Capitulo 25

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150 PUNTOS MENOS

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A la mañana siguiente se encontraron con el problema de la mano de Ron. Se había inflamado y estaba enorme. ¿La Señora Pomfrey reconocería una mordedura de dragón? Al final Ron tuvo que ir a la enfermería.

Al finalizar el día, Harry, Hermione y Venus fueron corriendo a la enfermería para visitar a Ron. Estaba terrible.

—Por dios, Ron. Te ves terrible —dijo Venus tratando de aligerar el ambiente. Ron la fulminó.

—No es sólo mi mano —susurró— Malfoy vino y le dijo a la señora Pomfrey que quería pedirme prestado un libro, vino y estuvo riéndose. Me amenazó con decirle qué me había mordido. No debí pegarle en el partido de quidditch

-se lo merecía -dijo la casi pelinegra

—Todo habrá terminado el sábado en la noche —dijo Hermione. Ron entró en pánico y comenzó a temblar.

—¡La media noche del sábado ¡Oh, no, no, no! ¡La carta de Charlie estaba dentro del libro que Malfoy se llevó!

-Malfoy no sabe que tenemos una capa de invisibilidad así que estamos bien por ahora - dije 

Nadie pudo decir nada más porque llegó Madame Pomfrey y los hizo salir.

Visitaron a Hagrid para decirle la noticia de Charlie. Se le llenaron los ojos de lágrimas, aunque tal vez sea porque Norberto acababa de morderle la pierna.

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Habían acordado que Venus y Harry llevarían a Norberto a la torre. En realidad, Hermione quería hacerlo, pero perdió jugando una partida de ajedrez contra Venus para decidir quién iría. Se colocaron la capa de invisibilidad y fueron rumbo a la cabaña.

Encontraron a Fang, el perro de Hagrid, sentado afuera con la cola vendada. Tocaron la puerta.

Hagrid se asomó por la ventana y habló.

—No los hago entrar —jadeó— Norberto está un poco molesto.

Hagrid tenía a Norberto listo y encerrado en una gran jaula. 

—Tiene muchas ratas y algo de brandy para el viaje —dijo Hagrid con voz amable—. Y le puse su osito de peluche por si se siente solo. 

Del interior de la jaula les llegaron unos sonidos, que hicieron pensar a Venus que Norberto le estaba arrancando la cabeza al osito. 

—¡Adiós, Norberto! —sollozó Hagrid, mientras Harry y Venus cubrían la jaula con la capa invisible y se metían dentro ellos también—. ¡Mamá nunca te olvidará! 

Cómo se las arreglaron para llevar la jaula hasta la torre del castillo fue algo que nunca supieron. Era casi medianoche cuando trasladaron la jaula de Norberto por las escaleras de mármol del castillo y siguieron por pasillos oscuros. Subieron una escalera, luego otra... Ni siquiera uno de los atajos de Harry hizo el trabajo más fácil. 

—¡Ya casi llegamos! —resopló Harry, mientras alcanzaban el pasillo que había bajo la torre más alta. 

Entonces, un súbito movimiento por encima de ellos casi les hizo soltar la jaula. Olvidando que eran invisibles, se encogieron en las sombras,contemplando las siluetas oscuras de dos personas que discutían a unos tres metros de ellos. Una lámpara brilló.La profesora McGonagall, con una bata de tejido escocés y una redecilla en el pelo, tenía sujeto a Malfoy por la oreja. 

Venus y la piedra filosofalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora