Capítulo 25

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Hans

La luz de la noche pega con el rostro de Adeline, se ve tan tranquila mientras duerme, nunca pensé quedarme despierto velando los sueños de alguien.

Pero ella viene y cambia todo lo que prometí.

Observo como las sábanas se enrollan en el cuerpo de ella, y una maldita e inevitable sonrisa se desliza por mis labios.

La hice mía, mía, y mía. Y no puedo esperar por volver a hacerlo. La quiero tener aquí conmigo, siempre. No es exageración, jamás creí en esa mierda de los siempre, sin embargo, lo quiero y lo quiero con ella, solamente con ella.

Veo como se remueve y cambia de posición hasta quedar enfrente de mí, su pelo está todo un completo desastre, se lo empiezo a quitar de la cara y ella tiene su boca hecha una trompita. Es tan tierna cuando no esta peleando conmigo.

«¿Qué haces Hans?» «Esto no tenía que pasar.» «Vas a terminar perdiendo.»

Todas las sugerencias de mi cabeza tienen la maldita razón, todo esto esta mal, pero a veces lo malo está bien, y con honestidad, me vale una puñetera mierda si todo se sale de control, no la alejaran de mí. No lo permitiré.

Me levanto de la cama sin hacer cualquier tipo de ruido, me pongo un bóxer y bajo hacia la cocina. Tomo un vaso de agua y me lo empiezo a beber, siento como refresca mi garganta seca. Cuando termino de beberme el agua, dejo el vaso en su lugar y me dirijo de nuevo hacia la habitación.

Sin embargo, me detengo cuando noto una silueta sentada en mi sofá. ¿No respetan la maldita privacidad?

Me acerco hacia éste y lo fulmino con la mirada. Creo que lo asesine con la mirada.

-¿Qué mierdas haces en mi casa? ¿Acaso no te he dicho que no me gusta que entres sin que yo sepa? - cuestiono de manera fría.

Me da una sonrisa ladeada y niega con la cabeza con un gesto de desaprobación.

-Te lo follaste. -es lo único que dice.

Al escucharlo, mi sangre empieza a hervir con intensidad.

-¿Qué? - le pregunto de manera incrédula.

-Te la follaste, escuché sus gemidos. -recalca y siento que mis manos se vuelven puños.

El solo hecho que alguien la escuche me pone enfermo, me dan ganas de ahorcarlo, me pongo como un puto enfermo.

-No te pases de listo. -advierto fulminandolo con la mirada.

-No, tú te quieres pasar de listo -dice mientras se levanta del sofá-, estás matando como hace tiempo no lo hacías, por ella. - añade sarcástico.

Porque claramente, no es así.

-Callate. - ordeno entre dientes.

-No lo puedo creer -dice mientras una sonora risa sale de su boca-. El gran Hans Smith, el inigualable Ruso; el gran temido en todo Goreme, el dueño de este maldito pueblo, se ha hablandado por una simple chica.

Oír cada puta palabra salir de su boca me enoja, pero me enoja saber más que es verdad. ¿Pero qué más me da? Su puta palabra me interesa una mierda.

-No es así. - digo seco.

-Atente a lo que viene Smith, porque después de la muerte de Jared todo se descontrolara. - amenaza y mi mandíbula se tensa.

Detesto como la mierda que intenten amenazarme.

-Sabía que eras tú. - me cruzo de brazos.

-Claro, yo si voy a pie con las reglas que tú mismo pusiste - dice y se aleja de mí un poco-. Suerte para lo que viene, la necesitarás. - finaliza con una sonrisa.

H A N S [SAYM#1] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora