Capítulo 8♠

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Nastya.

Mi mente estaba en blanco, no podía articular ni una sola palabra hasta me preguntaba si mi corazón seguía recibiendo sangre a través de mis venas.

Anton Smith esta parado delante mío, protegiendome con su cuerpo, para así no recibir ningún ataque por parte del sujeto con cabello negro que por cierto aún sigue sosteniendo el arma en mi dirección, mientras que de su mejilla sigue saliendo sangre.

—Suelta el arma o ahora mismo acabo contigo — dice Anton que también está sosteniendo un arma pero esté esta rozando la frente del hombre.
Y después de pensarlo lo suelta y Anton aprovecha para golpear la nuca con la culata del arma.

Cae al suelo, desmayado.

Anton se da vuelta y acuna una de mis mejillas.

—¿Qué...Qué haces aquí? —tartamudeo.

—Voy a llevarte a un lugar seguro —dice y mira hacia la puerta —estarás a salvo. Solo confía en mi —asiento con lágrimas en los ojos y cuando una se desliza por mi mejilla él la limpia con el pulgar —no quiero que llores, sé fuerte —toma mi mano y nos vamos en dirección a la puerta.

Es muy difícil creer que Anton este aquí ¿Cómo?

Ya habrá tiempo para preguntas. Ahora me concentrare en ser libre.

Vamos por el pasillo, Anton en mi frente apuntando con el arma en todas direcciones. Está vestido todo de negro igual que mis secuestradores, seguro para pasar desapercibido. Pero ahora no lleva pasamontañas lo dejó tirado en la habitación.

Llegamos al frente de las escaleras que van al piso de abajo, pero escucho una voz.

Oh, no. Me olvide por completo de Isabel, tengo que ayudarla.

Está pidiendo que la abran.

Veo a Anton que ésta haciendo caso omiso de sus gritos. Tomo su mano para que me mire.

Frunce su ceño, uniendo sus cejas negras.

—Hay que ayudarla —susurro.

—Vendrán por ella, mi deber es quitarte a vos de aquí —susurra más bajo. Asiento con un movimiento de cabeza.

Estamos bajando las escaleras sigilosamente hasta que un hombre viene desde la sala, se percata y quita su arma, pero Anton es mas rápido que lo dispara en el hombro y cae al suelo, eso alerta a más hombres que vienen de arriba y de la sala. No me da tiempo para contar cuantos son porque Anton me dice para correr hacia la cocina donde veo a otros hombres pero estos están tirados en el suelo de madera, inconscientes o muertos, no lo sé. Pasamos por un lado, camino a la puerta que da al patio, pero un disparo a mi costado me detiene que suelto un chillido pero Anton me empuja para que continúe, se escuchan más disparos pero ninguno dirigido a nosotros. Seguro son hombres que vinieron con Anton.

Salimos al exterior y dispara a un hombre que se interpuso en nuestro camino, me agarra de la mano y me dirige para rodear la casa.

—Hay una camioneta en frente. Corre — empezamos a correr. Estoy muy agitada pero, no me detengo.

De repente el agarre de Anton se suelta, un hombre vino de hacía atrás y empujó a Anton contra el césped mojado; subiéndose encima de él,  están peleando, el hombre le supera en tamaño. Anton va con desventaja.

Tengo que hacer algo.

Antes de pensarlo dos veces me subo encima del hombre deteniendo la pelea, se concentra  en mí tratando de quitarme de su espalda y así lo hace, me hecha al suelo, mi distracción le favoreció a Anton para que agarre su arma y le dispare.

El hombre cae sin vida al suelo, Anton se incorpora y me levanta de los brazos sin darme tiempo a que entre en un estado de shock mirando la sangre del sujeto, que sale de su cabeza.

Estamos corriendo de vuelta y visualizo la camioneta negra ya con la puerta de atrás abierta.

Subo y Anton tras de mi cubriendo mi espalda.

—Vamos, vamos —dice cerrando la puerta, con la respiración agitada.

Recuesto mi espalda en el asiento, liberando un suspiro y estabilizar mi respiración agitada. No puedo evitar formar una sonrisa en mi rostro mientras veo por la ventanilla que nos alejamos de la casa donde me tenían secuestrada.

Estoy a salvo.

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No olviden de dejarme su estrellita.

Corazón HeridoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora