one-shots (meliodas y tu) (zeldris y tu)

manzanita

Inocencia pura, ingenuidad, dulzura y amabilidad un ángel entre los demonios ¿Quién dijo que los demonios tampoco podían ser ángeles? Su mirada tan delicada tan pura y tan brillante con sus grandes ojos grises oscuro sin una pizca de maldad

-capitán –su melodiosa y dulce voz que dejaría a cualquiera encantado e hipnotizado

-¿si? Manzanita –hablo con un tono de voz sereno y suave algo muy extraño en el

Un demonio de alto rango de cabello rubio como los rayos del sol ojos de color esmeralda un poco oscuro fuerte alto y un poco moreno su mirada estaba concentrada y perdida en los ojos grises de la pequeña

-usted no me dejara sola ¿cierto? –pregunto con una encantadora sonrisa muy tímida mientras que sus mejillas se tornaban de un color carmín claro el rubio solo sonrió y acaricio su cabeza despeinando el cabello blanco de la demonio

-nunca dejaría sola a una dulzura como tú –hablo con diversión y ternura en su voz con ella solo con ella él podía ser así, la oji gris sonrió grandemente demostrando sus blancos dientes y un brillo en sus ojos apareció dándole un toque aún más tierno a la de cortos cabellos

-¡qué bien! ¡El capitán nunca se alejara de mi lado! –chillo dando saltitos alegres y corriendo de un lado a otro

-que enérgica –comento el rubio muy sereno recostándose de un árbol

Los dos demonios estaban en un bosque del purgatorio un bosque al que solo ellos dos podían ir y ser quienes eran realmente hablarse y reír un rato divertirse y sentirse realmente ellos

-soy feliz –dijo sentándose al lado del joven demonio- si usted está a mi lado no me importa nada

-¿cómo siendo una demonio puedes ser tan dulce y encantadora? –le pregunto mirándola

-no entiendo –hablo con una gran inocencia- solo soy yo –respondió volviendo a sonreír como solo ella lo hacia

(...)

Ojos grises tan bellos y brillantes

Ahora sin brillo y muertos

Gran sonrisa dulce y amable

Ahora ni una mueca de asco

Niña tan dulce tan buena

Ahora una mujer que no sabe ni que es el odio o la rabia no siente nada

Gran dulzura y belleza

Ahora solo era una belleza

-él te dejo porque eres una inútil entiéndelo –hablo tomando su largo cabello blanco con rudeza mirando sus muertos ojos grises- él te dejo sola, no le importas –hablaba en el oído de la mujer de rasgos finos

-n-no –musito como pudo viendo a la nada- e-el ca-capi-capitán no m-me dejaría

-vamos acéptalo el solo te mintió –volvió a hablar aun mirando a la mujer su rostro no demostraba nada su hermoso y bello rostro tenía heridas de golpes y rapones además de estar sucio

-n-no –murmuro

-tú lo odias repítelo lo odias

-y-yo l-lo....-no hablo su labios resecos no se movieron

-¿¡qué te pasa!? –exclamo molesto el mandamiento moviendo la cabeza de la mujer bruscamente

-yo....yo no....no puedo...odiarlo

-¿¡porque no!? –grito ya harto de la mujer

-por el....yo no estuve sola....no me volví...loca en....en mi soledad –respondió con una mirada ida