013 [ Final ]

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Sacó su mochila y se puso la capucha, no estaba de humor como para que alguien lo reconociera.

Antes de que su viejo le quitara el celular alcanzó a ver el mensaje de Manuel que decía que todos sabían el supuesto rumor, y claro, si lo reconocían no dudarían en sacarle en cara sus errores, llegó a considerar que incluso lo golpearían.

Rezaría con que todos estuvieran en clases mientras el fuera a buscar sus cosas, porque al parecer al director no se le ocurrió algo mejor que mandarlo a buscar sus pertenencias justo cuando todos estaban en jornada escolar.

No pudo ser más tarde ni más temprano, no.

Concluyó que ahora que se iría, el señor se vengaría de todas las veces que Mateo le hizo pasar un mal rato por su comportamiento, por lo que obviamente lo mandaría allá para que todos lo vieran y le dieran la peor despedida que se le puede dar a un alumno.

Suspiró, la vida era una hija de puta a veces.

Bajó las escaleras y vió a su viejo, quien tomaba desayuno, sin notar su presencia, parecía hundido en sus pensamientos- ya me voy.- murmuró, como era de esperarse no recibió una respuesta.

Sacó sus llaves y salió.


✧ [ ... ] ✧

20 horas antes.

Matías no dejaba de murmurar groserías, maldijo su estúpido habito de siempre escoger tijera en el piedra, papel o tijera, no era la primera vez que perdía alguna apuesta en eso.

Ahora tendría que ir y coquetear con una nena de secundaria, perfecto; si no le caía la ONU, le caería una demanda, por lo menos.

Pues a Paulo no se le ocurrió una idea mejor que proponer- "la vamos a chantajear, y haremos que revele la verdad de alguna forma y lo vamos a grabar"- ni que estuvieran en una serie de Netflix.

Habían escogido al azar quién iba a ser el rol de "coqueteo", supongo que es obvio quién perdió.

Ahora la pregunta era: cómo mierda lo iba a hacer.

Estaba Mauro, Paulo y él, afuera de el colegio, como si fueran a recoger a su hijo o algo así.

Mateo les dijo en qué colegio estaba, tampoco eran tan acosadores como para seguirlo, no.

-me siento en una puta película amigo- dijo Monzón, casi saltando.

-por dos.

Siguieron conversando, y Spallatti seguía en su trance de cómo iba a sacarle la verdad a una piba que ni conocía, y menos ella lo conocía a él. Estaba tan hundido en sus pensamientos que no se dió cuenta cuando ya habían tocado para salir y los alumnos comenzaban a salir hasta que le dieron un codazo.

Se concentró, y se puso a buscar disimuladamente una cabellera roja, como Mateo les había dicho que era. No fue difícil encontrarla, tampoco es que ese tipo de cabelleras fuera tan común.

Miró por última vez a sus amigos, en modo de súplica para que no le hicieran hacer una mierda así; pero con la mirada que le dieron supo que ya no había vuelta atrás.

Caminó hacia ella, lentamente, como si le estuviera dando tiempo para escapar para que él no tuviera que hablarle, pero como era más lenta que un puto caracol, no tuvo más opción que tocarle el hombro.

Se dió vuelta y lo primero que pudo ver fueron sus grandes ojos verdes "que envidia" pensó- hola.- tampoco sabía que más decir, no era muy sociable.

-¿hola? ¿te conozco?

-n-no pero- miró disimuladamente hacia sus amigos, y estos le daban señales para que siguiera- nos podemos conocer.- trató de sonar coqueto, trató.

Problemático; truewosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora