Once Upon a December

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"Cuenta la leyenda que solo los más aptos eran capaces de comprender aquella historia y ejecutar su misión.

Dicen por ahí, que los acertijos planteados por la bruja eran extremadamente complicados.

No por nada aquellos nobles caballeros y príncipes dejaban de batallar por la princesa.

Pero hubo uno, que sin ser noble logró vencer los acertijos, logró combatir a la bestia y rescatar a la princesa.

Aquella dulce y delicada mujer agradeció profundamente el rescate del valiente caballero y le juró amor eterno, pero en sus ojos se podía ver que él era ambicioso y la hermosa princesa no era exactamente el premio gordo que él buscaba"


Mi madre dejó de leer aquella historia y su cansada mirada se centró en el armario de mi habitación.

Yo la miré plagada de curiosidad causada por su expresión casi sepulcral, en serio quería que siguiera leyendo, pero su mirada me preocupaba.

Sabía que algo andaba mal y que ella no pensaba hablarlo conmigo ni con nadie –es todo por hoy mi pequeña– se despidió en un murmullo y dejó un beso en mi frente

–madre– la llamé y su melancólica mirada recayó finalmente sobre mí, mi corazón me alertaba que algo malo sucedía y yo no sabía por dónde empezar a indagar –¿podrías leer un poco más?– le pregunté

Me regaló una cálida sonrisa para después negar con su cabeza, acarició dulcemente mi cabello y sentí como poco a poco la pena empezaba a inundarla

–tal vez mañana mi niña– dijo y negó –mejor termínalo tú– sonrió y dejó el libro en mi mesita de noche, cosa que me dejó bastante confundida

Siempre terminábamos los libros juntas.

–madre ¿pasó algo malo?– pregunté sin escrúpulos y la escuché sollozar

–mi pequeña, espero nunca tengas que vivir como yo– murmuró y me abrazó nuevamente –espero tú conozcas el amor en el tiempo correcto– susurró y se aferró a mi cabello –no termines teniendo una vida tan miserable como la de tu madre– me pidió en un sollozo –aprende a tocar el piano, aprende a dibujar, aprende a escribir libros, cásate con el hombre que te ame y no con el que tu padre elija para ti

No entendí sus palabras en ese momento. No sabía qué era el matrimonio e ingenuamente, pensé que el amor siempre había desbordado en mi hogar, porque siempre vi todo con colores cálidos y dorados.

Pero, esa noche, de un momento a otro el ambiente se volvió pesado, mi padre hizo presencia en mi habitación, no saludó, no me regaló una mirada de preocupación, solo se llevó a mi madre.

Escuché sus alaridos toda la noche y al díasiguiente ella no me fue a despertar, nunca más supe de mi madre y la excusaque mi padre me había dado es que la muerte se la había llevado tortuosamentedurante la noche.

Eunoia® || KNJDonde viven las historias. Descúbrelo ahora