[𝟙𝟘]

6.5K 732 799
                                    

—No puedo creer que esos dos idiotas estén casi saliendo y yo siga soltera —suelta en tono de falsa molestia Mina mientras se deja caer sobre la cama de sábanas rojas de su mejor amigo.

La tarde lluviosa que los acompaña le da un aire más deprimente al comentario de la más baja, casi como si se tratara de una película barata que trata de darle un aire dramático a la escena de la protagonista.

—Vamos Mina-san, no debes preocuparte por algo así —interviene Yaoyorozu apretando un poco la coleta alta que está empezando a aflojarse y a dejar caer unos cabellos rebeldes sobre su frente—. Eres una mujer hermosa tanto por fuera como por dentro, no tendrás problemas en encontrar a alguien.

—¡Pues díselo a ese que me rechazó! —bromea la chica señalando a Kirishima, el cual solo atina a avergonzarse y hacer un gesto con la cabeza en señal de disculpa que hace reír a las chicas—. Agh, solo quiero presenciar una bonita historia de amor. No me hace falta ni vivirla, con verla me llega.

Tanto Yaoyorozu como Kirishima asienten inconscientemente con la cabeza, ambos también con ganas de presenciar de una vez el triunfo del amor en vez de continuar con ese mal sentimiento alojado en sus corazones. Están cansados, exhaustos, no quieren ni pueden aguantar más ese ritmo pero parece que sus corazones no quieren aflojar ni un poco en cuanto a sus sentimientos se trata.

Aún así, el más confuso en ese momento es Kirishima. Cuando hace unos días se declaró a Katsuki pensó que recibiría un rechazo directo, una mala contestación o una mirada de asco que le dejara claro que no tiene ni una sola posibilidad con ese cenizo que tanto le gusta. Esperaba muchas cosas de esa declaración pero lo que jamás esperó fue el silencio, ese que los envolvió tras su declaración y en el que se mantuvieron hasta que una acelerada Uraraka llegó casi vomitando a la habitación.

Perdón Blasty, voy a ayudar a Uraraka-san. ¡Nos vemos! —fue lo único que dijo bajo la atenta y atónita mirada, esa misma que lo siguió de manera vacilante hasta desaparecer de la habitación.

¿Por qué simplemente no lo rechazó nada más dijo lo que sentía? Bakugō es un chico directo, dice lo que piensa sin filtro alguno y sin miedo herir a la otra persona en el camino. Por eso el que no le contestara se le hizo extraño, porque conoce perfectamente a su amigo y esa actitud no es para nada normal en él.

—¿Kiri? —pregunta en tono preocupado su mejor amiga, seguramente se ha quedado demasiado tiempo viajando entre sus pensamientos—. Lo de antes era una broma, no te lo tomes como un reproche.

Él simplemente niega con la cabeza en busca de darle tranquilidad a la chica, al fin y al cabo no ha sido su culpa que su mente haya decidido marchar hasta el universo Bakugō para no salir de allí en un buen rato. Es extraño, cuanto más quiere olvidarlo más parece aferrarse a cada rincón de él para no ser expulsado jamás. A lo mejor es que muy dentro de él no quiere dejar de sentir esos hermosos aunque dolorosos sentimientos por su mejor amigo, puede que por culpa de ellos al principio duela volver a hablar con la normalidad que lo hacían antes pero está seguro de que el tiempo todo lo cura y que pronto podrán volver a relacionarse como antes de su estúpida e innecesaria confesión.

—No te preocupes Mina, no es tu culpa —contesta con una sonrisa afilada falsa que no pasa desapercibida ante la mirada juiciosa de Yaoyorozu.

Momo parece saber todos y cada uno de sus puntos débiles, observándolo siempre con esa mirada oscura y adivinando en todas las ocasiones lo que su pequeña cabecita está pensando. A lo mejor es porque están pasando por lo mismo, porque lo conoce lo suficiente o porque de verdad es una Diosa todopoderosa que lee su mente pero sea cual sea el caso solo sabe que la joven siempre acierta. Y es esa misma mirada, esa que le dice "Vamos Kirishima-kun, todo estará bien" la que le hace esbozar esta vez una sonrisa sincera que parece calmar su preocupado corazón.

Help me [Kiribaku//Bakushima]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora