejó avergonzado y yo reí, tomándolo por la cintura para besarlo una vez más.

Ya estábamos a una calle de mi casa, por lo que el ambiente se había vuelto un poco incómodo. Al final, nunca hablamos de lo que había sucedido con Hoseok y yo tampoco quería sacar el tema. No podía obligarlo a decirme.

—¿Qué debería decirle a tu familia? Ya sabes, si ellos preguntan por-

—Si no quieres hablar sobre el tema no deberías hacerlo.—Lo interrumpí. Seguíamos caminando por lo que nisiquiera me giré a mirarlo.—Estaré contigo, si se sobrepasan con alguna pregunta será suficiente para irnos. Mis padres comprenderán, pero no quiero hablar por mis tíos.

Jimin afirmó el agarre de nuestras manos, era obvio que estaba nervioso. Ya estábamos por llegar a la puerta. Suspiré y abrí con la llave, encontrando a mamá sentada en la escalera frente a la entrada, nos estaba esperando.

—Buenas tardes, señora Kim.—Jimin saludó con una reverencia y mi madre inmediatamente se acercó para abrazarlo, obligando al pelinegro a soltar mi mano.Y tomé distancia, dejándoles el momento.

—Lo siento tanto, cielo. Lamento haberme llevado a Taehyung ese día, si yo hubiera escuchado cuando él se negó-

—Sunhee, no es su culpa.—Jimin la interrumpió, dando leves palmaditas en su espalda.—Ya pasó.—Murmuró, como si eso también fuera un consuelo para él.

De pronto, un brazo reposo en mi hombro. Era papá. Miró la escena de mi madre abrazando al pelinegro y permaneció allí hasta que ellos se separaron.
Se acercó a mamá e hizo el mismo gesto de la mano en el hombro con Jimin. Obligándome a acercarme cuando noté que Jimin podía llegar a sentirse algo inseguro o abrumado por la idea de mis dos padres frente a él. Dudé en vano. El sonreía como siempre.

—Me alegra que estés mejor, Jimin. Ese día todos estábamos preocupados. Además, si te tranquiliza un poco, la familia Jung se fue esta mañana.—Dijo papá y con Jimin lo miramos sorprendidos.

—¿Los tíos se fueron?—Dije, acercándome y tomando disimuladamente la mano de mi chico. Se suponía que se quedarían hasta el sábado.

Sacando el incidente con Hoseok, el tío y la tía eran por mucho los familiares más importantes para mis padres. Se trataba de la única hermana de mi madre y uno de los mejores amigos de mi padre. Además, Jiwon era el ahijado de ambos. No podía creer que se fueran en el aniversario número 20 de mis padres. Era un número importante.

—Siguen en Seúl pero tu tía insistió en irse de la casa. No pude hacer nada asi que tu padre les prestó el apartamento.—Mamá añadió y Jimin suspiró con alivio. Seguramente él también pensó que se habían ido de regreso a Daegu.

—Entonces, vamos a comer.—Dijo papá interrumpiendo la charla. Caminando hacia el comedor junto a mi madre. Dejándome a solas con Jimin.

Sonreí, abrazando al pelinegro a mi lado. Se lo veía bastante tenso. Seguramente por la mala comunicación de mis padres al decirnos que mis tíos se habían ido.

—De igual forma si se iban de regreso no sería tu culpa. Lo sabes, ¿no?—Jimin asintió y recoste levemente mi mentón en su cabeza, soltando un largo suspiro.—Me alegra que él ya no esté aquí, pero ya comencé a extrañar a Jiwon.

—Su energía le daba una vibra diferente a la casa.—Comentó Jimin y asentí. Separandome del más bajito para besar su frente rápidamente.

—Vamos a comer.

(...)

—¿Realmente se va a ir?—preguntó Seokjin a mi lado luego de escuchar la razón por la cual Taehyung estaba en negación a lo nuestro.

—No puedo hacer nada, sería renunciar a su sueño por mí así que disfrutaré su compañía unos meses más.—Tomé un poco de mi té helado con arándanos y Seokjin suspiró.

—¿Realmente aceptaras que se vaya? No suenas muy feliz.—Quité mis lentes de sol y asentí.

—Aún no lo sé bien, pero de todas formas no quiero seguir hablando del tema. No puedo pensar con claridad por la cirugía que tendrá mamá. Las posibilidades de que ella siga aquí conmigo son escasas ya que es peligrosa. Me preocupa.—Di otro trago a la bebida de aquel café, mirando a mi amigo esperando que diga algo.

—¿Cuándo es?—Preguntó Seokjin, revolviendo su batido de banana con el sorbete.

—El lunes a la 4.—Dije y él asintió, sacando su celular cuando el tono de llamada interrumpió.—Nam.—Me avisó con una sonrisa.

—Contesta. Iré al baño.

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