Capítulo 1

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-¿Y ahora?

Hablaba conmigo misma mientras pensaba que sería de mí, después de haber terminado la relación, aquella relación donde di todo de mi, pero al final de nada había funcionado. Ironías de la vida, en fin. Era consciente de que al cruzar esa puerta; mi vida sería otra, pero eso no importaba, no sería bueno de mí, si no tomara un riesgo más. Por lo que tomé mi mochila de aquel sillón que tantos recuerdos tenía, y salí de su casa, por última vez.

Semanas después

Sé que esa fue una decisión muy dura de tomar, pero vamos que no me esta yendo tan mal. -Esta soy yo, intentando convencer a mi madre todos los días de que en verdad soy la misma de siempre-.

-Bueno hija, pero alístate ya, que tenemos que ir a comer con tu padre. - Dijo ella, con la misma delicadeza que siempre al tocar el tema de él.

-Okey, en 30 minutos estoy abajo. Le contesté mientras cerraba la puerta de mi recámara.

A veces, mi vida era lo más loca posible, pero también tenía unas tragedias tremendas; como un día podía despertar riéndome de la vida, como al otro estar escondida en algún hotel de paso, con el miedo al tope. Pero ¿Qué más daba? Si no fuera por mi ritmo de vida, no sería tan conocida, en verdad, mi nombre siempre era recordada a donde quiera que fuera, aunque no siempre de buena manera.

Cuando estoy por darme el último toque en la cara, escucho el grito de mi mamá, creo que excedí el tiempo, así que tomo mi mochila junto con el bolso, que tanto detesto usar, y bajo corriendo por las escaleras.

-Listo mamá, perdón. - le digo intentando no se moleste conmigo por hacerla llegar tarde a verlo.

- ¿Ya estas preparada? No quiero un escándalo más.

Me rio para mí, cuando recuerdo la última vez que lo vimos en aquel restaurante donde dudo que me quieran volver a recibir. Por favor, sólo fueron unas copas rotas, y unos gritos estruendosos. Al final, la comida no era de mi agrado, prefiero algo más simple.

En el camino, siento sonar mi celular, por lo que reviso quién es.

- ¿Lista para esta noche? Te mando la ubicación en un rato.

Lo que me faltaba, había olvidado que era hoy, mejor aún, ya necesitaba un poco más de adrenalina en mi día hoy, además podre descargar lo que me haga verlo tantas horas sentada. Decido no contestarle, ya que mi madre esta a un lado, y no quiero levantar sospechas.

Paran el carro, mientras nos abren la puerta a mi madre y a mí, y aquí estamos otra vez, frente a la glamurosa casa de aquel señor que me dio la vida. Respiro y avanzo con la mejor sonrisa que pueda poner, tomada del brazo de mi madre.

-Buenas tardes, padre. - Siento como el jugo que tomé esta mañana, se regresa pero hago caso omiso de ello, mientras le extiendo la mano.

Hola, espero les guste, estaré actualizando muy seguido.

Besitos, Fer.

Corriendo riesgosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora