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╔──────◎──────╗CHAPTER EIGHT:TE LO DIRÉ╚──────◎──────╝

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CHAPTER EIGHT:
TE LO DIRÉ
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— ¿PUEDES DEJAR DE MOVER tu pierna? —exclamo Athena mientras con una mano arreglaba su cabello.

— Estoy ansioso.

Luego de que Rosalie y Alice se pasarán una hora explicándole a Lorcan lo que era y conlleva el amor, por fin había entendido ese sentimiento que causó la loba gris. Athena se mantuvo toda la charla callada, no era una experta en esos temas. Pero si pudo sacar algo en conclusión, su hermano había expresado sentir una conexión al tan solo ver aquella criatura y Athena había sentido lo mismo cuando conoció a Sam Uley.

Cuando vio a la manada en el entrenamiento el vacío en su pecho había desaparecido por completo pero entonces ellos se fueron y volvió ese incómodo vacío. Sabía que Sam algo le ocultaba y solo quería descubrirlo.

Ahora los dos se dirigían hacia la reserva. Lorcan se había madrugado para verse «presentable» en cambio Athena había dormido hasta como las once de la mañana. Se notaba a kilómetros la ansiedad de Lord y la mutante se comenzaba a exasperar.

— Como no dejes de mover el pie te juro que te inmovilizo hasta que lleguemos —giro el volante siguiendo las indicaciones del gps.

— Bien.

Athena dejo de mirar la carretera unos segundos para ver a su hermano, está vez él había comenzado a morder su labio—. Estoy segura de que le agradaras.

— Eso espero —suspiro pasando sus dedos por su cabellera.

Las ruedas del automóvil se detuvieron cuando la voz robótica les indico que habían llegado a su destino. Athena bajo de coche y del maletero saco un tarta de fresas que Esme había hecho para ellos.

— Ten, para que tengas tus manos ocupadas —dijo tendiéndole la tarta a Lorcan.

— Es muy bonito este lugar —el hombre lobo miro a sus alrededores, a unos cuantos metros estaba la casa de Sam—. Saben que hemos llegado.

— No tienes porque estar nervioso, todos ellos son muy amables —aseguro su hermana apretando cariñosamente el hombro. Ambos Blair se acercaron a la vivienda sintiendo a cada paso una cálida sensación. La manada quileute salió a recibirles.

— Bienvenidos —Sam fue el primero en acercarse, tenía una sonrisa de oreja a oreja logrando contagiar a Athena con ella—. Los esperábamos —los ojos del chico no se despegaron por ni un segundo de su hermosa impronta.

— Nos costó un poco llegar —dijo Lorcan, sus ojos parecían buscar a alguien en especial.

— Leah está patrullando, llegará pronto —la respuesta de Paul fue un poco amarga.

SWEET CREATURES ━━sam uleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora