Capítulo 22 - Días grises

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Damián

Ya estamos en vacaciones, el tiempo pasa rápido, he pasado todos estos meses tratando de encontrar el asesino de mi madre, no ha sido nada fácil todo esto, mi hermanita se para en medio de la noche con pesadillas y pide a gritos a mi madre, mi hermano se ha vuelto un tanto distante y mi padre en sus putos negocios valiendole la familia como siempre. Tocan mi puerta y digo un adelante.

- Hijo baja a almorzar por lo menos, ve lo flaco que te has puesto en estos meses - dijo Martha con clara preocupación y yo asentí - te dejo para que te bañes -.

Después de bañarme baje a almorzar y noté que la casa esta muy sola.

- ¿Y mis hermanos? - interrogue a Martha.

- Julietta los llevo al parque un rato, el día esta bonito ¿y si sales un rato? - negué y empecé a comer. Julietta es la sobrina de Martha y se lleva muy bien con Saray, mi hermana.

- Voy a estar en mi cuarto - le dije a Martha cuando acabé de comer.

- Dami - me llamó - hijo, sabes que te amo y me duele verte así mi niño, estas flaco por no comer, pálido por la falta de sol y con grandes ojeras, se que es difícil pero trata de reponerte por tus hermanos ¿ok? - asentí y le di un beso en la frente ya que ella es más baja que yo.

(...)

Después de una larga siesta baje a jugar un rato con Sarita y luego la mandé a bañar. Vi a mi padre entra con un señor castaño oscuro y ojos verde esmeralda que se me hicieron muy parecidos como si los hubiese visto antes, ellos traían a una mujer amordazada, la mujer era de piel blanca, cabello castaño medio como el del señor pero un poco más claro y tenía una venda en los ojos, de unos veinte ocho a treinta y tres supongo << pero como se le ocurre aquí está Saray y César >>, me pare y me le puse al frente.

- Oh mira Julio, él es mi hijo mayor, Damián - dijo a el castaño y este me extendió la mano, cual gesto ignoré.

- ¿Que te pasa por la cabeza? Eres un maldito demente, aquí viven tus hijos - le reclame y él solo sonrió.

- Te pareces a tu madre - dijo con su sonrisa sínica.

- Dile a tu amigo y a su mujer amordazada que se larguen de aquí - dije y esta vez se rió el señor.

- Mira niño tu no sabes nada, esta casa fue comprada por el dinero que tu padre ganó con mis negocios, si deseas te puedes llevar a tus hermanos a una casa que tú con tu dinero compres hasta entonces te lo calas - se me olvido mencionar que nos mudamos de casa, esa casa traiga recuerdos de mi madre y le hacía daño a Saray y César.

- Me vale como compraron esta maldita casa, mis hermanos han sufrido mucho no necesitan ver a una mujer secuestrada en la casa donde viven, son apenas unos críos - dije y mi padre asintió.

- Seré discreto - dijo y yo me gire a subir las escaleras.

- Ey niño me gusta tu carácter, soy Julio Reyes - dijo extendiendo su mano, yo la tomé por pura cortesía, hay algo en este tipo que me da mala espina.

(...)

Desde esa noche el señor Julio ha estado entrando y saliendo como se le da la gana, yo le dije a Martha y a Julietta que estén pendiente de mis hermanos y de ese tipo tan raro.

- Era una hermosa mujer - dice una siniestra voz y me saca del sueño en el que estaba por sumergirme, giro en mi cama y lo veo con la foto de mi madre en manos.

- Suelte eso - dije sentándome rápidamente.

- Tranquilo tigrito ya la dejo, ¿porque no hay más fotos de ella por la casa? Esta es la primera que veo - dijo dejando la foto en su lugar.

- Eso a usted no le interesa, ¿que hace en mi habitación - la verdad es que ver fotos de mi mamá le hace daño a Say y nadie quiere eso, por eso las tenemos todas guardadas en el ático, todas excepto por esa.

- Eres muy altanero para ser un niño mimado - responde - hay una chica abajo que te busca, Martha subió y le vio que estabas durmiendo, al decirle que estabas durmiendo dijo que esperaba pero me cansé de su irritante voz y te vine a despertar - se encogió de hombros.

Después de que él bajo yo me bañe y me puse algo cómodo, un mono y una camisa.

- ¿Que quieres Jimena? - le dije al bajar a la sala, ella me miro y me sonrió, cuando me fue a abrazar la aparte.

- Repito ¿que quieres? -.

- Así me recibes Damianito, yo que vengo a verte con todo mi amor me tratas así pero claro si viene la perdida a ella la recibes con los brazos abiertos y hasta la besas - se cruzó de brazos.

- Primero no me digas así no me gusta, segundo no la llames así se llama Eclipse, tercero yo la beso porque la amo y cuarto te he dicho que no quiero visitas - le dije y ella se puso roja de la rabia y salió de la casa, sus tacones resonando por toda la mansión, justo en la puerta se dio la vuelta.

- No siempre te esperaré Damián - chillo y se fue.

- Al fin se fue ¿eh? - dijo el señor Reyes entrando a la sala y yo asentí - Corrígeme si escuche mal pero dijiste estar enamorado de Eclipse ¿no crees que eres muy joven para el amor? - dijo sentándose en uno de los sillones.

- No debo de hablar eso con usted - le dije muy serio y él rió.

- Me recuerdas mucho a mí de joven, tan terco, orgulloso y... - me miro - inocente de la vida y del amor - dijo y yo subí a mi habitación, necesito dormir y desconectarme de mi vida un rato.

- Hay mi niño no sabes cuanto te amo y te amaré por siempre - las palabras de mi mamá se repiten una y otra vez en mi cabeza sólo para recordarme que ya no esta aquí conmigo.

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Jimena en multimedia

Pobre de mi Dami, me lo imagino todo flaco y pálido. Después de varios capítulos sabemos algo de mi Dami, espero les haya gustado.

Hasta el próximo capítulo :)

Eclipse #1 De La Saga EclipsadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora