Uno, dos, tres, patada. Uno, dos, tres, golpe. Repetía esa secuencia en mi cabeza; Una, y otra, y otra, y otra vez sin detenerme por nada.
Llevaba ya unas tres horas repitiendo la misma secuencia en mi mente y con mis brazos y piernas, la razón; distracción. Intentaba distraerme para pensar en otra cosa que no fuera en él y en aquel beso que desató en mí un mar de confusiones, pero más que eso es porque después de dos semanas de aquel.... suceso, al fin había comprendido ese sentimiento que no desaparecía en todo el día y la noche. Y cuando al fin lo descubrí, me enfade y enoje, bastante cabe decir. Me di cuenta de que me gustaba. Levi, me gustaba, a mí. Y me enoje conmigo misma por permitir que algo así me pasara.
Se supone que siempre debía de odiarlo. El golpeo a Eren en el juicio, para salvarlo eso lo tengo bastante claro. Pero en ese momento no razonaba, mi instinto me decía qué debía molerlo a golpes, así como él lo hizo con Eren.
Pero me di cuenta que de nada servía enfrentarlo y romperle algunos huesos, talvez me hubiera tranquilizado e incluso gustado, pero que haría luego; vivir en paz —si es que eso se puede hacer en estos muros— y hacer como que nunca paso. Hacer como que nunca golpeé a mi capitán simplemente porque me enfado ver el cómo golpeaba a mi hermano que en ese momento era la razón de mi existencia y al hombre que apreciaba y quería; no, no iba a hacer eso. Pero pude, pude, pero no lo hice.
Y ahora, me encuentro aquí, pasada la medianoche mientras todos duermen y mientras me desquitó contra un árbol que no tiene nada que ver con mi problema por el simple hecho de que acabo de asimilar de que me gusta mi capitán.
Pero que hipócrita puedo llegar a ser.
Si mis padres me vieran ahora.... me pregunto qué dirían.
Talvez estarían decepcionados de la persona en la que me convertí, o en las decisiones que eh tomado, o seguramente estarían orgullosos por ver que su amada hija es una de las mejores soldados del escuadrón de élite de la legión y que está enamorada de su capitán. Que ironía.
Como.... como desearía que estuvieran aquí para aconsejarme en estos momentos dónde los necesitó tanto, dónde necesitó qué me expliquen qué es el amor porqué yo no lo conozco, no sé qué es, no sé qué sé siente sentir amor, no sé lo que significa.... no sé.
Y me aterra. Me aterra saber qué eso es lo más doloroso qué puede llegar a sentir una persona, o eso eh oído. Me aterra que enamorarme de la persona equivocada me llegué a doler y hacer locuras por su atención. Me aterra saber, que quizás nunca pueda sentir un amor recíproco por qué no sé qué es el amor. Me aterra no saber que es el amor. Me aterra.
Por eso los necesitó, necesitó qué me digan sí voy en el camino correcto al enamorarme de alguien mayor qué yo en rango y en edad y experiencia y mayor qué yo en todos los aspectos posibles. Necesitó que me guíen, qué me enseñen, qué me muestren y digan, sí lo qué hago está bien.
Para ese punto, apenas me había dado cuenta que estaba llorando. Mis mejillas estaban entumecidas por la humedad que me otorgaban las lágrimas y con el frío viento de estar en el bosque por la madrugada, que me hacía temblar hasta los huesos —o al menos así sería si fuera como antes—, además de sentir la picazón e hinchazón de mis ojos por la irritación de haber llorado.
Detuve mis golpes y mire a mis manos magulladas por la fuerza que use, y con astillas en ellas, pero rápidamente fueron desapareciendo las heridas y sanando mientras que de ellas salía humo.
Se que debería de estar feliz de que el experimento de Hange hubiera resultado, pero, me convirtió en un monstruo, en un arma para la humanidad, en una esperanza y no quiero serlo porque no sé sí lo lograré.
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La Titán Más Poderosa
FantasíaHange acaba de crear una sustancia con el liquido del titan fundador de Eren y quiere experimentar con ella, pero para eso necesita un cuerpo en el cual experimentar. Mikasa por estar en el lugar equivocado en el momento equivocado, sera quien Hange...