Hacía ya tres meses que Zero y Takuma habían dejado de frecuentarse, el peliplateado había estado muy deprimido las primeras semanas, pero ya se estaba reponiendo.
Zero terminaba de revisar algunos exámenes de sus alumnos cuando Kaname le acercó una botella de cerveza.
- No me digas que reprobadas a ese pobre chico - dice Kaname mirando el examen que Zero calificaba
- Este niño ha hecho que me duelan los ojos al ver estas respuestas - dice Zero
- No lo creo. A ver muestramelo -
Zero lo miró de reojo, tomó la hoja y comenzó a leer
- Yo creo que don Quijote estaba enteró loco, y que Cervantes lo escribió después de fumarse uno bueno - lee Zero y mirando a Kaname - Como voy a aprobar a alguien que escribe algo así -
- Pero la pregunta era que opinión tiene sobre la obra - defiende Kaname a ese alumno que no conocía
- Está bien es una opinión, pero desde el punto de vista lingüístico, no está idiotez que escribió -
- Pero te apuesto que fue el más original de todos - dice Kaname
- Sí, no lo voy a negar - ríe Zero - Es original, pero poco acertado -
Kaname finalmente se sentó frente a su amigo y lo notó un tanto sonrojado.
- ¿Estás bien? -
- Sí, pero creo que lo mejor es irme -
- Pero si es jueves - dice Kaname - Ya va a llegar el sushi -
- Pero no me siento bien, debo volver a mi casa - dice Zero
- Si te sientes mal, no deberías ir a tu casa, allí nadie te podrá cuidar -
- Te aseguro que lo mejor que puedo hacer es estar solo -
En ese momento sonó el timbre, Kaname fue a atender, sin duda era el delivery con el sushi que había pedido.
- Hola primito - le saludo Senri
- Senri, que haces aquí, pensé que ibas de viaje con Rima -
- Rima es un dolor de culo, así que le dije, amiga vete sola y adiosito -
El joven se dio paso en el departamento de su primo, Kaname se quedó mirando la maleta que arrastraba el hombre.
Zero ya había guardado los exámenes de sus alumnos en su bolso y esperaba poder largarse rápidamente, estaba entrando en celo y está vez estaba sin medicación, era algo que había dejado con tal de poder concebir un bebé.
- Creo que llegue en un mal momento - dice Senri al ver a Zero con claros indicios de su celo
- No se preocupe - dice Zero - Yo ya me voy -
- Es una lástima que te vayas - sonríe Senri todo seductor
- Zero, por favor no es necesario que te vayas, el sushi está por llegar - dice Kaname
Pero Zero estaba ya muy rojo y sentía como el calor se apoderaba de él, pronto su conciencia se iría al demonio y no quería que eso le pasará con su mejor amigo. El peliplateado se acercó a Kaname quien lo sujetó con fuerza de uno de sus brazos.
- Kaname, es mi celo. Me ha venido derrepente y necesito volver a mi casa -
- Pero no sé supone que con los supresores eso se soluciona -
- Sí, pero yo los deje -
- ¿Por qué hiciste eso? -
- Si me quiero embarazar los debo dejar. Ahora deja que me vaya, por favor -
- Olvídalo, no te irás y menos en este estado, quieres que cualquier alfa te ataque en la calle -
- No, pero tu también eres un alfa y... -
- Yo jamás te haría algo así -
- Lo sé, pero yo no confío en mí. Por favor déjame ir -
- No - respondió rotundamente Kaname
Zero lo miró asombrado y más aún cuando Kaname sin soltar su mano lo llevó hasta su habitación.
- ¿Qué haces? - dice Zero asustado
- Te quedarás aquí. Iré a la farmacia a comprar algún supresor. Solo dime cuál comprar -
Zero sacó de su bolso la receta con la cual compraba los fármacos y se la entrego a su amigo.
- Bien, espérame aquí. No te atrevas a salir de mi departamento o tendremos una sería discusión -
Zero no dijo nada, estaba demasiado excitado y sus piernas apenas lo sostenían en pie, por lo que se acomodó en la cama de su amigo y mientras de retorcía de dolor y lujuria, esperaría a que Kaname regresará.
El castaño estaba tan preocupado por su mejor amigo que se olvidó por completo de su primo, que lo vio salir casi corriendo. Senri era un alfa joven, de hecho el primo de Kaname tenía treinta años y su olfato para distinguir el celo de un Omega se había despertado en cuanto entró al departamento de Kaname. Sus instintos salvajes habían despertado.
Kaname llegó a la farmacia y compro los supresores para su amigo. Nunca había visto a Zero así, era algo tan extraño para él. Kaname sabía muy bien lo que le pasaba a su amigo, no por nada había estado casado dos veces, aunque las dos ex parejas de Kaname habían sido mujeres Omega, pero las cosas funcionaban relativamente igual.
Agradecía al cielo que las cosas ahora eran diferentes entre omegas y alfas, ya no era como años atrás cuando los pobres omegas eran tratados como agujeros para procrear, ahora ellos tenían derecho a estudiar, a elegir con quién casarse, al divorcio sin perder sus derechos sobre hijos y patrimonio, además que se les permitía medicarse si lo deseaban, años de lucha habían dado sus frutos, también fue importante que los alfas fueron educados desde niños nuevamente, sus madres y padres les enseñaron el valor del respeto hacia esta raza, al menos así fue con él, su padre le había enseñado desde niño que a los omegas se les respetaba y se les trataba como a iguales. Jamás vió que su madre tuviera que bajar la cabeza, Juuri había sido libre siempre.
Sumido en esos pensamientos llegó a su departamento, lo alertaron los gritos de Zero, recordó a su primo quien no estaba en la sala, corrió a la habitación, y allí estaba el desgraciado, luchando con Zero que a toda costa quería liberarse de esa hombre que acababa de ver y que intentaba tomarlo por la fuerza. Kaname lo tomó con furia del cabello y de un solo golpe lo sacó de la habitación.
- ¡Maldito infeliz! - grita Kaname furioso mientras Zero lloraba en un rincón de la cama - ¡Como te atreves a tocarlo, Zero es mío! -
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SEREMOS PADRES
FanficKaname y Zero han sido amigos desde la infancia, se conocieron cuando los padres de Zero se divorciaron y su madre volvió a casa de los abuelos de Zero, que estaba al lado de la casa de Kaname. Zero y Kaname fueron juntos a la primera, la secundari...