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El humo salía de la taza caliente de chocolate. La tienda estaba un tanto cálida por los clientes que pedían tazas calientes y todo tipo de comida para apaciguar el frío que hacía afuera.

Llevaban un rato hablando y bebiendo chocolate caliente en esa pequeña cafetería, el ambiente era agradable. De momentos los dos reían por cualquier pensamiento u ocurrencia que decía el menor, o también por las cosas que hacían las demás personas que los rodeaban y que a ellos les daba gracia.

TaeHyung ese día conoció un poco más al menor y se dio cuenta que habían muchas cosas en él que eran inusuales, en especial su forma de pensar. Era extraña pero de alguna forma lo comprendía, y eso lo hacía aún más raro. El peligris por primera vez se dio cuenta de las diferentes facetas que poseía el chico, y le agradaban. Pasó tanto tiempo disfrutando ese momento que no captó cuando el pelinegro miró su reloj y se levantó de aquella mesa indicando que ya debían irse.

—Vamos a otro lado. Este lugar va a cerrar pronto.

Al salir del pequeño edificio caminaron por las calles hasta sentarse en una banca que había en una plaza. Los niños jugaban con las hojas que caían de los árboles y la gente caminaba y hablaba animadamente mientras otros simplemente se sentaban en el suelo a hablar o comer. Y después estaban ellos dos, mirando aquel paisaje frente a sus ojos sin decir ni una sola palabra.

Cuando el silencio se hizo muy extendido JungKook decidió hacerle la pregunta que tenía tiempo tratando de hacerle al peligris.

—Noté que tenías frío cuando nos vimos hace un rato.

—¿Uh?— el peligris volteó a ver al menor confundido pero cayendo en cuenta de lo que había dicho segundos después—Ah.. si, pero no es tanto tranquilo.

—No lo creo, tus labios se están tornando morados— rió por lo bajo, viendo como el mayor apretaba estos para darles un tono más cálido.

—Póntela, ya yo estoy lo bastante bien así que es mejor que te la pongas antes de que te mueras de frío— Se quitó su saco y se lo entregó con una sonrisa, el mayor se lo colocó con cuidado y una ola de olor a perfume llegó a sus fosas nasales.

Jungkook olía tan bien...

—Hyung...— el peligris volteó todavía distraído mientras veía como dos niños se peleaban con hojas del suelo.

—Esos niños van a llegar llenos de hojas a sus casas— rió por lo bajo y el menor sonrío pero sin quitar el hecho de que quería la atención del peligris.

Y segundos después TaeHyung lo notó.

—Oh ¿Me estabas diciendo algo? Ah..lo siento— sonrió apenado.

JungKook no sabía siquiera por dónde comenzar, sabía que la pregunta tenía un peso bastante grande sobre el de pelos grises y lo que menos quería era destruir la poca felicidad que tenía en ese momento. Sentía la necesidad de saber que eran esos pensamientos que hacían que el mayor de un segundo a otro pasara de ser sonrisas a llantos, más sabia que no podía saber todo. Agradecía que ese día su plan había funcionado en un sesenta por ciento, viendo sonreír al mayor mucho más que otros días y conociéndolo un poco más se dio cuenta de que era un chico muy alegre y ocurrente, con pensamientos un tanto locos y un humor un tanto cambiante pero divertido.

Suspiró mientras ordenaba sus ideas y miraba a los ojos al peligris que empezaba a dudar de lo que el menor iría a hacer.

—Tengo que hacerte una pregunta. No quiero hacerte sentir mal ni nada de eso, pero necesito saber por qué eres así, por qué siempre estás tan triste y decaído— el miedo se hizo ver en los ojos del mayor.

You Are My all |KookTae|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora