Venus y la piedra filosofal

Capitulo 31

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ABAJO DE LA TRAMPILLA

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Venus miro a Hermione pidiéndole ayuda 

—Neville —dijo—, de verdad, siento mucho, mucho, esto.Levantó la varita. —¡Petrificus totalus! —gritó, señalando a Neville. 

Los brazos de Neville se pegaron a su cuerpo. Sus piernas se juntaron.Todo el cuerpo se le puso rígido, se balanceó y luego cayó bocabajo, rígido como un tronco. Hermione corrió a darle la vuelta. Neville tenía la mandíbula rígida y no podía hablar. Sólo sus ojos se movían, mirándolos horrorizado. 

—¿Qué le has hecho? —susurró Harry. 

—Es la Inmovilización Total —dijo Hermione angustiada—. Oh, Neville, lo siento tanto... 

-lo siento - dijo Venus al pasar por su lado

—Lo comprenderás después, Neville —dijo Ron, mientras se alejaban para cubrirse con la capa invisible. 

Pero dejar a Neville inmóvil en el suelo no parecía un buen augurio. En aquel estado de nervios, cada sombra de una estatua les parecía que era Filch,y cada silbido lejano del viento les parecía Peeves que los perseguía.Al pie de la primera escalera, divisaron a la Señora Norris. 

—Oh, vamos a darle una patada, sólo una vez —murmuró Ron en el oído de Harry, que negó con la cabeza. Mientras pasaban con cuidado al lado de la gata, ésta volvió la cabeza con sus ojos como linternas, pero no los vio.No se encontraron con nadie más, hasta que llegaron a la escalera que iba al tercer piso. Peeves estaba flotando a mitad de camino, aflojando la alfombra para que la gente tropezara. 

—¿Quién anda por ahí? —dijo súbitamente, mientras subían hacia él.Entornó sus malignos ojos negros—. Sé que estáis aquí, aunque no pueda veros. ¿Aparecidos, fantasmas o estudiantillos detestables?Se elevó en el aire y flotó, mirándolos de soslayo. 

—Llamaré a Filch, debo hacerlo, si algo anda por ahí y es invisible. Harry emito la voz del Barron Sanguinario y sonrió orgullosa, no había penado en una mejor manera para alejarlo

Unos pocos segundos más tarde estaban allí, en el pasillo del tercer piso. La puerta ya estaba entreabierta.

-Bueno, ya lo ven -dijo Harry con calma-. Snape ya ha pasado ante Fluffy.

Ver la puerta abierta les hizo tomar plena conciencia de aquello a lo que tenían que enfrentarse. Por debajo de la capa, Harry se volvió hacia los otros tres

—Si queréis regresar, no os lo reprocharé —dijo—. Podéis llevaros la capa, no la voy a necesitar. 

—No seas estúpido —dijo Ron. 

—Vamos contigo —dijo Hermione. 

—No te dejare la diversión para ti solo - dijo Venus y Harry sonrió

Harry empujó la puerta.Cuando la puerta crujió, oyeron unos gruñidos. Los tres hocicos del perro olfateaban en dirección a ellos, aunque no podía verlos. 

—¿Qué tiene en los pies? —susurró Hermione. 

—Parece un arpa —dijo Venus

—Snape debe de haberla dejado ahí. - dijo ron

—Debe despertarse en el momento en que se deja de tocar —dijo Harry—.Bueno, empecemos...Se llevó a los labios la flauta de Hagrid y sopló. No era exactamente una melodía, pero desde la primera nota los ojos de la bestia comenzaron a cerrarse. Harry casi ni respiraba. Poco a poco, los gruñidos se fueron apagando, se balanceó, cayó de rodillas y luego se derrumbó en el suelo,profundamente dormido. 

—Sigue tocando —advirtió Ron a Harry, mientras salía de la capa y se arrastraba hasta la trampilla. Podía sentir la respiración caliente y olorosa del perro, mientras se aproximaba a las gigantescas cabezas. 

—Creo que podemos abrir la trampilla —dijo Venus y miro Fluffy, era bastante tierno cuando estaba durmiendo

—¿Quieres ir delante, Hermione? -pregunto ron

—¡No, no quiero! 

—Muy bien. 

Ron apretó los dientes y anduvo con cuidado sobre las patas del perro. Se inclinó y tiró de la argolla de la trampilla, que se levantó y abrió. 

—¿Qué puedes ver? —preguntó Hermione con ansiedad. 

—Nada... sólo oscuridad... no hay forma de bajar, hay que dejarse caer. 

Harry, que seguía tocando la flauta, hizo un gesto para llamar la atención de Ron y se señaló a sí mismo. 

—¿Quieres ir primero? ¿Estás seguro? —dijo Ron—. No sé cómo es de profundo ese lugar. Dale la flauta a Hermione, para que pueda seguir haciéndolo dormir. 

Harry le entregó la flauta y, en esos segundos de silencio, el perro gruñó y se estiró, pero en cuanto Hermione comenzó a tocar volvió a su sueño profundo. Harry se acercó y miró hacia abajo. No se veía el fondo.Se descolgó por la abertura y quedó suspendido de los dedos. Miró a Ron y dijo: 

—Si algo me sucede, no sigáis. Id directamente a la lechucería y enviad a Hedwig a Dumbledore. ¿De acuerdo? 

—De acuerdo —respondió Ron. 

—Nos veremos en un minuto, espero... 

—espera - dijo rápidamente Venus y se sentó también en la trampilla 

—¿Que haces?- pregunto Harry un tanto molesto 

—yo voy primera- dijo 

—No, no yo iré - dijo harry

—¿Por que no puedo ir primero? - pregunto un tanto molesta Venus y comenzaron una pequeña pelea 

—No quiero perderte, no se que haría sin ti - dijo avergonzado y a Venus le pareció tierno 

—Es muy lindo de tu parte Harry, pero eres Harry Potter y no vas a morir por tirarte al vació - dijo Venus y le dio un beso en la mejilla para luego tirarse

—¡Venus! - escucho el grito de su amigo pero caía, caía, caía y seguía cayendo hasta que aterrizo en algo mullido, con un ruido suave y extraño. Se incorporó y miró alrededor, con ojos desacostumbrados a la penumbra. Parecía que estaba sentado sobre una especie de planta. -Venus me escuchas - 

—Vez algo - pregunto ron —¡Todo bien! —gritó 

—Parece una planta, pueden tirarse - grito desde abajo y vio caer a Harry y a los segundos a Ron 

—¿Que es esto?- pregunto ron 

—Hermione puedes tírate - dijo Harry, cuando Hermione se tiro cayo cerca de Harry

—Debemos de estar a kilómetros debajo del colegio —dijo la castaña. 

—Me alegro de que esta planta esté aquí —dijo Ron. 

—¿Te alegras? —gritó Hermione—. ¡Miraos! 

Venus se movió para sacar su varita de su bolsillo ya que no podía ver nada pero algo empezó a moverse y evito que ella siguiera moviéndose y creyó saber lo que era, a Harry,Ron y Hermione ya les tenia tapado las piernas 

—No se muevan, es lazo del diablo si se mueven los matara mas rápido - dijo mientras intentaba recordar como evitarla