INSTINTOS

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¿Se estaba poniendo de moda el actuar violentamente en el departamento?

En la vida se hubiera imaginado golpeando a Reiji, pero ganas de hacerlo no le faltaban.

De un momento a otro Ranmaru cambió de lugar y se acercó a su lado. Lo tomó del cuello de su camisa con brusquedad y alzó hasta prácticamente quedar su rostro a su altura.

Estar molesto era poco, estaba lleno de furia.

- ¡¿Es esto lo que valemos para ti?!- espetó su reclamo e incluso alzo su voz- ¡¿Así nomás/nada más quieres ponerle fin?!-

No era la forma como quería que se dieran las cosas, mucho menos esperaba aquel tipo de reacción. No obstante, ya había hablado, todo estaba dicho y dispuesto sobre la mesa. No tenía sentido guardarse nada. Su decisión ya estaba tomada.

Solo podía contestar...

- ¡¿Y qué me puedes decir tú al respecto!? - espetó, aunque no de la mejor forma. Reiji se sorprendió al perder el control de sus impulsos de modo similar. - Tienes la oportunidad de estar cerca de tus seres queridos. ¿Por qué no puedes aceptarla? - continuó. -Deja de ser tan testarudo. Tu todavía puedes volver con ellos. - muy en el fondo aquella verdad le causaba dolor. Después de todo, podía relacionarlo con facilidad a su relación perdida años atrás.

- No me metas en tus asuntos. Esto y aquello no tiene nada que ver.

Ranmaru no le permitiría recaer en un nuevo drama.

- ¡Entonces dime tu qué es lo quieres ver! ¡¿Qué quieres de mí?!- contestó casi a gritos el mayor.

Y es que no tenía claro lo que quería, lo que haría o como lo conseguiría. Lo que esperaba o lo que realmente le dolía. ¡No lo sabía! Ambos eran un dúo de problemas y frustraciones aglomerados a punto de explotar. Las emociones dentro de ellos eran un remolino sin control, ni dirección; incapaces de sincerarse y ceder ante el otro... y aun así...

Solo a Ranmaru se le ocurrió un remedio.

Aferrándose con sus dos manos al cuello de su camisa, manteniendo su rostro lleno de coraje pegado al suyo, dejándose llevar una vez más por sus impulsos, respondió con salvajismo. Lo jalo contra él y beso sus labios con desesperación, acallándolo de una vez por todas.

No lo permitiría. Simplemente no de nuevo.

Lo que en un inicio comenzó como una discusión verbal rápidamente se tornó. Reiji abrió los ojos enormemente sorprendido de su súbito accionar. Y por más que lucho contra la acción unilateral de su compañero, fue perdiendo fuerza.

¿Cuánto tiempo podría haber pasado? ¿Desde hace cuánto no juntaban sus labios? ¿Tanto extrañaba el contacto con el otro? ¿Sería capaz de abandonarlo? Reiji, se cuestionaba en segundos mil cosas en su mente, pero su cuerpo respondía instintivamente con ansias, sometiéndose y dejándose llevar.

Succiones y mordidas incesantes sobre sus labios fueron sumados a un intercambio salivas desesperado. Cuando Ranmaru se dio cuenta de que era correspondido recién accedió a desajustar su agarre. Ambos en necesidad de recuperar el aire se separaron lentamente cruzando sus miradas. Ninguno dejo de apreciar el semblante del otro. En los ojos de uno se reflejaba la respiración agitada del contrario y del mismo modo se leía el deseo de llevar la disputa a otro tipo de contienda.

- Quiero hacerlo- el peli plateado pasando a sujetar de los hombros a Reiji, fue el primero en declarar con voz ronca sus ansias y pretensión.

No era la respuesta que Reiji esperaba. Mucho menos veía en el accionar el rumbo correcto de la situación.

Quartet Night Crash a WeddingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora