Capitulo 38 - La apuesta y los eslovacos

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— Deja de jugar Eclipse y suelta el arma — le pidió Julián sin inmutarse por el arma apuntando le.

— Maldita sea, ese es el problema, yo no estoy jugando Julián, yo estoy hablando en serio, estoy harta de tus órdenes, de tus secretos, de ser la niña que solo sigue órdenes de su padre, tú me tienes harta — presiono el arma en la frente de su padre.

— Eres tan inestable, predecible e irritable, dudas mucho Eclipse, de ser otro el caso ya estuvieras muerta,no tienes madera de asesina, por eso no te enseñado a matar — Eclipse giro el arma y la disparó al lado de Julián.

— ¿Qué te parece eso? —.

— ¿Crees que eso me impresiona? Eres tan ingenua como tu madre — le contesto, la frustración de no poder demostrar su determinación la estaba empezando a estresar.

— Miguel — llamo Eclipse y un hombre alto y de cabello rizado entro al lugar, Eclipse se dió la vuelta y se acercó a este, se paró detrás y disparo el arma volando el cerebro de Miguel que quedó por todos lados.

—Acabas de ensuciar todo mi despacho y de matar a mi asistente y ¿Crees que con eso demuestra que estás lista? Eres inmadura e imprudente, eres torpe, inestable, irritable, temperamental y poco ágil, serías un desastre como asesina, sin contar que las mujeres son tan débiles y sentimentales — Eclipse recogió su bolso dispuesta a irse.

— Si tú no vas a enseñarme, aprenderé en otro lado pero te demostraré que está equivocado conmigo, eso te lo puedo apostar — se dió la vuelta y empezó a caminar hacia esta hasta que la voz de Julián la detuvo.

— ¿Apuesta? ¿Quieres apostar pequeña? Por mí está bien, yo te enseñaré todo lo que se para que seas despiadada y sanguinaria, en seis meses si no estás lista, dejarás que Nicolás te cuide y harás todo y cada cosa que te ordene, sin peros y sin pedir nada a cambio, sin más berrinches ni antojos ¿Aceptas? — Julián extendió su mano para sellar el pacto.

— En seis meses, si no soy buena, haré lo que me pidas y podrás ponerme los guardaespaldas que quieras pero si yo ganó, no tendré más guardaespaldas, podré salir e irme cuando quiera sin necesidad de tu permiso, podré regresar a Ecuador, sola, cuando guste a ver a mi madre y… te ayudaré a cazar a Julio, esos son mis términos — se acercó hasta el escritorio.

— Me parece bien, mañana a las 0500 empezamos y si de aquí hasta Julio no estás bien entrenada pierdes — los dos sellaron el trato con un apretón de manos.

— Deberás documentar esta apuesta, así estaré más segura del trato — le aviso Eclipse antes de salir por fin del despacho. Lo había hecho, la iban a entrenar, ahora solo quedaba en ella poder o no ser una verdadera Pronfhely.

(...)

— ¿Cómo se te ocurrió hacer ese trato con ella? ¿Perdiste la cabeza? ¿Y si ella lo logra? ¿Y si te gana? —.

— Deja tu histeria, Nicholas, no dejaremos que ella gané, usaremos todas sus debilidades, empezando con que es una mujer y terminando con sus problemas de inestabilidad y de carácter — explicó Julián mientras tomaba un trago de vocka.

— ¿Vas a atacarla? ¿Cómo piensas hacer eso? — pregunto Nicholas, ambos estaban en unos de los antros Pronfhely, uno que quedaba a las afueras de Los Ángeles.

— Sencillo, ella es una mujer, quiera o no, hay cosas que no puede hacer y que nosotros sí.

— Ella es muy terca, tío, hallará la manera, siempre la haya — Julián asintió y con una sonrisa arrogante, hablo.

— Es por eso que tenemos a los gemelos Bennett — la confusión era palpable en la cara de Nicholas.

— ¿Bennett? ¿De que hablas ahora?.

— Alexis y Alexia Bennett, los gemelos eslovacos, quienes ahora va a trabajar para mí y te van a sustituir con Eclipse, son grandes asesinos y muy buenos mentirosos, son perfectos para el trabajo de cuidarla — agarro un intercomunicador y pidió que pasarán a los gemelos.

Pronto la puerta fue abierta y entraron dos jóvenes de la misma edad de Nicholas, una chica alta de piel increíblemente pálida como la nieve más pura, unos rasgados ojos azules celestes y cabellos lisos de un tono caoba muy rojizo, cejas finas y nariz pequeña, labios de un carmín pálidos algo finos que combinan a la perfección con sus rasgos delicados, a su lado un chico muy parecido a ella, como siete centímetros más alto que ella, hombros anchos y musculatura bien desarrollada, ojos igual de rasgados color azul pálido casi llegando al gris opaco, nariz un poco respingada, labios gruesos de un carmín también pálido que hacían contraste con su piel, cejas gruesas y cabello abundante de color caoba muy rojizo, mandíbula marcada libre de cualquier rastro de barba. Esos dos chicos que de manera exótica llamaban toda la atención en cualquier lugar que pisarán, dejaron si habla por unos segundos a Nicholas.

— Ellos son Alexis y Alexia Bennett, los nuevos trabajadores, quienes pasarán el entrenamiento junto a Eclipse — Nicholas los miro por unos largos minutos sin fiarse mucho de ellos, eran completamente extraños.

— ¿Seguro de esto?.

— Completamente, Nico, instruye a los chicos en sus tareas yo debo irme — Julián salió del lugar donde estaban sin despedirse, dejando a los tres jóvenes en el mismo.

— Bien, no sé si saben, mi nombre…

— Nicholas Gonzalo Pronfhely Perdomo o como escogiste quedarte Nicholas Gonzalo Perdomo, estudiante del instituto High Bulldogs Red, cursando el último año, madre Amedalla Perdomo, padre — una risa asomó en sus finos labios — Julio Pronfhely, hermana Abigaíl Pronfhely, edad 18, fecha de nacimiento 05 de mayo del 2003, signo zodiacal Tauro, tipo de sangre B+, empleo, como asistente, socio, matón y guardaespaldas de tu tío, Julio Pronfhely… y número de teléfono +589348001 — y con eso finalizó, su hermano no dijo absolutamente, estaba con la mirada perdida en algún punto de la pared, Nicholas la miró fijamente algo sorprendido de todo lo que sabía de él.

— ¿Cómo sabes lo de mi padre? ¿O lo de mi hermana? — pregunto acercándose un poco más a la chica, la cual no borraba su sonrisa que detonaba superioridad y arrogancia.

— ¿Tema sensible para los Pronfhely?.

— Por como vuelvas a mencionar a Abigaíl, te mueres — se acercó más a ella hasta que Alexis se lo impidió con su cuerpo.

— Y tú, como le toques un pelo a mi hermana, te mueres — le advirtió mirándolo por primera vez en todo ese tiempo.

— Mejor controla la boca de tu hermana y avancen tengo que decirles cual es su labor aquí — y sin más Nico salió del antro para dirigirse a la mansión y unos segundos después los gemelos.











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Hello gentecita chula, aquí están dos nuevos personajes en la historia, ¿Qué tal le caen los gemelos Bennett?.

Hasta el próximo cap, y no olviden dejar su ⭐ si les gusto el capitulo ;)

Eclipse #1 De La Saga EclipsadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora