Addictive Paradise. (Zayn y tú)

Capítulo 13.

De Nuevo. A solas con Zayn. Sobre una grande, y suave cama. 

Acarició mi barbilla y la alzó hacia su cara.

“Cuando estábamos en casa de Gaz,” Dijo. “¿Te asustaste? ¿Al verme actuar de esa forma?”

Negué con la cabeza. “No, para nada.” Apreté los labios. “Fue Emily la que me asustó.”

Frunció el ceño. “No hay nada que te pueda asustar de esa pequeña y dulce cosa.”

“No, quiero decir, ella no da miedo,” Dije. “Es una niña creciendo en ese entorno. Eso es lo que me asusta.”

Lo entendió. “Ese tipo de cosas también solían asustarme a mí. Muchas de estas mujeres no tienen cuidado. Acaban con bebés, traen criaturas inocentes a ese mundo tan jodido, y esos pequeños están destinados a ver toda la mierda que nos rodea.”

“El mundo entero no está tan jodido como el tuyo,” Le corregí. “No te ofendas.”

Sonrió y me echó un vistazo de arriba abajo. “Eso lo dice una pequeña niña bonita con el sueño Americano de bailar en la cabeza,” Resopló, dejando escapar una risa mientras se tumbaba boca arriba en la cama. “Piensas que puedes hacer algo de la nada. Y no funciona así. Solo puedes conseguir las cosas si salen de algo, y cuando no tienes nada, no tienes nada.”

Me senté junto a él. “¿Así que crees que Emily está predestinada? ¿A crecer siendo una prostituta?”

Hizo una mueca. “No he dicho eso en ningún momento. La princesa Emily encontrará su camino tarde o temprano. Hará lo que sea que le haga feliz.”

“¿Crees que tus chicas son felices?” Pregunté.

“Eso no es algo que pueda decidir yo.” Se encogió ligeramente de hombros. “No sigas pensando que las he atado o algo a esto. Pueden irse cuando quieran y hacerse modelos de alta costura por lo que a mí respecta si les da la gana. Pero como no pueden, se quedan. Solo quieren su dinero.” Me miró. “¿Crees que tú no quieres el dinero? Tienes padres ricos, simplemente. No todo el mundo tiene tanta suerte.”

Me crucé de brazos. Menuda cosa condescendiente para decir ahora mismo. “Es una pena, había pensado que íbamos a follar ahora pero esta conversación no me está poniendo demasiado.”

Soltó una leve risa, pero no duró más que un segundo. “Solo no me gusta la idea de que no me respetes a mí y a lo que soy.”

Le miré. “Te respeto. A ti y a lo que eres. Pero solo porque no creo que lo que haces sea lo que eres.”

Frunció profundamente el ceño, pero tras un momento pensativo, me miró con una sonrisa agradecida. “Gracias por decir eso. De verdad.”

Me eché sobre él y le abracé, apoyando la mejilla en su pecho. “Tras todas las cosas que han pasado, la verdad es que aún así lo he pasado muy bien esta noche.”