15. La visita

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Debería ir a la enfermería. Bueno mejor espero a que amanezca. Esas dos ideas le alternaban en la cabeza en bucle. 10 veces se había puesto en pie decidido a ir a la enfermería a aclararlo todo y 10 veces se había vuelto a acostar pensando que no era el momento adecuado. Pensó en volver a consultar con sus amigos, pensó en hablarlo con Jimin que dormía plácidamente en la cama contigua, pensó incluso en ir al despacho de Dumbledore para pedirle que lo trasladara de colegio. Tan rápido como vinieron esas ideas a su cabeza las desechó. Miró de nuevo el teléfono para ver la hora, las 2 de la mañana. Podría mandarle un DM pero era tan cutre y cobarde que volvió a dejar el teléfono en la mesita de noche. Que largas eran las noches, y que rápido se pasaban cuando uno dormía. Mirando la fea tela verde de terciopelo que cubría la estructura de la cama se preguntó de nuevo cómo estaría pasando la noche Seokjin. La imagen del joven mago inconsciente vino a él y antes de darse cuenta estaba en la puerta de la enfermería.

No sabía en qué momento los pies habían trazado el camino desde las mazmorras hasta aquella gran sala, donde descansaba el gryffindor, pero ya que estaba allí no iba a irse sin verlo. Empujó levemente la puerta y ésta cedió ante su mano. Asomó la cabeza para comprobar que no había nadie y al encontrar la habitación despejada entró cerrando tras de sí.

Durante el año escolar encontrar la enfermería vacía era tan raro como ver a la profesora Trelawney acertando en una profecía, sin embargo, al ser principio de curso las camas estaban completamente vacías, o lo estarían de no ser por él. Enseguida divisó al mago herido acostado en el fondo de la sala. Junto a él, Jungkook apoyaba la cabeza en el fino colchón mientras descansaba sin dejar de velar por su hermano. Se aproximó intentando no alertar a la señora Pomfrey de su presencia y se situó al lado de la cama.

El rostro de Seokjin que había imaginado no acababa de hacer justicia al que tenía delante. La expresión relajada de su cara, y que no solía ver cuando estaba a su alrededor, le hacía parecer más joven y amable de lo que en realidad era. La nariz respingona del castaño se movía ligeramente con cada respiración y sus labios entreabiertos dejaban escapar el aire casi entre suspiros. Dios esos labios sonrosados en los que tantas veces había pensado...

Antes de poder seguir con ese hilo de pensamiento un débil carraspeo lo trajo de vuelta al mundo real. Jungkook lo observaba con una expresión seria, lejos de ser tan irascible como la que estaba acostumbrado a ver en su hermano.

- ¿Qué haces aquí? Antes te faltó tiempo para salir corriendo - dijo con un deje de rencor

- Lo siento... Cuando me nombró pensé que estaba despertando y me asusté de su posible reacción. He venido a ver cómo estaba y a pedir perdón - respondió intentando mantener el tipo ante aquel niño que fruncía el ceño

- Es un poco tarde, deberías haber venido mañana mejor - suavizó el gesto a la par que el tono de voz

Antes de poder responderle Seokjin se revolvió en la cama y abrió los ojos sin fijarlos en ninguna punto concreto. El más joven se apresuró y lo ayudó a incorporarse. Alzó la mano y se frotó la frente intentando recuperar los cinco sentidos. Un gesto de dolor contrajo las finas y delicadas facciones del Gryffindor y el sentimiento de culpa afloró nuevamente en el pecho del Slytherin. Con lentitud abrió nuevamente los ojos pero esta vez tenía un objetivo claro, él.

- ¿Para qué has venido? ¿Quieres rematar el trabajo? - inquirió. Volvió su vista momentáneamente a su hermano que salió de la habitación sin mediar palabra.

Namjoon agachó la cabeza. Sabía que el otro no se lo pondría fácil pero no estaba preparado para estar a solas con él. Jamás había pensado que la situación con la que había fantaseado tantas veces en el pasado se daría en estas circunstancias.

- Quería... Quería disculparme. No te di a propósito simplemente me... distraje - dijo apartando la mirada

- Vaya. El capitán de Slytherin no es capaz de estar atento ni en un entrenamiento, normal que siempre perdáis contra nosotros.

Sus manos se convirtieron en puños aguantando el ataque del león. En otras circunstancias no le permitiría burlarse así de su casa pero no quería pelear con él, solo acabar con aquello.

- Bueno ya he dicho lo que tenía que decir. Siento haberte golpeado con la bludger, los accidentes en quidditch ocurren y lo sabes. Buenas noches.

Tras soltar aquellas palabras se giró para salir de allí sin esperar una reacción por parte de Seokjin. Éste se quedó mudo por unos instantes al ver que Namjoon no reaccionaba a su provocación. La serpiente estaba cruzando el umbral cuando tras él sonó una voz débil, como un susurro.

- Te perdono - sentenció Seokjin más para sí mismo que para el otro

Sin embargo, aquellas dos palabras llegaron a oídos de Namjoon. Un cúmulo de sensaciones que no supo descifrar, y en las que prefería no pensar por el momento, se asentaron en su estómago y la sonrisa de su cara.

The magic between enemies | Namjin (Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora