[𝟘𝟡]

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Es que estoy enamorado de ti.

Las palabras de Kirishima no paran de repetirse en su mente una, y otra, y otra vez. No puede sacarse de la cabeza su voz grave y algo alterada por el alcohol pronunciando las palabras con delicadeza, sus labios moviéndose a la par de la frase de una manera extrañamente agradable para su corazón y sus lindos ojos bañados en un brillo especial realmente cautivador. La situación es demasiado frustrante, demasiado confusa para poder ser procesada óptimamente por su cerebro.

Todavía no está seguro de por qué no rechazó los sentimientos de Kirishima en cuanto este se los confesó, tampoco sabe por qué se sintió tan halagado al descubrirlo ni por qué en el momento solo era capaz de pensar en ese pelirrojo de su mano. No tiene sentido, desde luego que no lo tiene, él nunca se equivoca así que no puede estar equivocado acerca de sus sentimientos por Todoroki. Estaba tan seguro de que el bicolor le gustaba, de que al fin había encontrado a su otra mitad... pero tenía que aparecer Kirishima a acelerar ligeramente su corazón, a confundirlo como solo él podría hacerlo.

Niega con su cabeza con fuerza, es imposible que sienta algo por su mejor amigo. Llevan muchos años juntos y jamás ha sentido nada por él, siempre han sido los típicos amigos que casi no se despegan ni para ir al baño —esto principalmente por culpa de Kirishima— pero nunca ha surgido nada más entre ellos.

Sí, se siente bien abrazar al pelirrojo, se sintió genial dormir con él y la "cita" entre los dos fue maravillosa pero eso no quiere decir nada. Solo está confundido, no esperaba esas palabras y su estúpido corazón quiso sembrarle dudas sin sentido para amargar un poco más sus días ya bastante tristes desde su distanciamiento con el lindo chico.

«¿Lindo chico?»

Quiere darse de cabezazos contra la pared hasta quedar inconsciente y dejar de pensar tonterías como esa. No tiene, no ha tenido ni tendrá sentimientos por Kirishima. No, nunca, jamás. A él le gusta Todoroki, a él le gusta Todoroki, a él le gusta Todoroki.

—¿Piensas contarme lo que pasó o voy a seguir esperando como una idiota? —pregunta la melodiosa voz de Jirō despertándolo de su ahogo de pensamientos.

—Cállate —la manda callar mientras apoya su mejilla izquierda en el escritorio de la habitación ajena.

—¿Cállate? Vienes a mi casa, me pides consejo y me mandas callar. Vaya Bakugō, no hay quien te entienda —contesta la chica mientras continúa colocando alfabéticamente la colección de discos.

—La fiesta —confiesa con un ligero sonrojo cubriendo sus mejillas.

Jirō se gira a observarlo con una ceja alzada y un rostro interrogante, buscando respuestas en su mirada. Solo es capaz de sonrojarse aún más al pensar en contar algo así, siendo tan vergonzoso que siente que podría morir en ese preciso instante.

—Se me declararon en la fiesta —aclara al fin consiguiendo una graciosa reacción por parte de la chica, a la cual se le caen algunos de sus preciados discos de las manos al escucharlo.

La cara de Jirō Kyōka se encuentra bañada totalmente en sorpresa, aunque nota un pequeño brillo en sus ojos de seguridad, casi como si dijera "Sabía que algo así iba a pasar". La ve recoger los discos esparcidos por la violeta alfombra redonda de la habitación y mientras lo hace parece seguir analizando la información recibida por su parte.

—¿Y quién fue el loco? —se atreve a preguntar su amiga al tomar el álbum de Iron Maiden entre sus finas manos.

—El maldito pelos de mierda —responde casi en un susurro girando su rostro para golpear su frente contra la madera del escritorio—. Es un imbécil.

Help me [Kiribaku//Bakushima]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora