Cap. 1

973 65 1
                                    


Siento un gran vacío en mi pecho al ver a aquel niño pasarme como si no existiera, ¿Por qué yo? ¿Por qué no pueden verme y creer en mí? Siento una gran impotencia cuando no se dan cuenta, aunque no lo siento en el momento en el que los niños sonríen y se divierten. Me gusta que se diviertan, supongo que esa es la única y mejor parte de todo esto.
Me siento desfallecer y caer de rodillas al suelo cuando no ven, me dieron ganas de llorar de impotencia y patear todo de enojo.
Los niños se alejaron de donde me encontraba y quedé completamente solo, como siempre he estado. Un susurro me desconcierta, veo de reojo una extraña sombra pasar rápidamente por mi lado, me coloco la capucha, mirando a mi alrededor en alerta. Vuelvo a ver lo mismo a mi otro costado, cierro el puño y aprieto con más fuerza mi mano en mi vara.
-¿Quién está allí?- digo girando a mi alrededor.
Comienzo a notar una nube negra acercándose cada más a mí, sin saber qué era me alejo lentamente. Siento una mano larga posandose en mi hombro.
-Yo sé lo que se siente.- dice una voz misteriosa.
Volteé para encontrarme a Pitch, el famoso "coco".
-¿Qué haces aquí?- hablé cortante, alejándome de él, le apunté con mi cayado antes de tratar de dispararle hielo, pero fallé.
- No. No. No.- dice a mis espaldas, se me eriza la piel.
Me di vuelta, pero al hacerlo algo parecido a un látigo negro me golpeó fuertemente en el pecho, en el corazón, salí disparado hacia atrás, me golpeé contra una pared de ladrillo, aturdido lo único que logré ver es al desgraciado de Pitch acercándose a mi.
- El tiempo corre. -susurra en mi oído.
...
Desperté en otro lugar, creí reconocer unos adornos navideños, abrí los ojos completamente y corroboré que sí. Doy un suspiro fuerte, me dolía la cabeza.
- Qué bueno, ya despertaste.- dice la voz de Norte entrando por la puerta.
-¿Como te sientes?- preguntó.
- Me duele un poco la cabeza.- contesté.
- Se te pasará...
- ¿Cómo llegue aquí?
- Tooth te encontró inconsciente, nos aviso y te recogimos... Más vale que te cambies esa cosa.-dijo señalando mi camiseta blanca.
-¿Y mí...?-traté de preguntarle refiriéndome a mi sudadera, del cual nunca me separo.
- Allí- me señala.
Lo tomo como si fuera lo más preciado de todo, Norte se aleja. Me paro, buscando mis cosas, mi vara estaba intacta apoyada en la pared, me quito la remera, veo un espejo de cuerpo completo, donde me veo el pecho. Me hecho atrás antes de ponerme mi buzo, pero lo dejo caer asustado.
En mi pecho había una gran marca oscura a comparación de mi piel pálida, como si mi piel fuera un vidrio roto y la marca oscura tenía líneas amenazando con agrandar la mancha. Asustado y confundido me pongo rápido mi sudadera celeste.
Bajo a donde se encontraban todos.
- Hola Jack- me saluda Tooth- ¿cómo te sientes?
Cansado de esa pregunta respondo:
- Mejor- le doy mi mejor y falsa sonrisa.
Luego entró Conejo, hablamos un rato, disimuladamente le pregunte a todos en general qué sabían de Pitch.
- Él es el espíritu de las pesadillas, desde hace años trata de que los niños crean y teman de él, pero nunca lo logra, también quiere que nadie más crea en nosotros...- dice sin mucha importancia.
-¿Por qué preguntas?- dice.
- Por curiosidad.- digo.
Me paro para buscar mi vara, pero de repente sentí un ruido extraño que tapaba todo los otros ruidos, como una línea constante, luego me comenzó a doler el pecho de sobre manera. Llevé mis manos al lugar proveniente del dolor, se hizo demasiado y como si alguien me empujara con fuerza salí disparado hasta golpearme contra la pared y caer al suelo.
-¿¡Estás bien?!- dijo Tooth acercándose.
Estaba aturdido, el pecho aún me dolía mucho, Sandman hizo señas preguntándome si estaba bien.
-S-sí...- dije tratándome de parar, pero me dolía todo, ya no me dolía sólo el pecho, el dolor se extendió. Era como una punzada.
Volví a caer, me sentía débil.
Me di un pequeño empujón con hielo para poder pararme, me apoyé en la vara usándola de bastón y me pude parar mejor.
- ¿Te sucede algo?- escuche preguntar a alguno, pero lo ignoré y corrí como pude a la habitación en la que había despertado.
Al llegar me vuelvo a quitar el buzo con desesperación, la misma mancha tenía más líneas, una se acercaba a mi cuello y amenazaba con ser más visibles que las demás.

Pesadillas | TERMINADA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora