Aunque el Sol estaba en lo más alto, el clima no se terminaba de caldear. Hobi había sugerido estudiar fuera pero con la nevada de la noche anterior tuvimos que reubicar nuestra reunión. El gran comedor, como otras salas del castillo, estaba siempre disponible durante esta época para que los estudiantes pudiéramos usarlo cómo sala de estudio, así que decidimos quedar allí.
Por todo el lugar multitud de personas de las cuatro casas se agrupan compartiendo sus apuntes y alguna que otra risa. Escaneé la sala pero no localicé a Hoseok, era el primero en llegar. Me senté en un hueco que conseguí encontrar al fondo de la mesa Hufflepuff y extendí en la mesa diferentes hojas de apuntes. Comencé a ordenarlos mientras esperaba pero mi vista se iba constantemente a la puerta esperando ver entrar a mi amigo. En una de mis ojeadas deseé matarlo con todas mis fuerzas.
Junto al gran portón de madera oscura, abierto para agilizar el tránsito, un slytherin de pelo rubio miraba hacia todas partes buscando a alguien. Pensé en girarme y fingir que no lo había visto pero nuestros ojos se encontraron y mi plan se fue al garete. Namjoon comenzó a caminar en mi dirección con una expresión algo confusa y unos cuantos libros en su mano derecha. Definitivamente Hoseok estaba muerto.
Sus ojos estuvieron fijos en los míos hasta que giré la cabeza, la vergüenza me carcomía. Por qué Hobi había tenido que hacerme aquella encerrona. Sabía que la asignatura fuerte de mi cocapitan eran las pociones pero no quería verme débil ante él, ya bastante tenía con mis inseguridades respecto a su persona; aunque no lo admitía en voz alta. Todos lo veían cómo un tipo genial, y aunque a veces lo parecía no quería deberle nada. Desde mi experiencia no estaba seguro de que acabase bien para mi.
Conforme Namjoon llegó a mi posición y ocupó el asiento frente a mí, me di cuenta de que había dejado de respirar por un milisegundo y me obligué a parecer impasible ante la serpiente.
- ¿Por qué tengo la impresión de que Hobi me ha engañado? - fue lo primero que dijo acompañado de una sonrisa
- Sí, ya somos dos - respondí algo molesto
Si él estaba cabreado con nuestro amigo era un gran actor porque su rostro estaba completamente tranquilo. Cogió una de mis hojas antes de que pudiese darme cuenta para ver exactamente que estudiaba, y comenzó a compararla con las suyas. Sus finos dedos se paseaban por el papel analizando cada línea y cuando llegaba a una parte importante tensaba la mandíbula. Como siempre, tendía a encorvarse de más al leer así que los mechones dorados le cubrían los ojos y no terminaba de descifrar su expresión. Quería decir algo pero me había pillado tan desprevenido que me costaba reaccionar.
Una explosión de fondo me sacó del minucioso análisis que estaba haciendo de mi compañero de estudio y me trajo de vuelta a la realidad. ¿Desde cuándo me centraba tanto en lo que hacía el rubio? ¿Desde cuándo me refería a Namjoon como compañero de estudio? Debía de ser por la insistencia de mis amigos en lo increíble y genial que era el slytherin. Sí, seguro que era por eso.
- Escucha - dije intentando captar su atención y cambiar el rumbo de mis pensamientos. - No hace falta que hagamos esto, claramente ninguno de los dos quiere estar aquí así que será mejor que nos vayamos.
Sin esperar a su respuesta comencé a recoger algunos folios que había esparcido pero su mano me detuvo cogiéndome de la muñeca.
- Seokjin no es necesario. - dijo de forma sosegada - en su momento te ofrecí ayuda, no me importa estudiar contigo. Aunque hayamos acabado aquí engañados
Los finos dedos que antes acariciaban el papel ahora estaban sobre mi brazo. El calor que emanaban se extendía cada vez más por la piel al descubierto y notaba cómo mis orejas cambiaban de tonalidad por el contacto. Con una suavidad que no supe de donde salió aparté la mano. Siempre que quedaba con Namjoon tenía un objetivo que no tenía que ver conmigo, establecer planes de quidditch, que era mi especialidad; vigilar que se cumpliesen las normas con nuestras rondas por los pasillos o echar una mano a los prefectos con sus tareas. Ahora que el objetivo principal de nuestro encuentro era yo mismo, y algo que no sabía hacer, me sentía más nervioso todavía.
- Está bien. Podemos estudiar un rato - claudiqué intentando no parecer intransigente. Si él era capaz de olvidar nuestras rencillas no sería menos. Además en mi fuero interno sabía que así me iría mejor en los exámenes.
Me dedicó una pequeña sonrisa que no supe decir si era de compasión o de ánimo pero opté por no darle demasiadas vueltas y me dejé llevar por él. Señaló un par de errores que tenía en mis apuntes y me explicó por qué era mejor hacerlo de la otra forma. Centré todas mis energías en seguir sus explicaciones y no en que estaba viendo ante mi al Namjoon del que todos me hablaban. Al Namjoon amable que jamás decía que no a un amigo y que hablaba de forma dulce. Porque, pese a tenerlo delante de mi, sabía que por mucho que dijesen que era tan genial yo había visto otra cara de él que nadie parecía conocer.
- Y para esta poción - señaló una de mis apuntes - Es más sencillo aplastar las bayas de sopóforo que cortarlas. Son bayas muy duras y cortarlas es casi imposible.
- ¿Te refieres a los elixires eternos? - pregunté sin estar seguro de que poción señalaba ya que la hoja estaba del revés.
- No mira, me refiero a esta.
Tras decir eso se levantó de donde estaba y tomó asiento a mi lado. Así podía ver mejor los apuntes pero casi habría agradecido que se quedase enfrente. Era más fácil manejar los nervios de la otra forma.
- ¿Lo ves mejor así?
- Ssi, lo veo un poco mejor. - respondí intentado apartar sutilmente todo lo que pude mi cuerpo
- Hablaba del filtro de muertos en vida. Si aplastas las bayas es más fácil extraer el jugo.
Continuamos un par de horas más hasta que me puse al día con todo. Sinceramente lo llevaba mejor de lo que creía y Namjoon había sido de mucha ayuda con las lagunas que tenía. Al final iba a tener que darle las gracias a Hoseok por planear aquello. Mientras recogíamos los apuntes en silencio miré de soslayo a mi "tutor" preguntándome que le pasaría por la cabeza, me consideraría idiota por no saber lo que me había explicado o habría pasado un rato agradable. Podría usar la legeremancia pero no me parecía de buen gusto.
Al llegar a la puerta del gran comedor paré en seco
- Namjoon - lo llamé para detenerlo. Se giró hacia mi y me miró con extrañeza - Esto... gracias por ayudarme. Imagino que tenías cosas mejores que hacer y además se que Hoseok te engañó por lo que has dicho antes. No tendrías por qué haberte quedado
- No es molestia Seokjin - aclaró con un tono más grave que de costumbre. Un ligero escalofrío me recorrió la espalda - Me sirve para repasar y mejor mantener la buena reputación del otro delegado - se rió al decir lo último - si necesitas ayuda con alguna otra cosa ya sabes.
- Cuánta amabilidad - dije entre dientes para mi un poco a la defensiva
- ¿Cómo? - preguntó confuso
- Nada olvídalo. - intenté ignorar mi último pensamiento
La incomodidad se instaló entre nosotros. No estaba seguro de cómo despedirme de él. Generalmente soltaba alguna bordería y me iba, pero en este caso no parecía oportuno. Vi que se rascaba la cabeza igualmente incómodo y decidí acortar aquello.
- Bueno nos vemos otro día - extendí una mano hacia él
- Si por supuesto - apretó mi mano con delicadeza
Sin ser consciente de lo que hacía moví el pulgar arriba y abajo. En cuanto noté que Namjoon miraba nuestras manos unidas, y sentía la leve caricia, la retiré rápidamente y me fui a toda prisa para no tener que dar explicaciones, porque francamente no tenía explicación para lo que acababa de hacer.
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The magic between enemies | Namjin (Parte 1)
FanfictionBTS como estudiantes de Hogwarts Seokjin es sangre pura, gryffindor y además odia a Namjoon. Lo odia desde que en primero provocó que su caldero explotara y se llevó un castigo por su culpa. Lo odia tanto que adora provocar al Slytherin y odia que n...