Capítulo II

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LA FOTOGRAFÍA

Isaac

Mi vista recorre toda la sala, la exposición ha quedado perfecta y mi hermana no puede estar más que contenta.

En una hora las puertas serán abiertas al público mostrando "Lo sconosciuto", nombre que lleva su trabajo. Monse me dice que ha dejado un traje de gala para mí en una de las salas vacías que tienen para guardar los repuestos o donde suelen cambiarse las modelos que a veces contrata para una presentación.

Busco mi traje y lo encuentro colgado en la puerta del baño, me aseguro que tenga la etiqueta con mi nombre antes de tomarlo y aprovecho que hay una regadera en el lugar para tomar una ducha rápida.

Mientras me visto no puedo evitar pensar en la mujer que he conocido esta mañana, Isabel, la sola mención de su nombre hace que una corriente se expanda por todo mi sistema, es una sensación extraña, un sentimiento que no puedo esclarecer, no sé qué fue lo que me ha atrapado pero sin duda tiene algo que no me deja sacar su imagen de la cabeza.

Salgo ya arreglado y doy un último vistazo a la sala antes de salir, abajo ya todo esta en orden, los meseros están listos y las pinturas en su lugar.

Llegó a la entrada de enfrente y comienzo a mezclarme entre las personas que ya están llegando listos para subir, logro visualizar a Daniel y Alejandro entre tanta gente, ellos son los chicos con los que vivo actualmente, Daniel es un veterinario y Alejandro es un médico, el mismo que me atendió hace dos años.

Los tres vivimos juntos en una casa cerca de la capital, decidí mudarme con ellos debido a que eran las únicas personas que conocía y que de cierto modo me inspiraban confianza.

—¡Cavernícolas! —un apodo que les puse debido a que una vez se metieron en un pelea durante una fiesta y Monserrat los llamo de esa manera, el sobrenombre me gusto y se les quedó.

—Idiota —me llama Alejandro—. ¿Dónde está tu hermana? —directo al punto.

—No lo sé —la busco entre las personas pero no la veo por ningún lado—. Supongo que debe estar arriba revisando los últimos detalles.

—Pero miren nada más quién va llegando y muy bien acompañado —Daniel interrumpe la conversación mientras señala hacia el jardín donde hace su aparición Jared quién trae consigo a una mujer de piel morena con el pelo por encima de los hombros.

—¡Uy! —lanzó una carcajada que atrae la atención de varias personas a nuestro alrededor—. Alguien va a dormir en el sofá esta noche —decreta Daniel y es cierto, en cuanto Monserrat vea que su querido amante viene acompañado va a molestarse y mucho.

Tomo mi frente entre mis dedos, quiero que esta noche sea perfecta para ella y lo que menos deseo es que pase malos ratos.

—No entiendo a tu hermana —habla un Alejandro realmente molesto—. Es hermosa, increíble, maravillosa y está más que enganchada por ese hijo de puta que lo único que hace es lastimarla y acordarse de ella cuando necesita un tapete.

—¿No es acaso lo que hiciste tú? —dice Dani—. ¿Cuál es la diferencia entre tú o el?

—En eso tiene razón —le digo—. Tú también la lastimaste, que no se te olvide que la engañaste y ellos técnicamente no son más que amigos con beneficios debajo de la ropa, él puede llegar del brazo de alguien más y ella no puede hacerle una escena de celos, la hará, eso es seguro pero no tendría por qué.

Alejandro me mira y rueda los ojos, él y mi hermana fueron novios durante unos años, terminaron dos meses después de que desperté porque él la engañó, al principio todo fue un enorme caos entre ellos pero con el tiempo lograron solucionarlo quedando como amigos.

ColapsoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora