Nostalgia de un falso pasado

En los ojos de Amelia

Narra Amelia:
No recuerdo nada...

No sé dónde estoy...

Me siento mareada...

Abrí los ojos y lo único que vi fue una habitación muy polvorienta en la que sólo había una silla y una ventana.
Las paredes estaban dañadas y al lado mío había una puerta blanca.
Ese lugar parecía un edificio abandonado en medio de la nada.

Me desperté con un intenso dolor de espalda, ya que me encontraba atada con una cuerda en la cadera a la pared.
Tenía algo de margen para moverme, pero no suficiente como para abrir la puerta.
Me desperté con mucho sueño, sentía que en cualquier momento me iba a quedar dormida de nuevo.
De repente alguien llamó a la puerta.
Supuse que era la persona que me había llevado hasta aquí.
-¿Dónde estoy?¿Quién eres?¿Qué quieres de mí?¿Dónde está mi madre?-Le hice un montón de preguntas, pero se limitó a decirme que me calmara.

Me llevó algo de comida y agua.
-No pienso comerme eso-Le dije
-Si no quieres comer está bien, pero al menos bebe algo de agua, no quiero que te mueras aquí.
Comprobé que la botella estaba cerrada, y, parecía que no había sido abierta ni manipulada, así que decidí beber un poco.
El secuestrador me miró, no pude ver su rostro, pero, por su voz supe que era un hombre. Iba vestido de negro, y llevaba una capucha y la cara tapada.
-¿Quién eres?-Insistí
Él abrió la puerta y abandonó la habitación, pero antes de marcharse dijo:
-Solo quiero liberarte.
Me quedé extrañada, y antes de volver a preguntar, cerré los ojos y caí en un profundo sueño.
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Narrador:
En ese momento Amelia se encontraba en un colegio abandonado de Lorca. No había señal, estaba en mitad de una montaña.
La pregunta es: ¿Por qué dijo eso el secuestrador?