-¿Los sigilosos?
-Joder,lo sabia, lo supe en el momento en que te ví.-dijo tan rápido que apenas lo entendí.
-¿Sabías el que?
- Que eras una cazadora, lo sabía, pero joder, estas sana, no puede ser...¿Desde hace cuanto los ves?
-¿Cómo que una cazadora? Yo no soy ninguna cazadora. ¿Cómo que estoy sana?- no entendía nada, quizá estaba loco, quizá no debería seguir hablando con el.
Mi cabeza me repetía que me alejara, pero algo en su mirada me hizo quedarme.
-¿Por qué las ves ahora? Significa que algo se acerca, ¿Por qué ahora? Algo se nos escapa.- dijo mientras se daba un leve masaje en la sien.
Algo en mi cabeza se activo, habíamos olvidado algo.
-La bomba.
No espere a que contestara, ni el quiso contestar. Corrimos por el aparcamiento, buscando algún indicio de aquel instrumento que podía hacer explotar todo el centro comercial.
Cuando ya me empezaba a costar respirar de tanto correr, me fijé en una furgotena de color blanco y en una pequeña luz roja que parpadeaba debajo de ella, a la altura de las ruedas.
- LA BOMBA ESTA AQUÍ.-dije lo mas fuerte que pude porque no sabía a que distancia se encontraba Fer de mi.
- Tenemos que sacar el camión del centro comercial ya o volara por los aires.- dijo Fer mientras me abría la puerta del copiloto.
Dos minutos, quedaban exactamente dos minutos para que la bomba se activara.
Mientras Fer conducía por el centro de la ciudad y se dirigía a algún lugar apartado donde al explotar no causase heridos, yo no paraba de pensar en las palabras de Nuria el primer día que ví a Fer " Vamos yuri, no te estoy pidiendo que desactives una bomba". Quizá sí, quizá si me lo estabas pidiendo.
El tiempo se me hizo eternamente largo, una parte de mi esperaba que en cualquier momento la bomba explotase y me llevase con ella.
-Yuri, a la de tres tenemos que saltar del coche, veinte segundos.-dijo mientras nos dirigiamos a una zona de obras que había quedado desierta ya que por suerte era la hora de comer.
-¿Estas preparada? -dijo al ver que no contestaba.
-No, a si que hazlo ya.- mi voz no paraba de temblar.
-Te juro que no te va a pasar nada. 1...2...3...YA.
Sentí que todos y cada uno de los huesos de mi cuerpo se rompían. Habíamos caído en un camino lleno de piedras, y estas se me clavaban como cuchillas. Fer se acercó y me tapó los oídos, no entendí el porque hasta que a los pocos segundo un horrible ruido hizo retumbar todo a mi alrededor.
La bomba había explotado.
Estábamos vivos.
Estábamos bien.
Dos coches de policía llegaron a los diez minutos y me llevaron de camino al hospital a pesar de la resistencia que opuse.
Resulto que tenia un esguince en el tobillo, un dedo roto, una leve contusión en la cabeza, y cortes y moratones que aunque tenian bastante mala pinta se curarían
El médico me mando a casa a las dos horas de estar en el hospital a cambio de que guardara una semana de reposo.
Él no vino a verme en toda la semana. Quizá no sabia donde vivía... Pero era lo mejor. Todas las cosas que me había dicho no tenían sentido. Quizá las dijo al verse sometido a tanta presión, pero se supone que era policía, que estaba entrenado para estas situaciones. ¿A que se refería con lo de sigilosos, con lo de estar sana?
Solo se me ocurría una opción, dejar de verlo.
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Shh!
Teen FictionPodría contaros el argumento, pero creó que eso seria estropear la historia, a si que si queréis saber de que va tendréis que leerla vosotros mismos. Pero ya que vais a ser mis futuros lectores, accedo a daros unas pistas pequeñitas. Magia, misterio...