Capitulo 4 - Campamento (Reescribido)

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Pasaron casi tres semanas, no sabía de Aleysha ni de mi padre, supongo que estan bien o por lo menos eso quería pensar, Damián venía todos los sábados a comer helado en esa pequeña heladería y ya faltaba muy poco para culminar este año y como regalo de parte del instituto el fin de semana de arriba iremos de campamento para culminar el noveno grado y pasar a bachillerato y yo estoy centrada en pasar los exámenes finales.

(***)

Ya es mitad de semana y el día en el liceo a estado lleno de exámenes y trabajos, lo que me ha dejado súper agotada, Damián se fue temprano porque se sentía algo mal y yo estaba ahí caminando a mi casa, hace tanto que no lo hacía, normalmente me llevaba Damián.

Un chillido agudo atrás de mí captó mi atención. Voltee a causa del sonido que me sacó de mis pensamientos y veo a un pequeño cachorro con una pata lastimada y sangrado, no lo pensé dos veces y lo cogí en brazos para llevarlo a algún veterinario cerca.


El perro chillaba y la sangre fluía y manchada su pelaje y le hice un torniquete con tela que rompí de mi camisa.

Por suerte quedaba uno cerca del colegio, porque nadie quería dejarme montar en algún carro por toda la sangre, así que corrí hasta este y por suerte me atendieron rápido, pase ahí toda la tarde hasta que salió una enfermera y me preguntó por el perro y yo le dije que lo había encontrado en la calle.

Al rato volvió y me dijo que estaría bien y que lo llevarían a una perrera, sin pensarlo muy bien le dije que yo lo adoptaría y eso hice, es un perro muy bonito con tonos marrones claros, negros y grises, muy tierno y adorable, al salir del veterinario el cielo estaba completamente oscuro y el sereno me revolvía el cabello. Le puse de nombre Happy porque aún teniendo una pata mal era muy activo y entusiasta.

Le di algo de comida y lo bañe para que durmiera conmigo, cuando acabé caí de inmediato en los brazos de Morfeo.

Los días siguientes fueron exámenes y más exámenes, y Aleysha regreso a casa, siendo la misma de siempre, como si semanas atrás no estuvo a punto de morirse.

Casi sin darme cuenta ya todo había vuelto a la normalidad, se hizo día de ir al campamento y aliste mis cosas en una maleta y deje a Happy al cuidado de una vecina ya que no confiaba en mi hermana ni en mi mamá, no cuidaban de ellas y menos cuidarían del perro.

Caminaba al liceo cuando una voz me llamo, una voz femenina algo familiar.

— Eclipse, pfff, ey espera — dijeron y al voltearme vi a Jimena, una chica de mi clase muy presumida y arrogante, por la cual todos se babeaban, era linda, rubia con ojos de gato color gris, un cuerpo de súper modelo como cualquier chica popular pero hay estaba la pregunta ¿Qué hacia hablándome?.

— Hola — le dije con una sonrisa carente de sinceridad.

Ella me habló de puras estupideces de adolescentes, como de ropa en tendencia, uñas, pelos y maquillajes, chicos y fiestas y demás.

— Oye — me dijo cortándose a si misma abruptamente.

— ¿Qué? — me gire levemente para verla.

— ¿Eres ... Tú eres novia de Damián? — me preguntó con algo de timidez y vergüenza al hacer la pregunta.

— No — le digo algo seria — ¿Te gusta? — le pregunté.

Se quedo callada y supe que la respuesta era un gran y claro "".

Llegamos por fin y no tenía que fingir que me agradaba. Al cabo de unos minutos llego Damián y me abrazó. No subimos todos al autobús y como era de esperarse, Damián y yo nos sentamos juntos, pasaron casi tres horas de viaje y nosotros nos reíamos de cualquier estupidez hasta que él se quedó dormido en mi hombro y cuando llegamos lo desperté, me fui a mi cabaña a acomodarme y casualmente me tocaba con Jimena y dos amigas de ella. Ellas tiraron sus cosas y se pusieron sus bikinis para bañarse en el lago, yo me quedé acomodando mis cosas en las gavetas y luego pase al baño a ducharme, duré un gran rato, relajándome con el agua caliente y el silencio que había y al salir me di cuenta que se me olvidó el sostén en la cama y salí sin paño a cogerlo ya que estaba solo la en la cabaña, salí al salir del baño y ahí estaba justamente Damián viéndome dentro de la cabaña, «joder» fue la único que pensé antes de correr al baño, ¿Qué rayos hacia él aquí?.

— Eclipse l-lo si-sieeento, y-yo vine a… pues a buscarte para ir aaal la-ag-go — tartamudeo Damián al otro lado de la puerta del baño.

— Ok puedes salir de la cabaña — le digo para cambiarme a mi traje de baño.

— Ujum — fue lo único que pronunció antes de que escuchará la puerta de la cabaña abrirse y luego cerrarse.


Al cabo de un rato salí a cambiarme a mi traje de dos piezas, no era un bikini, era mucho más conservador de rosas de colores y gran parte completamente negro, luego me puse un short de jeans y un top blanco con rosa pálido. Salí y vi a Damián sentado al lado de la puerta no llevaba camisa dejando se pecho al descubierto y un short negro.

Caminamos a el lago y estaban todos ahí, me sentí algo incómoda pero no dije nada, él se fue a bañar al lago y yo me quede viendo los árboles a lo lejos, el agua cristalina, el sol en el horizonte y la suave brisa. Me cansé de no hacer nada y al cabo de un rato me fui a la cabaña, y a las dos horas apareció Damián.

— ¿Por qué te fuiste? — pregunto algo preocupado.

— no me sentía bien — conteste simple aunque tuve el leve presentimiento que no me creía.

— ¿Por qué? ¿Estás bien?.

Suelto un leve suspiro — Damián, llevo años en esa escuela y nunca hice ningún amigo, ninguno excepto tú, no conozco a nadie aquí, siempre estuve sola, soy la chica rara que nunca sale pero de pronto todo el mundo voltea a verme por estar contigo, no soy como ellos y no soy como tú, tengo problemas serios como mi mamá y su alcoholismo o mi hermana y sus drogas, no tengo tiempo para fingir que todo está bien y jugar a ser sociable y tener muchos amigos y ser popular y toda esas estupideces que le preocupan a los demás adolescentes ¿Ok?, No soy así, no combinó con todo esto y dudo mucho que combine contigo—.

Damián salió de la cabaña y no apareció más, creo que me pase un poco de la raya pero ya estaba, no podía hacer nada.

Al pasar las horas ya estaba anocheciendo y yo seguía viendo el techo, acostada en la cama se abajo de una de las literas. Tocaron la puerta de la cabaña y al abrir la puerta estaba Damián.

— Acompañame — pidió con voz sutil y dulce. Yo lo seguí sin protestar o preguntar nada, nos alejamos bastantes de las cabañas y vislumbre a los lejos luces de navidad y una pequeña carpa, «¿De quién será todo eso?» fue lo que pensé.

— Mira ¿Te gusta? — me miró con algo de ansiedad esperando una respuesta pero conecté la mirada con sus ojos y mi mente divago, «no lo creía, ¿Hizo eso para mí?».

— Vaya — es lo único que logró decir.

— Pasa — dice, yo me senté viendo el sol ocultándose y pintar el cielo de tonos rosados, morados y anaranjados, era tan bello, todo el cielo era perfecto junto al lago y el bosque alrededor.

— ¿Por qué hiciste esto? —le pregunté al pasar un rato en silencio.

— Para decirte algo importante — contesto y note lo nervioso que estaba, jugaba con sus dedos y sin notralo mordisqueaba su labio inferior.

— ¿Qué cosa? — le pregunté algo curiosa antes de sentir sus labios contra las míos en su gesto lento y dulce.

Eclipse #1 De La Saga EclipsadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora