Ya eran las cuatro y yo seguía tan pancha viendo la tele. Mirando el reloj que había en la pared di un suspiro de resignación. Me tenía que cambiar ya que las temperaturas han subido hasta 38º y con pantalones largos me iba a asar. Pero en mi mente (que solo quería ponerse guapa para él) decidí que tampoco quería impresionarlo así ya me dejaba y después el dolor cuando me deje de lado será menor.Me dirigí hacia mi habitación pasando por delante de la habitación de mi hermano Paul. El pequeño. Éramos cuatro hermanos. Tres chicos y una chica (yo). Si pensareis que somos muchos y que como los aguanto. La verdad, la mayoría del tiempo tengo ganas de tirarles cualquier cosa a la cabeza pero hay veces que puedes estar tranquilamente con ellos (muy pocas veces).
Estaba el mayor que era Daemon que tenía dieciocho años, después estábamos Sam y yo (Si, somos gemelos) de quince años y por último Paul de doce años. Lo malo de ser la única chica es que siempre mis hermanos hacían cualquier cosa por tocarme las narices. Como una vez que no sé cómo se habían enterado que me gustaba un chico y los muy malditos pusieron su nombre sobre todos mis posters justo el mismo día que iba a venir a estudiar con ese chico después del colegio. Lo que consiguieron fue que tuviese un cabreo muy pero muy malo, que tirase los posters y por último que ese chico pensase que estaba loca y no volviese a hablarme. Para una niña de diez años fue muy duro y todavía lo recuerdo.
Delante de mi armario comencé a mirar mis posibilidades de vestuario para ese día. La verdad es que tenía mucha ropa, pero la mayoría de ella era acumulada de varios (Cuando digo varios, me refiero a más de cuatro o cinco) años, pero que todavía me servía. Tenía que hacer una renovación de armario urgentemente. Me puse a revolver entre la ropa que me había comprado el otro día. Al final elegí un top por debajo de las tetas blanco con florecitas negras, unos shorts de tiro alto por encima del ombligo y unas sandalias plateadas de estilo romano muy bonitas. Me coloqué un collar que era un elefante de color blanco, bastante grande. Ya estaba lista.
Toda esa ropa me la había hecho comprar Abbi y me obligó a prometerle que me la pondría y la verdad me estaba costando bastante ponérmela ya que cuanto menos llamara la atención mejor.
No pensaba maquillarme. Me parecía poco natural y muchas veces, cuando veía a chicas de mi edad maquilladas me daban ganas de potar. ¿De verdad no se dan cuenta que parecen zanahorias? Yo siempre he sido de las que prefieren ir sin maquillaje y después si quieren impresionar usar muy poco, no como aquellas que todos los días se echan medio bote y cuando las ves sin maquillar te asustas.
Ya preparada, decidí ir a avisar a mi padre, ya que no le había dicho nada sobre mi salida y sé que no le iba a hacer ni una pizca de gracia que desaparezca así sin más. Cuando, después de dar ochenta mil vueltas por toda la casa, encontré a todos los hombres de la casa jugando a la play en el salón. Parecían niños pequeños de cinco años. Se estaban peleando porque según Daemon y Sam se estaban quejando de que mi padre y Paul habían hecho trampas. Había veces que me sentía un poco marginada aquí, tan solo rodeada de hombres, pero en el fondo me gustaba ser la única chica para ser la niñita de papá y tener preferencia en ponerme en el asiento del copiloto cuando vamos todos. Lo malo es que la tele del salón es intocable (para mí, claro) ya que siempre que quiero ver algo hay un partido de fútbol o una película de acción que le gusta tanto a los hombres.
Echaba muchísimo de menos a mamá, ya que se pasaba la vida viajando de aquí para allá continuamente. Muchas veces sentía como si no fuese mi madre, ya que no me presta casi atención y muchas veces me siento como una intrusa. Esto solo lo sabe Abbi, que aunque algunas veces me exaspera sé en el fondo que quiere lo mejor para mí y es una de mis mejores amigas, solo que ella avanzó mucho antes que yo en el tema de la vida.
Mientras que yo me paso el día leyendo e imaginando al chico perfecto, ella ya ha experimentado todo tipo de cosas, ya ha experimentado una borrachera, novios, hasta su primera vez!!! Y yo ni siquiera había dado mi primer beso. Me gustaba imaginar cómo sería. ¿Me gustaría? ¿Sería con el chico que me gusta? Y todo tipo de preguntas que se hace una adolescente a falta de experiencias amorosas.
Miro a esos cuatro a los que tanto quiero como se pelean. Todavía no se habían dado cuenta de mi presencia. Paul estaba vociferando como si fuese la vida en ello, mientras mi padre intenta separar a Daemon y a Sam que acaban de empezar una discusión. Un día de estos iba a estallar. Me ponía furiosa que la única persona en esta casa que se tomase las cosas en serio fuera yo.
-Hola- dije en un susurro, pero nadie me prestó atención- HOLA!!!- volví a repetir pero ahora gritando. Los cuatro pegaron un brinco del susto.
-¿Pero qué coño te pasa, eres tonta o te..?- Sam no pudo terminar ya que mi padre le dio una colleja como regaño ante sus palabras.
-Respeta a tu hermana- le dijo mientras le fulminaba con la mirada- _______ ¿Qué quieres?- me preguntó un poco cansado, pero con más dulzura que el tono que le dedico a mi querido hermano gemelo.
-Nada, era para avisarte que voy a salir- le dije con cara de cachorrito para que no pusiese ninguna excusa barata para no dejarme ir. Es el único defecto que tenía mi padre. Era mi sobreprotector con respecto, como él me llamaba, su niñita pequeña.
-Vale- me dijo no muy seguro ya que sus ojos no tenían el brillo que tenían tan solo unos minutos antes.
-Pues después nos vemos, besitos- dije saliendo por la puerta antes de que me dijese que había cambiado de opinión.
Miré la hora en el móvil y me maldije mentalmente. Eran las cinco menos cuarto y ya llevaba un cuarto de hora de retraso. A paso rápido recorrí la pequeña distancia que separaban nuestras casas y llamé al timbre. Estaba nerviosa y mis manos lo notaban, ya que no paraban quietas. Por dentro estaba muerta de vergüenza, porque llegaba tarde. Y no es por Zayn, no (por mí que espere media hora) es por su madre. Seguro que ya piensa que soy una irresponsable.
De repente, escucho unas pisadas al otro lado de la puerta. Mis nervios aumentan. La puerta se abre y deja ver a una señora de unos treinta y muchos años que me miran con pura felicidad.
-¿Tú debes ser _____, no?- me preguntó mientras me estrechaba entre sus brazos. Era una acción un poco extraña pero que hizo que mi cuerpo se relajase.
-Si- dije separándome de ella- Y ¿Tú debes ser la madre de Zayn?- le pregunté dubitativa ya que estaba muy joven para ser su madre.
- Si, esa soy yo. Pero prefiero que me llames Trisha.- me dijo mientras hacía que entrase en su casa- Quería agradecerte que te ofrecieras a enseñarle la ciudad a Zayn. Es un chico un poco tímido que le cuesta hacer amigos.
Sus palabras me descolocaron un poco ¿Qué Zayn era tímido? Ja no se lo cree ni él. ¿Qué yo me había ofrecido? ¿Para enseñarle la ciudad a él? ¿Solo a él? ¡Pero tendrá morro el tío! ¡Por quién narices me ha tomado!
-Pero yo pensaba….- mis palabras fueron interrumpidas por la nueva presencia de un cuerpo. Era una niña pequeña, de unos cuatro años que me miraba sonriente.
-Tú- dijo señalándome- Novia de Zayn- dijo con una sonrisa.
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Espero que os haya gustado.
Besitooos
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Be my boy (Zayn Malik)
Fanfiction-No tienes cosas más importantes que hacer que acosarme- le dije mientras pasaba a un lado suyo para irme. Notaba que me seguía por lo que aceleré el paso. Su risa me hizo ir más rápido. Me ponía muy nerviosa estar junto a él. -Gatita- me llamó a un...