The magic between enemies | Namjin (Parte 1)

62. Bosque prohibido (primera parte)

Hacía rato que había traspasado el linde del bosque, la frontera entre la comunicación y el total aislamiento. Los árboles lo rodeaban por completo y se extendían más allá de su campo de visión, no tenía la más mínima idea de por donde había venido, pero debía seguir adelante.

¿Estarían su hermano y Tae allí?¿Habrían salido ilesos? Con cautela seguía el sendero que tenía en su cabeza, ya que el bosque se parecía más a un laberinto impenetrable que a la idealización que tiene la gente de los bosques, lugares pacíficos y cálidos que emanan belleza. Aquel lugar distaba mucho de inspirar tranquilidad.

Pensó varias veces en chillar sus nombres pero estando solo no era buena idea, las criaturas podrían no recibirlo de forma cordial, Jungkook y su grupito de maleantes ya había tenido problemas con los centauros. Maldita serpiente estúpida, si lo hubiese esperado para entrar la situación sería muy distinta.

Namjoon... ¿Estaría bien o se lo encontraría devorado por Aragog y sus miles de hijos? Cuando hablaron le faltó tiempo para decirle que se fuese solo pero no lo pensaba realmente, no porque se preocupara por él sino porque no quería cargar con la muerte del idiota en su conciencia.

Cuanto más se adentraba en las profundidades del bosque más sonidos cuya fuente no podía identificar oía. No tenía miedo, o al menos eso se repetía, debía encontrar a Namjoon y los demás. ¿A Namjoon? Que estaba pensando, debía encontrar a Jungkook y Taehyung los demás se las podían apañar por su cuenta.

De pronto, como salido de la nada, vio avanzar un animal de luz a toda prisa. La fiera corría a 4 patas refulgiendo con tal intensidad que iluminaba todo a su paso. Sin pensarlo dos veces siguió al pequeño tigre que se movía con la elegancia típica de los patronus ¿a donde lo estaba llevando? Antes de que la fatiga lo alcanzara, el animal se detuvo frente a los relojes desaparecidos, esos chicos habían arriesgado mucho adentrándose tanto en el bosque, pero al menos sabía que estaban a salvo si habían mandado ellos el patronus.

El felino dio dos vueltas a los relojes mientras que, con una voz que le pareció la del amigo de Tae, dijo que los guiaría hasta el castillo nuevamente. Por desgracia no había encontrado a Namjoon todavía.

Confuso por la ausencia del slytherin pensó nuevamente en el hechizo localizador pero si estaba malherido no le convenía lanzarlo, podría ser peor. Conociendo ya el paradero del objeto robado, y con el patronus tumbado junto a éste, decidió explorar la zona por si la serpiente estaba por allí.

Tras lo que le pareció una eternidad creyó divisar un resplandor entre los árboles. Esta vez sin preocuparse por las acromantulas, centauros y el resto de criaturas chilló el nombre del otro delegado a pleno pulmón. La silueta, desdibujada por la oscuridad que los asfixiaba, parecía alejarse en lugar de ir hacia él. ¿No era Namjoon? ¿Entonces quién vagaba por el Bosque prohibido por la noche?

Cuando iba a volver a gritar para llamar su atención una mano se posó sobre su hombro. Al borde del paro cardíaco se concentró en las personas que tenía delante suya y jamás se alegró tanto de ver a un Slytherin y a sus amigos.

- Dios pensaba que estabas muerto o algo - dijo sin pararse a pensar en la preocupación que emanaba de él

- ¿Estabas preocupado por mí? - preguntó Namjoon alzando una ceja y poniendo cara de incredulidad.

- Pff para nada. Simplemente habría sido muy difícil darle explicaciones a Dumbledore si te encontraban destripado en el bosque - respondió agradeciendo que la oscuridad enmascaraba el rubor de sus orejas.

- ¿Podéis dejar de tontear? Todavía tenemos que encontrar los relojes - se quejó Yoongi

- No estamos tonteando - replicaron los dos delegados al unísono

- Menuda sincronía - rió Hobi

- Se donde están los relojes, Jimin ha mandado un patronus así que imagino que les habéis contado lo que ha pasado

- Sí, hablé con Jungkook justo antes de entrar al bosque y les dije que nos encargábamos nosotros. Estaban muy preocupados

- Les pienso dar coscorrones hasta que pierdan el pelo de la coronilla - sentenció Seokjin