Capítulo 12.

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Voy a prologar mi descripción del excesivo derroche de opulencia que estaba a punto de vivir, o al menos lo intentaré. Crecí en una muy buena familia. Nunca tuve que preocuparme por el dinero en toda mi vida. Cuando quería un nuevo CD o un nuevo Blue-ray, simplemente lo compraba. Siempre había buena comida en mi nevera. Pero nunca, en toda mi vida, vi algo como lo que Zayn me enseñó aquella noche. Si lo hubiera hecho, quizás tendría el vocabulario adecuado para describirlo. Pero como no lo hice, no lo tenía.

Supongo que puedo usar la palabra “Reluciente” para describir la madera en las paredes y el suelo, que envolvían cada habitación como si fuera una obra de arte. Puedo usar “precioso” para describir las pinturas que colgaban de las paredes, o quizás “clásico” para describir al servicio que nos atendió. “Elegante” Podría valer para las lámparas de araña o “embriagadora” describiría la música que sonaba. Este sitio valdría perfectamente cien pavos por plato, de eso era de lo único de lo que estaba segura.

“Sr. Malik,” Dijo el hombre que solo pude asumir como el metre. “Siempre un placer. ¿Su mesa de siempre, puedo suponer?”

Oh, esto era pasarse.

“Si, si no le importa.” Asintió Zayn. O Sr. Malik. Me reí entre dientes.

Caminamos hasta la mesa habitual del “Sr. Malik”, que tenía las servilletas más intrincadamente dobladas y la cubertería de plata más pasmosamente colocada que había visto. Estaba justo al lado de un gran ventanal, y la luz que la luna desprendía, reposaba sobre esta radiantemente. 

“¿Estarían interesados en ver nuestra carta de vinos esta noche?” Preguntó el agradable caballero. 

Zayn frunció el ceño. “¿Dónde está Hanna?”

El metre se pausó un instante. “Mis disculpas. Esta noche tiene el día libre.”

Zayn alzó las cejas. “Pero Larry, sabes que Hanna es mi favorita.”

“De verdad que lo lamento Sr. Malik.”

“¿Por qué no la llamas?” Zayn preguntó. “Estoy seguro de que no le importaría. Quería de verdad que conociera a la Srta. _____.”

El metre asintió sumisivamente. “Veré lo que puedo hacer.”

“Gracias,” Dijo Zayn. “¿Y mientras tanto podría traernos ese Chateau Latour del 76?”

“Como guste, Sr. Malik.” Dijo, y se marchó poco después.

“Zayn!” Dije. “No llames a una chica que tiene el día libre!”

“Doy muy, muy, muy buenas propinas,” Dijo Zayn. “Estará bien.”

Hice una mueca. “Bueno, al menos podrías decirle al hombre que te llame Zayn en vez de Sr. Malik.”

Zayn frunció el ceño sin mirarme, con la mirada fija en el menú. “Pero no puede.”

Addictive Paradise. (Zayn y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora