Siete Espadas

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Dante se emocionó mientras caminaba sintiendo el precioso olor de las plantas, veía un grupo de jóvenes que talvez un día serían los más poderosos delante de él, quería un ejército para así derrotar a ese hombre que caminaba destruyendo todo a su paso.

Tena  aún seguía pensando en todas las personas que murieron en el reino del desierto, sentía culpa por no llegar temprano "si no hubiéramos descubierto la verdad en del barco hubiéramos llegado a tiempo, pero eso quiere decir que no habríamos rescatado ni a Zhu ni a los niños, tal vez fue para bien, nuestro poder es muy poco para detener esa destrucción", pensaba ella.

Kato hace poco había tomado un dibujo que Suceld había hecho, era de la joven que vieron en la costa, el poder que tenía era increíble, Zhu recordaba a su princesa y a su pueblo, era el que más entrenaba después de la batalla del festival , Suceld miraba a todas partes, enserio quería protegerlos, quería proteger a sus amigos de todos los monstruos
"La felicidad nace del grupo, los mortales no viven sin el calor que produce el amor, la locura los invade, la tristeza los consume, la verdadera alegría no es propia, porque se crea al hacer a los demás felices". Decía la anciana del desierto.

La oscuridad de la noche se hizo presente, el elfo miraba la luna como nunca antes, así que el joven músico le preguntó:

—¿Qué vez en la luna?.

—veo el poder de los elfos —respondió con actitud malhumorada sin apartar su mirada del cielo—, en las antiguas guerras tomábamos la fuerza de ella, no se si todavía se podrá.

—en la gran guerra los elfos la utilizaron una vez —indicó Kato de repente—. se dice que las noches de luna llena el espíritu de la luna llora por los antiguos elfos.

-¿que pasó en esa guerra? -preguntó impresionado zhu.

-cuentaselo que hoy no está enojado -dijo Dante aprovechando el silencio del elfo.

—no digas eso. —habló Tena con una sonrisa. —no trates a los demás como odias que te traten, Zhu tiene que saber todo lo que pasó con su pueblo antes de que intente vengar sus muertes.

—perdóname —se retractaba el músico mientras miraba el suelo que cada vez era más invisible—, yo se que en la gran guerra participaron ejércitos grandes, como los de los elfos, el ejército más poderoso de toda la historia cuentan las leyendas, no entiendo como pudieron ser derrotados.

—hay un vacío en esa historia, tengo un libro que trata como los elfos desaparecieron, pero solo son hipótesis. -así kato leyó casi todo el libro en una noche ,mientras lo escuchaba Zhu. El frio no impidió que muchos se sorprendieran, algunos no estaban acostumbrados a tanto frio, por lo cuál crearon una tienda para esperar al día siguiente.

En el camino las dificultades los unió. Tena conversaba de agricultura y biología con Su, Dante se hizo muy amigo del mago, esto porque el músico era una persona muy sincera, al mago también le gustaba cantar en el viaje, cosa que molestaba bastante al elfo, él los llamaba estúpidos bromistas, de hecho aunque el mago parecía serio cuando pensaba algo inteligente, no era el mismo después de tomar confianza, era muy torpe y extremadamente vergonzoso, nunca había tenido un amigo además de su hermano, por lo que Dante se convirtió en el mejor de todos, el elfo pensaba que aunque no los soportaba, este era su camino, no había participado en la gran guerra pero lo iba a remediar salvando Arca del poder del mal y dejando en claro que el poder de los elfos aun existía, aunque tuviera que aguantar las bromas. la primera broma que le hicieron en el viaje fue cuándo pusieron en su tienda de acampar un fishirt, una especie de pez gigante de gran boca extraña que emulaba con esta cualquier cosa que pudiera para cazar, cuando el elfo entro a su tienda el pez cerró su boca mordiendo su brazo, produciendo una imagen muy cómica. Cuando se liberó tomó una rama para golpear a sus compañeros.