Capítulo XIV

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MI PLACER ES SU DOLOR
Max

"El cañón de 6 armas apuntándome incluido el arma de su hijo mayor no inmutan el deseo que tengo por arrancarle la cabeza con mis manos y no de manera metafórica, Zachary está cubriendo mi espalda poniendo a Mateo contra el suelo a la vez que le apunta a Atticus en la sien.

—¡Suéltalo! —me grita Darko, el mayor de ellos—. ¡O voy a perforar tu cráneo hasta cansarme!

—Baja el arma Max por favor —pide Levi a mi izquierda.

—Dame una razón para hacerlo —escupo con rabia.

—¡Baja el arma soldado! —grita uno de los guardias—. ¡Es una orden!

—Max —Levi trata de calmarme—. Respira y baja el arma, necesito que te tranquilices.

Sigo apuntando a los ojos verdes que me miran con rabia desde el piso, su respiración es complicada con la sangre saliendo de su nariz y boca; Eleanor hace presión contra le herida que he dejado en su cabeza cuando lo golpeé contra la puerta.

Una llamarada desmedida de ira pura me abarca por completo, siento todo mi cuerpo caliente y el llanto de Valentina solo empeora las cosas poniéndome como una bestia con ganas de matar al hombre frente a mi."

—Los nuevos miembros que ha solicitado de Baikal estarán llegando dentro de dos horas —me informa Nicola, uno de mis hombres que se encarga de ponerme al tanto de los pendientes en la organización.

Mi nariz se frunce levemente por el olor metálico que entra a mis fosas nasales y queda impregnado en mi sin poder sacarme esa molestia que me inquieta pero al mismo tiempo me da placer y deleita mis ojos con la escena de donde emana el aroma. Observo a los tres hombres frente a mi, cada uno de ellos en una posición diferente pero con el mismo destino al terminar el día.

Mi vista se pierde durante unos minutos en los charcos de sangre que hay debajo de ellos, y como se van haciendo más grandes con los pequeños hilos y gotas que sus cuerpos derraman.

Las súplicas y los ruegos pidiendo que de por terminada su tortura no dejan de alterar mis sentidos llevando mi paciencia al límite, me tienta a terminar antes de lo que tenia planeado pero me niego a caer bajo sus lamentos y continúo con lo que he venido haciendo toda la tarde.

El primer hombre se encuentra colgado con gruesas cadenas que sostienen sus brazos desde el techo. Va completamente desnudo y su cuerpo ya se encuentra totalmente bañado en sangre por las heridas que adornan diferentes espacios de piel, planeadas para que lo hagan morir lentamente y padezca cada segundo que aun sigue respirando.

Me concentro en ver hacia donde irá mi siguiente tiro antes de tomar el arco y posicionar la flecha para volver a lanzarla, no puedo evitar sonreír con júbilo cuando se incrusta justo donde deseaba dando paso de nuevo los alaridos de dolor que inundan la sala haciendo que Nicola detenga su labor.

—El armamento de la carga betha que fue enviado a reparación ya está arreglado y el calibre fue mejorado —continúa hablando cuando los alaridos pasan a ser gemidos apenas audibles.

Ya no soportara nada más, lo he llevado a un límite sin retorno en donde lo único que puede esperar es que la muerte se apiade de su alma y venga a buscarla.

Va a colapsar en cualquier momento así que me detengo un segundo para saber que haré, ¿Espero a que lo mate el dolor o me apiado de él y termino por hacerlo yo? ¿Ya me divertí lo suficiente? ¿Estoy satisfecho?

Su respiración ha disminuido de manera significativa lo que en cualquier momento lo hará entrar en un paro. Su voz casi inaudible me implora piedad, dice que me dará lo que quiero logrando que mis comisuras se levanten hacia arriba. Nunca necesite lo que el sabía.

ColapsoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora