XXV.

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Capítulo Veinticinco
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—¿Podrías quitar esa maldita cara de funeral? Es deprimente

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—¿Podrías quitar esa maldita cara de funeral? Es deprimente.

—¿Quieres recibir un disparo? Porque créeme que no me molestaría nada asesinarte.

—Por favor anímate, Skye —Sonrió Raina con diversión— Conseguiste lo que querías, ¿no?

—Jugaste con mi mente —Murmuró— Sigues jugando con mi mente.

—Y eres tan débil que lo sigues permitiendo.

—¿Qué te hace creer que no te disparare? —Alzó la pistola con determinación apuntando directamente a su frente y la mujer sonrió con verdadera diversión en sus ojos.

—No llegaste tan lejos por nada, querida. Le disparaste Oliver. ¿Quieres que todo eso se vaya a la basura?

—No le dispare, solo lo mande a dormir —Se abrazo a sí misma intentando justificar.

—¿Crees que pueda perdonarte?

—¿Te interesa?

—Espiar tu vida amorosa estás últimas semanas ha sido mi más grande entretencion.

—No tienes idea de cuanto te odio.

—Ward igual me odiaba —Soltó de golpe acomodándose en su puesto— Y comenzó a odiarme aún más cuando empezó a trabajar para ti. Aunque la verdad no los entiendo. Soy muy adorable.

—Aja, claro. Y ahora yo soy rubia, maldita perra.

—Skye, Skye... No tienes idea de cómo me hubiera gustado que tu verdadero destino sea morir al pasar por la niebla.

—Siempre supe que en realidad me estabas llevando a mi muerte. Pero descuida, esa parte ya la supere.

—Aunque no lo creas, Skye. Te estoy dirigiendo hacia la mía.

La castaña no lo entendió. Y no lo haría por mucho tiempo. Skye no estaría allí para ver cuando Oliver asesinaría a Raina. Porque en ese mismo instante, Oliver Queen junto a John Diggle se dirigían a aquella isla para frenar cualquier locura que Skye quisiera cometer.

Pero todos sus esfuerzos serían en vano, ya que el destino realmente estaba fijado, y los sueños de Raina rara vez mentían. Así en cuanto la avioneta aterrizó, la mujer de los eternos vestidos floreados supo que sus últimas horas de vida habían comenzado. Y es que el nacimiento de los poderes de Skye venían con un precio —Y muy por el contrario a lo que todos pensaban— Raina estaba dispuesta a pagarlo.

—Vaya —Susurró Skye— Así que aquí es donde naciste, Katniss...

—Si si, una historia muy conmovedora. Ahora camina.

—Tal vez debí matarme y ya —Se habló a sí misma y siguió el camino.

La verdad no tenía idea hacia dónde iba, y por la poca información que había logrado recolectar a lo largo del año acerca de esa isla, sabía bien que no era un paraíso precisamente. Y como serlo, si su nombre literalmente significaba purgatorio.

She Is My Weakness ¹ ➵ Green Arrow Donde viven las historias. Descúbrelo ahora