Capítulo 12♠

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Nastya.

—¡No!

Me despierto de nuevo con la respiración agitada y mi frente con gotas de sudor. Otra pesadilla.
Son pocas las veces que puedo descansar, dormir tranquila, sin tener que despertar a causa de esos ojos negros.

—Nastya ¿Te encuentras bien? —Kaira se encuentra sobre la butaquita frente a la cama. Luce preocupada.

—Si —miento.

Kaira sólo asiente, sabe que si me insiste no diré nada, además las cosas entre ambas están delicadas, le dije algunas malas palabras por haberme ocultado lo de mi novio, bueno ahora ex-novio. Estaba molesta.
Me incorporo en mi lugar, apoyando mi espalda por la cabecera de la cama, mientras que mi amiga se levanta.

—Debes alimentarte —dice y me tiende sobre mi regazo una bandeja con aperitivos y jugo de naranja.

—No tengo apetito —trato de alejar la bandeja.

—No fue una pregunta —reubica la bandeja sobre mi. No me queda de otra que agradecer.

—Gracias, no debiste molestarte.

—Está bien —se vuelve a sentar sobre la butaquita mientras que yo agarro un sándwich de jamón y queso.

Observo el reloj que cuelga por la pared, marca las catorce y treinta y cuatro minutos.

—¿Cómo llegaste? —con nuestra discusión olvidé preguntarle.

—Espere un autobús a unas cuadras del colegio —dice.

—¿Por qué a unas cuadras?

—Verás Nastya, cuando recibí la llamada de ese chico diciendo que venga de inmediato, me preocupe y más el hecho de que tú no me llamaras y no contestaras mis llamadas.

—Aja...

—Entonces no me dio tiempo de pedir permiso para retirarme y me escape del instituto —se encoje de hombros y con la mirada puesta en algún punto.

Fui una egoísta a tratarla mal, cuando ella solo se preocupaba. No me detuve en ningún momento para pensar en ella, en como se encontraba, solo la grite y le eche en cara cosas sin sentido, ella es la menos culpable. Se escapó del instituto para venir a verme, puede traerle problemas pero solo le importó en como me encontraba, que mala amiga soy.

—Kaira... Lo siento mucho, sé que todo lo que pasó no es tu culpa. Discúlpame.

—No tengo nada que disculparte. Si gritarme era la manera para que expreses tu dolor, esta bien, eso es mejor a que te quedes callada y te lo guardes. Y, ahora discúlpame vos por no contarte lo de Derek y Verónica. Es que ya tenías bastante con superar lo del...ya sabes y no quería que te sintieras peor.

—Si, lo entiendo. Pero en ese momento no sabía como actuar, tampoco era motivo para tratarte mal. Me arrepiento.

—Te quiero Nastya y haré lo que sea para que no te sientas mal.

—Yo también te quiero amiga, gracias por estar para mí.

—Gracias a vos. Ahora bien, termina de comer todo eso —asiento dando otro mordisco a mi sándwich.

Hasta que de repente lo recuerdo.

—¿Anton sigue en la casa? —pregunto.

—No. Él ya se ha ido —mira el reloj de su muñeca —aproximadamente una hora.

—¿Tanto tiempo se quedó?

—Sí, de hecho recibió una llamada y por eso se fue, porque a mi parecer iba a quedarse más tiempo mirándote.

Corazón HeridoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora