[𝟘𝟙]

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Lunes al mediodía. Habitualmente Kirishima a esa hora estaría comiendo con su grupo de amigos, escuchando tontas historias y viendo los intentos de Kaminari de superar el récord de tonterías posibles en un solo día.

Pero no es un Lunes cualquiera, no cuando Bakugō lo ha citado para encontrarse en la azotea del instituto con clara molestia cubriendo su rostro. Bueno, su cara suele verse así, pero esta vez parece como si hubiera algo más profundo que lo tiene preocupado. Al menos lo suficiente como para requerir de la ayuda de Kirishima.

Abre la puerta de la azotea ejerciendo un poco de fuerza debido al peso de esta, sumado con la fuerza del aire en ese día. No va a mentir, se siente demasiado nervioso ante el encuentro con Bakugō. No tiene grandes esperanzas de lo que saldrá de ahí, obviamente, pero la azotea suele ser el lugar de confesiones en el instituto y eso le crea una ligera esperanza. Quiere creer que al atravesar la puerta se encontrará a Bakugō, con su cabello cenizo y revoltoso movido por el viento en un sensual baile, sus ojos rojos clavados contra los suyos y un susurro. Un sencillo "Te amo" saliendo de esos labios que tanto ha deseado probar. Aunque sabe que es improbable quiere guardar una esperanza, es la persona más cercana a él por lo que debería ser la que más posibilidades tenga de gustarle, ¿no? Sería estúpido que le guste alguien más, no interacciona lo suficiente para ello.

Da unos pasos en la azotea y lo encuentra, justo como en su imaginación. La imagen real es incluso mejor que la mental cuando un pétalo de Sakura cae sobre su cabello, colándose entre las hebras revoltosas. Y Kirishima lo mira con envidia, deseando ser ese pétalo.

Niega con la cabeza. Ya estoy pensando en tonterías otra vez. Recorta totalmente la distancia que lo separa de Bakugō, deteniéndose cuando considera que está lo suficientemente cerca. No habla. Sabe que Katsuki querrá ser el que empiece la conversación, como siempre. Seguramente solo abrirá la boca y soltará la información como suele hacer, con su tono brusco y molesto, aunque tierno para él. Lo ve preparado tras un minuto de mentalizarse, entonces abre los labios y lo dice..

Te amo.

—Me gusta Todoroki.

Kirishima pestañea repetidas veces, sorprendido. Clava sus ojos en los ajenos buscando rastros de broma, de que simplemente lo ha dicho para aligerar el ambiente, pero no los hay. Nota la determinación en su mirada y ahí es donde empieza a destruirse el corazón de Kirishima. Un pinchazo se asienta en su pecho sin intención de liberarlo pronto, como si de la espina de una rosa se tratara. Podría ser perfectamente así, Bakugō era comparable a una rosa. Hermoso a la vista, pero al acercarte podría pincharte y herirte.

—¿No vas a decir nada, pelos de mierda? —pregunta molesto Bakugō, cruzándose de brazos y dedicándole una mirada fulminante.

Kirishima sabe cómo debe reaccionar. No puede llorar, ni mostrarse dolido, tampoco dejar entrever como la primera de muchas grietas se forma en su corazón, o como sus manos tiemblan ligeramente tras el shock de la noticia. Sabe que debe ser buen amigo y apoyarlo, ayudarle en todo lo posible. Porque son amigos y porque lo ama es que debe sacrificar su ya estropeado corazón para ver feliz a su amigo.

—Eso es maravilloso Blasty —miente dedicándole una filosa sonrisa, tratando de enviarle una felicidad inexistente—. ¿Desde hace cuánto?

—Dos meses, más o menos —contesta desviando la mirada hacia el suelo del lugar.

—Vaya, no me había dado ni cuenta. ¡Eres realmente bueno ocultando sentimientos, Bakugō!

El nombrado lo mira, siente su penetrante mirar sobre él y no sabe qué más hacer. Aún está demasiado sorprendido, no ha podido digerir bien la noticia. Sus neuronas parecen estar en pánico, buscando documentos inexistentes de cómo afrontar una situación así.

Help me [Kiribaku//Bakushima]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora