RESPUESTA Y PLAN

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Ranmaru despertó ante el estímulo de una suave brisa acariciar su cuerpo. Se despabilo igual de rápido al recapitular lo ocurrido hace quizás solo un par de horas. Reconoció que no se encontraba en su habitación y que todavía estaba oscuro afuera. En la cómoda a un costado de la cama revisó en el reloj la hora. Eran recién las tres de la mañana. Miro a su otro costado en busca de la presencia de su compañero, pero estaba solo. Paso a revisar su cuerpo, a pesar de toda la acción pasada, estaba limpio.

Observó alrededor y detectó a través de la puerta del cuarto de baño la luz encendida; el sonido del agua correr en la ducha le dieron el indicio del paradero del castaño. Se acomodó lo mejor que pudo en la cama, en su cadera y retaguardia sentía un poco de molestias, pero nada fuera de lo usual. Era la primera vez que había perdido el control de dicha forma. Recordar su descarada conducta produjo que se avergonzara incluso más. Cruzó sus piernas sobre la cama y apoyó sus palmas contra el colchón. Con una mano se rascó el cabello incómodo y esta termino parando detrás de su cuello para cuando escucho la luz del cuarto auxiliar apagarse y presencio la puerta abrirse.

Reij, emergió de la habitación contigua vestido solo con una bata.

- ¿Te desperté? - a pesar de que sus ojos reflejaran igual sorpresa y hasta un ligero nerviosismo, su primera consulta fue respecto a la detección de que ya no dormía.

El peli plateado lo negó con la cabeza. Dejo de sobarse la nuca y apoyó ambas palmas de manos en el colchón. El castaño se tomó su tiempo, pero termino sentándose al otro lado libre. Aun así, no busco mayor contacto. Quería respetar su espacio.

- Te limpié lo mejor que pude- comentó acomodándose a su costado- Desfalleciste- obvio la mención de que aquello ocurrió inmediatamente después de su orgasmo- Estuviste muy activo- le sonrió levemente hasta con gracia.

Estaba de más decir que el menor era consumido por la vergüenza.

El silencio invadía el cuarto, el ambiente pesado volvía a instaurarse. No era así como planeaba o quería darle a entender sus acciones. No podía permitirse echarlo todo a perder de nuevo. Se maldijo internamente por enésima vez ante su conflicto interno.

Era incomodo, era indeseado, pero era así como debía ser... ¿verdad?

- RanRan, yo...

Reiji trato de comenzar de nuevo la conversación, decidido a una vez más ponerle fin a todo. No obstante, antes de que siquiera pudiera declarar sus intenciones, su mano fue tomada con fuerza y entrelazada con los dedos del menor.

- No lo hagas- le corto el peli plateado aun sin dirigirle la mirada, su voz era ronca pero se expresaba con un tono afligido. Aun dentro de todo su enfrentamiento interno su decisión seguía clara. (enfrentamiento interno de ranmaru)

El mayor lo miro preso de la duda y la inseguridad rápidamente emergió de su interior. El peli plateado podía estarse refiriendo a miles de cosas después de todo lo ocurrido en las últimas horas y no era claro.

- Iré a esa boda – declaró el de ojos bicolor haciendo una vez más mayor presión con la mano que entrelazaba.

- ¿Perdón? - no era precisamente aquella la respuesta que esperaba escuchar.

Ranmaru se mantuvo el silencio unos cuantos segundos antes de finalmente soltar su mano y acomodarse de costado para encararlo con formalidad. Su desnudismo era evidente, su rostro seguía marcado con sonrojo, pero su mirada era seria. El ambiente incluso comenzó a sentirse pesado.

- Iré a esa boda - repitió asegurando su decisión de frente- Así que no dejes que se termine, Reiji- lo llamó con sinceridad.

Cuánto tiempo se contemplaron mutuamente no se supo. Para cuando el mayor proceso la declaración de Ranmaru, al parpadear por la comisura de sus ojos se deslizaron traicioneras lágrimas y se percató de que estaba llorando. Su mirada reflejada en los ojos del otro, aun estando a oscuras, le mostraban una expresión afligida, pero al mismo tiempo llena de franqueza y verdad.

Quartet Night Crash a WeddingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora