Pesadillas | TERMINADA |

Cap. 5

Me siento en el borde de la cama con cansancio.

- Si, pasa.- le digo, puse mis manos al rededor de mi cuello dolorido.

Mire a mi al rededor y encontré mi buzó y mi camiseta apoyados en la mesa, los tome y me los puse.

-¿Te encuentras bien?- pregunta entrando.

- No. Me duele todo.

- ....Lo lamento.- dice la chica.

- No lo lamentes...- le digo.

Ella comienza a jugar con sus dedos, camina hacia mí y se sienta a mi lado.

-¿Qué puedo hacer para ayudarte?- me pregunta.

- No lo se...- le contesto.

-¿Acaso sabes siquiera que te pasa?

- Más o menos... Creo que como los niños no creen en mi, me estoy consumiendo, pero lo que no entiendo es por qué me sucede ahora y no antes...- digo, pensé que no entendería nada de lo que dije, pero me equivoque.

- Entonces... creo que eso are. - dijo Sara.

-¿Qué harás?

- Oye, seguramente quede como loca frente a mucha gente que conozco por ayudarte, pero lo voy a hacer por que casi te mato la otra vez y es lo mínimo que puedo hacer, a demás tengo primos pequeños.- dice sonriéndome, ríe y yo rió.

- Gracias... De verdad...

- Tengo una duda.

- Dime.

- ¿Te recuperaras?

- Espero...- digo suspirando. - Sabes que... Ahora yo tengo una duda.

- ¿Que?

- ¿Porque me tratas como si me conocieras de toda la vida, y te preocupas y me ayudas?- digo curioso.

Por un momento no sentí dolor corporal.

- mmm... Por que... Creo que aunque, bueno, me halla costado creerle a mi padre el relato de Jack Frost, su leyenda y blabalabla...

-¡Hey!- digo divertido, ella ríe.

- Es que la cosa es que, me di cuenta de que siempre estuviste ahí, yo no me daba cuenta, pero siempre estuviste presente... Ahora supongo que debía dolerte que no sepa de ti... Lo lamento en serio.- dijo, una lágrima se escapo de su ojo.

- Por favor no te lamentes más, no tienes la culpa de nada.- digo, le quito la lágrima y acaricio su mejilla suave.

- Tengo una idea...- le digo, no me gusta ver llorar ni ver triste a nadie, nunca lo soporte.

La tome de la mano con cuidado, agarre mi vara y camine hasta afuera, esto es lo que me gusta de la casa de Norte, es el polo y siempre es invierno.

-Tengo frío Jack.- me dice Sara.

Sin pensarlo dos veces me quito el buzó y se lo entrego, ella lo toma con gusto.

-¿Seguro que no lo quieres tú?- me pregunta.

- No, pontelo.- la dejo, ella se lo pone, me gustaba como le quedaba.

La alejo un poco del taller, solo para hacerlo más interesante.

Comienzo a hacer una especie de columna, que se agranda hasta hacerse una pared bastante alta. Hago otra al lado contrario y luego uno arriba de una capa de hielo muy finita, que funciona como ventana o algo por el estilo. No se de donde saque la fuerza para poder hacerlo, pero simplemente lo hice.