CALL OF DUTY AND LOVE (Clexa AU)

Capítulo 14. COD

Supongo que querreís saber qué más pasó en ese encuentro de la comandante y la doctora, ¿no?

Capítulo no tan largo como el anterior, pero muy intenso y muy clexa.

Xxxxxxx

Continuación del Flashback.............

-parecemos dos adolescentes en su primera vez con todas las hormonas alteradas.

-ya lo creo.

-bien pues.......... ¿que te parece si nos quitamos la ropa y ............. seguimos dejando que las hormonas sigan su camino?

El comentario de Clarke les hizo reír a las dos. Clarke era una mujer maravillosa y su corazón empezaba a rendirse ante todos sus encantos y esa noche........ esa noche era toda suya.

-me parece bien, porque esta adolescente hormonada tiene muchas cosas en mente para hacer en la próximas horas y voy a necesitar que no lleves ropa, empezando por.......... - Lexa señaló con su mirada los pechos de Clarke.

- joder ya era hora Lexa, pensé que eras inmune a mi mejor arma de seducción.

-te aseguro que no, y van a tener toda mi atención en unos instantes y durante mucha parte de la noche, pero................... tus ojos y tu sonrisa me gustan mucho más.

Lexa le sonrió de esa forma tan perfecta, que tantas cosas provocaba en su sexo y en consecuencia en su ropa interior, pero esta vez......... esta vez acompañada de esas palabras, las mismas que su padre decía de su madre, esas sensaciones habían ido directas a su corazón. Eso confirmaba muchas cosas que ya sospechaba, que lo que sentía por Lexa era mucho más que una atracción sexual y sabía que esa noche y el pasar de los días cerca de ella, iba a confirmar muchas más.........

Por supuesto que no le habían pasado desapercibidas esas dos preciosidades que aun no tenía el placer de conocer, pero que sí había tocado por encima de ese sujetador, e iba deleitarse con ellas en cuanto sus cuerpos quedaran desnudos, pero su corazón..........., su corazón se había quedado prendado de ese cielo azul y de esa sonrisa que le habían devuelto las ganas de vivir. Sabía a donde le iba llevar el dejarse seducir por todo lo que sentía por Clarke, pero iba a ser incapaz de resistirse ante esa maravillosa mujer.................

Clarke se incorporó lo suficiente para llevar sus manos a su espalda y retirar esa prenda de su cuerpo que dejaba libres sus pechos. Los ojos de Lexa se perdieron rápidamente en esas dos preciosidades y se oscurecieron llenos de deseo, a la vez que una sonrisa traviesa se formaba en sus labios.

No es que hubiera sido una chica remilgada en el sexo, le gustaba disfrutar de él y dependiendo de su pareja se adaptaba a ello, más tímido, más conservador, más salvaje y casi siempre satisfactorio, pero jamás había sido tan descarada, deseando que esa noche tuviera horas y horas de sus cuerpos desnudos acariciándose salvajemente uno contra el otro y teniendo unos cuantos orgasmos más. Se había corrido dos veces y seguía estando tan caliente como al principio. Con eso le habría bastado en otros encuentros sexuales, pero esta vez.......... joder, con Lexa era todo más intenso...................... esta vez esperaba superar su record de orgasmos y el de Raven juntos y esperaba que Lexa también lo deseara.

-bien, ¿vas a quedarte mirando o vas a hacer algo con ellas? porque voy a quemarme por dentro como no empieces a hacer algo con tu boca - dijo Clarke mientras miraba con deseo el cuerpo semidesnudo de Lexa y se mordía el labio inferior con lujuria.

Se encontraban una en frente de la otra, de rodillas sobre esa cama, Lexa con sus vaqueros y sin camisa dejando a la vista de Clarke un cuerpo muy tonificado con un abdomen perfecto donde ese ombligo retaba a la rubia para que su lengua se hiciera dueña de él. Por su parte, Lexa se deleitó con esas dos preciosidades que habían sido liberadas, realmente no solo eran dos armas de seducción sino, un destroza bragas en toda regla y más combustible para el fuego que crecía dentro de ella. Su sexo ya estaba húmedo y caliente, pero ahora............. mierda, ahora estaba totalmente en llamas. Su deseo por Clarke y por poseer ese cuerpo que tenía delante, incluidas esas protuberancias rosadas que se erguían hacía ella en esos exuberantes pechos, no hacía más que crecer exponencialmente con cada gesto, con cada mirada, con cada curvatura de labios.