Capítulo 18

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Capítulo 18.

Entonces, volvió a besarla, pero ahora de una forma exquisita y desesperadamente lenta, torturante, en donde podía sentir cada roce, cada milímetro de piel sobre la suya, mientras que su mano acariciaba su intimidad, sintiéndola cálida, lista y tan deseosa como lo expresaba la rubia con cada suspiro y su respiración agitada. Fue entonces que torturándola, volvió a repetir en el mismo tono junto a su oído.

-Dime...¿Qué es lo que quieres Candy?

Ella que ya no aguantaba un segundo más el calor que sentía claramente quemar su cuerpo, mientras arqueaba su espalda por las sensaciones que el rubio estaba provocando en ella, le contestó entre suspiros.

-Quiero ser tuya Albert... Quiero sentirte dentro de mi.

En ese momento, al escuchar de sus labios lo que tanto ansiaba, el rubio dando rienda suelta a toda la pasión que le inspiraba aquella mujer, la amó durante casi toda la noche, en una entrega total, en donde ambos, incansablemente se demostraron cuanto necesitaban el uno del otro.

Así comenzaron a pasar los días. Albert como lo prometió, comenzó a llevar al hospital a la rubia puntual a su trabajo y pese a sentir la necesidad de quedarse a su lado, sin ocuparse de nada más que amarla, los dos cumplieron con sus respectivas responsabilidades. Aunque siempre al llegar la noche, en la intimidad de su habitación, tomaban sus cuerpos sin ninguna restricción.

Llevaban alrededor de una semana durmiendo juntos, como la pareja que ya eran, cuando durante la cena, la voz de cierto guapo y joven castaño se pronunció indiscretamente.

-Tío... ¿No crees que Candy debería dormir en su habitación?. Yo trato de comprenderlos, pero el personal no pensará lo mismo y me preocupa la reputación de mi prima. –Dijo mirando un tanto receloso al rubio, pues él, aún no podía gozar de tan plena libertad como ellos-

Entonces Candy, quien ya estaba enterada por la misma Anne de lo sucedido entre los dos, le contestó con una ligera sonrisa de triunfo.

-¿No crees que te debería preocupar más la reputación de tu prometida Archie?.

En ese momento, el castaño casi se ahoga con el vino de su copa, pero haciéndose el disimulado, respondió.

-No tendría por qué. Anne está perfectamente.

-¿Ah sí...?. Pues yo escuché algo muy diferente. Así que mejor guarda tu preocupación para con ella, pues nosotros estamos muy bien así. ¿Cierto amor? –Dijo sarcástica y mirando al rubio-

Albert quien no entendía de lo que estaban hablando, sólo contestó.

-Así es princesa.

Después mirando a su sobrino le explicó.

-Archie. Entiendo tu sentir y disculpa que sea tan directo, pero Candy en tres semanas se convertirá en mi esposa y lo que pueda pensar la servidumbre o cualquier otra persona, a éstas alturas me tiene sin cuidado. De cualquier manera gracias por procurarla.

El castaño que aún tenía los colores al rojo vivo en el rostro, por enterarse que la rubia estaba al tanto de sus intimidades con la morena, sólo pudo contestar.

-Tienes razón tío. Aquí ya todos somos adultos y no debí entrometerme. Disculpa.

-Disculpa aceptada. Por cierto. Necesitamos pedirte un gran favor. –Dijo amable-

-Lo que necesites.

-¿Podrías entregar a Candy el día de nuestra boda?

En ese momento Archie abrió sus ojos asombrado por la noticia, pues aunque amaba a Anne, Candy siempre sería su primer platónico amor de la infancia y realizar algo como aquello, sentía que lo sobrepasaba, pero entendiendo que la rubia no tenía a nadie más, aceptó.

Devoto AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora