Cosas extrañas.

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—Oye, nerd -le llamó el Kevin—. No soy tan rápido -se quejó-. ¿qué va aquí? -preguntó mientras señalaba una ecuación en el cuaderno.

—Oh... -susurró el pelinegro, en lugar de ver la ecuación su mirada estaba fijada en el rostro del otro.

"No está mal..." pensó.

—Oye ¿Qué me ves? -exclamó el otro con el ceño fruncido.—Hey.

—¿Q-que sucede? -preguntó el otro volviendo a la vida.—, Sí es como dijiste. 

—No he dicho nada, ahora explicame -volvió su mirada al cuaderno, le pareció extraño aquel comportamiento. Era simpático sí pero le resutó extraño.

—Claro... -comenzó a explicar Edd. Por un momento creyó que Kevin estaba bien en la ecuación y fisicamenre guapo—. ¿¡Eh¡? -gritó como si hubiese escuchado la peor nota de todos del salón. Que malo es para disimular una cuestión personal. Sus mejillas estaban rojas.

—¿O-oye, estás bien? -miró al otro, aunque era serio y poco sensible, ese gritó lo espantó de verdad—. ¿Edd?

—¿Q-qué? -tartamudeó parpadeando dos veces—. N-no es nada..., Nada.

—Tsk, imbécil -suspiró con levedad, se dio cuenta de aquel sonrojo.— ¿Tienes fiebre acaso? -acercó su mano a la frente del menor, sí, se preocupó por un instante.

—N-no es nada... -susurró Edd apartándose. Si lo tocaba empeoraría seguramente—. Terminamos por hoy, ¡nos vemos! -dicho eso salió corriendo del jardín de donde estaban.

—Oye... -soltó Kevin. Fue lo único que salio de sus labios.
"¿Que le sucede?" Se preguntó mentalmente. Ahora que lo pensaba, llevaban dos meses desde que empezaron con las clases extras y eso ya era bastante.
Aunque siempre lo ha molestado, hace un par de semanas había tomado la costumbre de llamarlo por su nombre ¿Estaría bien eso? No le dio importancia, después de todo hicieron una amistad, estaban en ello.

Era fin de semana, no pensaría en nada. Dormiría todo el domingo hasta la noche, cuando despertó decidió salir y se dio cuenta que era mas de media noche y eso no le importó, se fue a dar un paseo.

Nuevamente se encontró con Edd, y en vez de molestarlo fue a charlar un poco.

—Oye, Edd.

El nombrado se espantó.
—¡¿P-porqué sales de repente?!

—Calmate. ¿Qué haces?

—Viendo el cielo... -murmuró desviando la mirada. Se sentía extraño cerca del mayor desde hace días y ahora le resultaba incómodo verlo—. ¿qué haces aquí?

—Caminaba -suspiró con pesadez. — ¿Estás mejor qué antes?

—¿Eh? Sí -susurró Edd—, Si, lo estoy... Kevin... -le llamó susurrando.

—¿Qué sucede? -contestó viéndolo—. Habla.

—Ah... ¿A-alguna vez.. Te haz enamorado? -preguntó con cierta timidez.

—¿Hablas de... Sentir cosas por alguien?

—Sí..

—¿por alguien qué cuando lo ves crees que es el más hermoso en el mundo?

El pelinegro se sonrojó ante ello y contestó.
— Si, algo así...

—No -negó meneando la cabeza—.  Jamás he sentido eso por nadie -respondió en seguida—. Aún no.

—Ah ya veo... -se levantó Edd. Algo lo puso de un humor bueno y a la.vez no. Sonrió—. Debo irme, no olvides la tarea -le recordó a Kevin y se retiró lejos de el a zancadas largas.

Rudo pero Buen Muchacho (Kevedd)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora