Capitulo 10: Sentimiento

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El silencio que se creó en la habitación fue sepulcral, e incómodo. Basta decir que también fue incomodo el hecho de haber caído sobre él frente a Hange, quien para colmo no es muy buena cerrando la boca cuando del capitán se trata. Y ahora no sabía que decir para romper la tensión del momento, pues no había mucho que pudiera hacer debido a mi estado de nerviosismo, confusión y vergüenza, sin mencionar que no puedo mover el cuerpo. Además, que podría decir después de haber caído sobre su pecho, seguido de sus brazos que me rodearon y protegieron de un seguro golpe contra el suelo que me hubiera dejado peor. Definitivamente nada. Aun así, quería preguntarle, lo que pasara primero por mi mente, talvez debería de preguntarle sobre lo que paso después de mi desmayo o lo que paso con los demás después de lo sucedido. Que habrá pensado el comandante al verme transformada, yo, la soldado que equivale a cien soldados promedio en un titán de veinte metros, más aún, que habrá pensado al saber que la responsable de todo eso fue nada más y nada menos que su pareja, la subcomandante Hange Zoé. O que mejor, saber que una de las mejores soldados puede transformarse en un titán femenino que, además, puede hablar en su forma titánica, eso es aún más confuso, extraño y un dolor de cabeza, o al menos para mí. Debería preguntarle todo eso para saber que pasara conmigo o que paso conmigo.

Volvió a sentarse sobre la silla donde se encontraba anterior a mi despertar. Yo por mi parte no dejaba de detallar cada movimiento que él hacía. Volvió a su posición inicial y con los ojos cerrados hablo.

—Vas a dejar de mirarme o seguirás haciéndolo—preguntó neutro, sin mirarme.

Debo hacerlo, debo preguntarle y saber que paso y demás.

—Que paso, después de que me desmayara. Quien me trajo hasta aquí—Esquive su pregunta con otra, porque la verdad no sabía cómo responderla.

Suspiró y volteó a verme.

—Después de que te desmayaras todos fuimos hacia ti, alcance a atraparte antes de que te fueras de llano al suelo. Con Hange te trajimos hasta acá, no respondías, tu respiración era débil, la cuatro ojos pensó que podría ser por tu nueva transformación en titán, y así era. Pasaste los tres últimos días inconsciente y sin ningún cambio, hasta hoy—informó, mirándome fijo a los ojos.

Me mantuve callada por varios minutos después, no sabía que decir exactamente, pero que podía decir después de eso. Tres días inconscientes y sin cambios después de una transformación de ese tipo, me sorprende que pudiera recordar lo que paso, no como Eren que después de que despertara de la primera vez como titán no recordaba nada. Pensándolo bien no había mucho que pudiera decir.

—Entiendo. Gracias, Levi—mencione tranquila, el simple hecho de llamarlo por su nombre me ponía nerviosa pero esta vez no, o bueno no tanto como esperaba.

—Hmm.

Y silencio, volvimos al ya muy conocido silencio que nunca se ira de este lugar sin importar que. ¿Porque siempre pasa lo mismo? ¿Acaso es porque nos queremos incomodar para luego alejarnos y no hablarnos? Porque siempre que trato de acercarme a él aparece el maldito silencio que para colmo era mi tranquilidad, ahora es mi tortura. Di algo, háblame, regáñame, grítame, pregúntame lo que sea, pero di algo, lo que quieras y yo lo aceptare. A veces me pregunto porque la vida es tan injusta, por diversión, por odio, por celos, porque me odia y solo quiere burlarse de mí, en realidad no lo sé. Creo que me estoy volviendo loca de tanto silencio.

—Porque me permitiste llamarte por tu nombre y tratarte de tú. Porque a mí y nadie más—pregunte de la nada.

Más no obtuve respuesta, él se mantuvo tranquilo y sereno como si nada más pasara a su alrededor, como si estar aquí fuera suficiente para él. Pero para mí no era suficiente, no eso.

La Titán Más PoderosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora