𝐗𝐗𝐕𝐈𝐈

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𝐗𝐗𝐕𝐈𝐈 : Todo "Bien"
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Alyssa entró a la escuela, últimamente no podía dormir bien, eso la hizo llegar tarde ese día.

—Sí, bueno, igual funciona—escuchó decir al maestro.

Miró hacia Gilbert, creyó que ya no era necesario sentarse con él ya que no tenía el pelo de "niño"

Miró hacia su izquierda y se encontró con Tillie charlando con Ruby.

—Hola —Saludó Alyssa tímidamente a lo que Tillie le sonrió

—Hola, que bien que ya te puedas sentar con nosotras—sonrió.

Miró disimuladamente hacia su derecha y Gilbert se encontraba leyendo, no habían hablado desde ese día; al parecer  le había incomodado muy enserio.

—Silencio mis mentes brillantes, abran sus libros.

La clase empezó pero Alyssa no se podía concentrarse la noticia le había afectado demasiado...

—¡Nos casaremos! — esa era la única frase que rondaba en la cabeza de la joven y sin Gilbert sentía que eso la estaba atormentando, al menos hoy podía hablar eso con Cole.

La clase avanzó realmente lenta o al menos a sí le pareció a Alyssa.

Al llegar el almuerzo, la joven no dudó en acercarse a Cole; lo tomó del brazo y lo llevó a un lugar apartado del patio.

—¿Qué sucede?—preguntó su amigo asustado

—Papá se casará con esa mujer —bramó después de un buen rato y soltó un suspiro de alivio después de decirlo—por fin, lo dije.

—Pero... ¿Cuando lo supiste? ¿Por qué no fuiste a mi casa a decírmelo? ¿O por qué no se lo dijiste a Gilbert?

—Creo que ya no somos amigos, no lo sé, está extraño. No fui a tu casa, porque Gabriella no me lo permitía; me dijo que no me podía ir lejos. Lo supe cuando llegaron, puede ser que vuelva a mudarme—dijo esto último algo apenada —cuando llegué... Tenía algunas ganas de volver pero aquí es diferente a allí, aquí tengo amigos; En Charlottetown a penas tenía una.

Cole tenía ganas de preguntarle que había sucedido con Gilbert pero creyó que era inapropiado, su amiga la estaba pasando mal y preguntarle sobre el joven tal vez la pondría aún peor.

Pero lo ambos jóvenes no sabían era que Gilbert los había escuchado, le había parecido tan extraño el comportamiento de Alyssa y decidió seguirlos, se sintió culpable; había ignorado a su amiga cuando se sentía mal.

• • •

Las cosas se volvieron un poco peor en la casa de Alyssa, Gabriella tenía más control sobre ella; le preguntaba a dónde iba, a qué hora volvería y con quién se iría. Y si no obtenía respuesta de esas 3 cosas Alyssa simplemente no salía.

—Ten éste es tuyo—indicó Anne.

—¿A Charlottetown? Gabrielle no me permite ni siquiera ir a Green Gables.

—Tranquila, tú solo sigue el guion

—¿Iré a casa de Diana a una pijamada? No sé si sea buena idea.

—¿Quieres ir no es cierto?

No lo sabía

—Sí

𝑬𝒍 𝒍𝒂𝒈𝒐 𝒅𝒆 𝒂𝒈𝒖𝒂𝒔 𝒓𝒆𝒍𝒖𝒄𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆𝒔 - Gilbert BlytheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora