Todo el fin de semana fue completamente aburrido. Mis padres llegaron el día de su llegada, y junto a mi madre, vi una película que no me interesó en absoluto. Al día siguiente, decidieron que no me dejarían salir con los chicos, porque, como siempre, eran súper estrictos. Pasé todo el día encerrada, deseando poder escapar de la rutina. Finalmente, hoy regresaba al instituto, y la emoción me invadía a pesar de lo monótono que había sido el fin de semana.
Me puse mi uniforme, que consistía en una blusa blanca y una falda de cuadros. Bajé al primer piso y ahí estaba mi madre, preparándome un licuado verde asqueroso, que olía a hierbas y algo que no podía identificar.
—Buenos días, Issy —dijo mi madre, entregándome el licuado con una sonrisa.
—Bueno, me tengo que ir —dije mientras agarraba mi mochila, intentando evitar el mal sabor que me esperaba.
—Issy, tómate el licuado y quiero que estés aquí temprano, ¿okey? —insistió mi madre, su mirada era firme.
—Okey, mamá —dije, resignada, y tomé un sorbo del licuado, haciendo una mueca antes de salir de la casa.
Al salir, vi a Jhon esperándome en su auto, con una expresión de sufrimiento en su rostro.
—Hola, perra. ¿Cómo va en tu casa? —preguntó Jhon, frunciendo el ceño.
—Fatal, ya empezaron con sus limitaciones —dije, mirando mi celular para distraerme de la frustración.
—¡Qué horror! —exclamó Jhon, mientras me miraba con simpatía.
Llegamos al colegio, nos bajamos del auto y nos dirigimos a la clase de Kat. Al entrar, la vi sonriendo radiante.
—¡Hola, bebé! —dijo Kat, con una sonrisa que iluminaba su rostro.
—Vamos a la clase —dije, apuntando a la puerta, sintiéndome un poco más animada.
—¿Y eso? ¿Quieres entrar a clase? —preguntó Kat riendo, dándole un toque de humor a la situación.
—No es obvio, porque en esta clase está Dylan —dijo Jhon burlándose de mí, lo que me hizo rodar los ojos.
—Él me da igual, cállense —respondí, aunque sabía que no era del todo cierto.
Entramos al aula, que aún estaba vacía. Nos sentamos, y comenzamos a tomarnos selfies, intentando capturar la emoción del primer día de vuelta. De repente, sonó el timbre y todos empezaron a llegar. Cuando entró Dylan con su amigo, no pude evitar quedarme embobada mirándolo.
—Hey, Issy, no se te vaya a caer la baba —dijo Jhon, burlándose de mí.
—¡Tarado! —le respondí, dándole un pequeño golpe en el hombro, aunque en el fondo me sentía avergonzada.
La clase fue sumamente aburrida. Dylan estaba coqueteando con algunas chicas en el fondo, y eso solo intensificó mi frustración.
—Dylan, ponga su banca al frente, junto a la de Issy —ordenó el profesor, y no pude evitar sonreír internamente.
—El destino, Issy —dijo Kat, mientras me quitaba la pluma de la mano.
Dylan hizo una mueca de desagrado pero movió su banca a mi lado. Se sentó sin hablarme, y eso solo aumentó la tensión en el aire.
El profesor comenzó a asignar trabajo y Jhon y Kat voltearon hacia mí.
—Issy, tú haces la primera actividad, Kat la segunda y yo la tercera —dijo Jhon, organizando el trabajo en equipo.
—Okey —respondí, tratando de concentrarme en lo que tenía que hacer.
Mientras trabajaba, sentí la mirada de Dylan sobre mí, pero no dijo nada. Finalmente, se acercó y me susurró.
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El Fuck Boy (EDITANDO)
Romance-Pensé que teníamos algo-las lágrimas comenzaron a caer. -Pensaste?, enserio crees que yo me enamoraría de alguien y menos de ti solo quería acostarme contigo y lo logre. -Eres un idiota-digo con la voz entrecortada